Convivir en la tierra y con la tierra


De cara a la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático (del 6 al 18 de diciembre, en Copenhage), la Universidad budista del Monte Koya (centro del budismo Shingon en Japón) convocó el pasado 25 de abril una asamblea interreligiosa para sumarse a las reclamaciones que surgen en todo el mundo, apelando a dirigentes de la política y economía para que reaccionen responsablemente ante la crisis ecológica que amenaza al futuro del planeta.
Budistas, sintoístas y cristianos (en el panel de la foto) dialogamos para preparar la declaración que se ha enviado a la cúpula de la Conferencia.

Son conocidas iniciativas semejantes por parte de diversos grupos religiosos. Por ejemplo, la que redactaron 20 maestros budistas de diferentes tradiciones y encabezó la firma del Dalai Lama como reacción al libro de colaboración científico-religiosa Ahora es el momento de actuar; Respuesta budista a la crisis climática.

Los obispos japoneses, que ya habían hecho semejante apelación en 1992 y en su Carta sobre la vida al comienzo del milenio, reiteraron la llamada de atención ante la cumbre de Toyako, en agosto del 2008.

Al exhortar internacionalmente a la responsabilidad hacia el futuro del planeta coincidimos budistas y cristianos en subrayar la “convivencia en la tierra y con la tierra”.

Thich Nhat Hanh,
en su libro Interbeing: Fourteen Guidelines for Engaged Buddhism ha acuñado la noción de “inter-existencia” on “inter-conviviencia”, partiendo de la cosmovisión budista sobre la interrelación e interconexión de todo con todo, como idea fundacional para una espiritualidad y comportamiento ecológicos. Concuerda con la teología cristiana de la presencia dinámica de la energía del Espíritu unificándolo todo.
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