En contacto con el Buda Eterno

(El número de diciembre, 2009, de la revista Dharma World-for living Buddhism and Interfaith dialogue- está dedicado a la oración en las religiones. Traduzco un resumen del artículo de Nichiyo Niwano, Presidente de la Asociación budista seglar Koseikai y co-presidente de la Conferencia mundial de religiones por la paz (WCRP).

Juntamos las manos en un gesto de reverencia. Al reconocer la vida de Buda en nuestro interior, dirigimos esa reverencia hacia lo hondo de nosotros mismos. Si somos capaces de juntar así las manos ante nosotros mismos, también las juntaremos e inclinaremos la cabeza reverentemente ante cualquier persona.

Unas personas nos aceptan; otras, no. Ambas reacciones nos hacen volver sobre nosotros mismos, con nuestras luces y sombras. Así nos descubrimos y descubrimos el Dharma (el misterio de la Vida, el Buda Eterno),

Cuando tratamos de ayudar a otras personas (orientar en el camino), transmitir la enseñanza (anunciar el Dharma) o conversar en grupos de ayuda mutua (compartir vida y fe), estas tres maneras de relacionarnos tienen un elemento común; son momentos de encuentro: con las demás personas, con nosotros mismo y con el Buda Eterno.

Son ocasiónes para percibir la enseñanza básica budista de la interconexión o interrelación de todo con todo, la interdependencia originaria. Así nos ponemos en contacto con el Buda, estrechando esos vínculos.
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