En gesto concreto de ayuda para aliviar "el dolor de estos pueblos que sufren por el terremoto", el papa Francisco envió dinero y camisetas térmicas para los desplazados por el sismo de la semana pasada en Turquía y Siria, que provocó al menos 35.000 víctimas.
El gesto del Papa, en continuación con el llamado a la solidaridad internacional que hizo el domingo en el ángelus, se materializó a través de la Limosnería Apostólica que encabeza el cardenal polaco Konrad Krajewski.
Así, esta mañana, el Pontífice envió 10.000 camisetas térmicas al campamento de desplazados de Kilis, en Turquía, que acoge a personas de los dos países afectados por el sismo.
En cuanto a Siria, Francisco envió, a través del Dicasterio para el Servicio de la Caridad, una ayuda económica a la Nunciatura Apostólica, que la utilizará en la zona, apoyando a la población ya debilitada por tantos años de guerra y ahora por el "devastador terremoto", informó Krajewski en diálogo con la prensa.
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