"Es necesario abrir la mente, el corazón y los brazos, como hizo Jesús" "Ser instrumentos de Dios para estas bendiciones también ha sido una bendición para nosotros"

Padis
Padis

"Tenemos la convicción de que en este momento de la humanidad y de la Iglesia, después de siglos de prejuicios, discriminación y condena de las personas no heterosexuales, es necesario abrir la mente, el corazón y los brazos, como hizo Jesús, y acogerlas, incluirlas y dignificarlas"

"Este año 2024, motivados por el documento del Vaticano que admite una forma de bendición para personas de la diversidad sexual, decidimos estar disponibles para dar esta bendición durante la marcha"

"Para nosotros, las y los acompañantes, afirmar la radical dignidad de todo ser humano, creado por Dios y amado desde el momento de su concepción, es un punto de partida fundamental"

Acompaño desde hace 10 años, junto a una religiosa y otros religiosos sacerdotes, la Pastoral de la Diversidad Sexual (Padis+) de Santiago de Chile. Tenemos la convicción de que en este momento de la humanidad y de la Iglesia, después de siglos de prejuicios, discriminación y condena de las personas no heterosexuales, es necesario abrir la mente, el corazón y los brazos, como hizo Jesús, y acogerlas, incluirlas y dignificarlas.

Más aún si se trata de gente creyente, a menudo marginada en sus propias comunidades, o autoexcluida por creerse indigna del amor de Dios. Creo que es ésta la única respuesta que la Iglesia debe dar, en fidelidad al Evangelio de Jesucristo. No para separarlas en grupos aparte, como es la Padis+ hasta ahora, sino para incluirlas en el conjunto de la Iglesia, estén donde estén, como uno/a más de los/as fieles. Caminamos hacia ese ideal, a paso lento, convencidos de que es lo que Jesús haría si viviera en nuestro tiempo y en nuestra cultura.

El viaje de tus sueños, con RD

Padis

La Padis+ nació hace 14 años, en 2010, como una comunidad abierta a toda persona que quisiera ser miembro de una Iglesia abierta y acogedora y vivir su fe en un espacio seguro, respetuoso de su dignidad de hijo/a de Dios, afectuoso y creyente. Desde entonces se constituyó en un espacio eclesial para la diversidad sexual en Santiago, propagándose luego a otras ciudades.

Con sus miembros LGBTIQ+, además de los papás y mamás de la comunidad Padis Padres, he participado en cuatro Marchas del Orgullo de la ciudad de Santiago. Padis Padres hizo historia hace algunos años cuando ofreció “Abrazos de mamá” y “Abrazos de papá” a quienes lo pidieran durante la marcha, como un signo concreto de aceptación y amor por sus hijas e hijos LGBTIQ+. ¡Y dieron cientos de abrazos!

Este año 2024, motivados por el documento del Vaticano que admite una forma de bendición para personas de la diversidad sexual, decidimos estar disponibles para dar esta bendición durante la marcha. Preparamos carteles con la leyenda: “Aquí les bendecimos, ¡porque Dios les bendice!”, y acompañados de la comunidad Padis+ y Padis Padres, nos unimos a la multitudinaria manifestación social, como en años anteriores.

Ofrecimos la bendición una religiosa y tres religiosos sacerdotes, y se nos unió uno más ese día. Pertenecemos a cuatro distintas congregaciones religiosas: la hermana Quena Valdés r.s.c.j. y los padres Rodrigo García s.j. y Álvaro Tamblay c.m. entre ellos. Yo soy de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, cuya espiritualidad centrada en la misericordia de Dios manifestada en Jesús, nos hace particularmente sensibles a las exclusiones y miserias del ser humano. Me atrevo a decir que el discernimiento de los signos de Dios en las sociedades concretas, es una importante fuente motivadora para los acompañantes jesuitas de la Padis+.

Padis

Para nosotros, las y los acompañantes, afirmar la radical dignidad de todo ser humano, creado por Dios y amado desde el momento de su concepción, es un punto de partida fundamental. Partimos de la acogida, no del juicio de la doctrina moral tradicional, que al juzgar los actos termina por condenar a las personas: a la soledad, al clóset o a vidas falsas.

Nada libera más que saberse amado/a. Sobre todo, si se ha vivido largo tiempo ocultando la verdadera identidad. Durante la marcha, una joven que me pidió la bendición llorando de emoción, continuó llorando después de recibirla. Parecía no poder creer que Dios la amaba tal como era, y que había en la Iglesia brazos para acogerla, bendecirla y abrazarla. Una pareja bendecida por otro de los sacerdotes, también lloraba de gratitud y emoción después de recibirla. Los rostros de otra pareja, bendecida por la religiosa, mostraban un asombro y una profunda gratitud que los hacía casi luminosos. Ser instrumentos de Dios para estas bendiciones también ha sido una bendición para nosotros.

Bendiciones gays
Bendiciones gays

Volver arriba