Fe y buen humor vs. cinismo y crispación

Le enseñé al señor SUZUKI fotos de una revista católica en las que aparecen caras adustas de ortodoxia religiosa con gestos enfadados y entrecejos fruncidos. Se sonrió, como un Buda, diciendo:”¿Será que no tienen fe?”. Recoge la escena el párrafo siguiente de nuestras conversaciones:

Masiá. Me da la impresión de que el Buda cuenta sus parábolas con cierta sonrisa traviesa en sus labios.
Suzuki. Claro, comprende y acoge nuestra fragilidad. Y también nosotros sonreímos al descubrir la estratagema. La sonrisa acompaña siempre a la iluminación. Quien cree, sonríe.
M. Pero hay creyentes que no sonríen, ponen cara enfadada para condenar a los demás y se ponen tensos al hablar de religión.
S. Será por falta de fe, no será auténtica su religiosidad.
M. Pero son personas presuntamente espirituales, con rostro adusto y suspicaz.
S. Será que les falta espiritualidad. Nuestro fundador Niwano estaba siempre sonriente.
M. En mi país se ha hecho célebre el fenómeno de la crispación, tanto en políticos como en dirigentes religiosos.
S. Si se crispa el político, señal de que no tiene ideas. Si se crispa el religioso, señal de que le falta fe.
M. Me deja usted sin palabras, señor Suzuki.
S. La crispación conlleva oposición y enfrentamiento: trazamos fronteras y lindes, distinguimos entre nosotros o nosotras y ellos o ellas, entre el ser humano y la naturaleza, entre los pueblos y naciones. En el mundo de la iluminación se diluyen todas las divisiones y dualidades. Por eso es posible sacar bien de todo, de la luz y de las tinieblas.
M. Pero hay quienes sospechan de esta visión de la vida, por parecerles que no hay lugar para la responsabilidad, ni para distingir bien y mal. Esta objeción la he escuchado en Occidente al hablar sobre el budismo.
S. No es así. Recuerde lo que dijo usted en otro momento: Ni dualismo, ni panteísmo. En el dualismo se le echa la culpa a las otras personas, supuestamente culpables. En el panteísmo se le echa la culpa a la divinidad. Pero en la unidad, ni dual ni panteísta, del budismo o del cristianismo hay lugar para la sana culpabilidad y responsabilidad.

(Del libro El Dharma y el Espíritu. Conversaciones entre un budista y un cristiano, PPC, 2008, cap. 5).
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