"La Paz es una flor frágil". La definición no es solo una foto del estad actual del mundo, sino que es además el título de la escultura en bronce que el papa Francisco le regaló hoy al presidente ucraniano Volodimir Zelenski tras una reunión de 35 minutos que tuvieron en el Vaticano.

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En un marco en el que una nueva guerra, la de Medio Oriente, ha acaparado los titulares mundiales sin que eso signifique que el Vaticano se olvide de lo que sucede en Ucrania hace más de dos años y medio, el papa Francisco volvió a reunirse con el líder ucraniano, en medio de la gira del mandatario por Europa en busca de apoyos a su plan de paz. 

Francisco y Zelenski se reunieron hoy durante 35 minutos de conversación a solas, tras los que el pontífice le regaló la escultura y, una novedad dentro de la lista estable de obsequios, el libro "Perseguidos por la verdad. Los greco-católicos ucranianos tras la cortina de hierro". También, como de costumbre, sus gritos y el mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año.

Zelenski, en un marco en el que la guerra domina todo, incluso los regalos, le obsequió al Papa una pintura sobre la masacre de Buchaca, titulado "La historia de Marichka", que describe las atrocidades de las que fue testigo una niña ucraniana tras uno de los ataques rusos más resonantes desde el inicio de la guerra en febrero de 2022.

La audiencia con el presidente ucraniano fue la segunda en menos de un semestre, tras el encuentro que tuvieron en junio en el marco del G7 en Bari, y a poco más de un año de la reunión que protagonizaron en mayo de 2023 en el estudio del Aula Pablo VI del Vaticano.

La reunión tuvo además como marco la insistencia semanal del Papa a no olvidar lo sucedido en Ucrania desde la invasión rusa de febrero de 2022, y mientras el Vaticano continúa su reclamo de un proceso de paz para Ucrania, que incluso ha hecho que el pontífice designara como delegado personal al cardenal italiano Matteo Zuppi. Zuppi, que ha logrado avances en las negociaciones por los niños que Ucrania denuncia que fueron llevados a Rusia, desarrolló una agenda de reuniones con Estados Unidos y Rusia para tratar de llegar a un alto el fuego que por el momento parece lejano.

Tal y como apuntó posteriormente en un comunicado la Santa Sede, tras la reunión, y durante su encuentro con Parolin y Gallagher, se habló sobre "el estado de la guerra y la situación humanitaria en Ucrania, así como  las vías que podrían poner fin a la misma, conduciendo a una paz justa y estable en el país. Además, también se examinaron algunas cuestiones relativas a la vida religiosa en el país".