El vínculo Roma-Beijing cumple dos años el 22 de septiembre Parolin confirmó la intención de renovar el acuerdo con China para la designación de obispos
Después de que Beijing diera pistas de una renovación la semana pasada, el secretario de Estado ratificó la voluntad del Vaticano para extender por uno o dos años el acuerdo firmado en septiembre de 2018
Las dos diplomacias bimilenarias del mundo se han caracterizado siempre por el aplomo y reserva de sus negociaciones, por lo que las pocas e inusuales pistas dadas por Roma y Beijing en la dirección de una renovación parecen mostrar que la prórroga es casi un hecho consumado
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
El Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, confirmó hoy la voluntad de la Santa Sede para prorrogar por uno o dos años el acuerdo provisorio firmado con China el 22 de septiembre de 2018, por un plazo inicial de dos años, tal como había adelantado la semana pasada la cancillería del gigant asiático.
El acuerdo sobre el nombramiento de obispos, cuyo texto se mantiene aún en reserva, vencerá “en octubre” pero las intenciones comunes son continuar con la renovación de este acuerdo, planteó Parolin este lunes en diálogo con periodistas al margen de una conferencia con el Primer Ministro Giuseppe Conte en la Embajada Italiana ante la Santa Sede, según la agencia Ansa.
China ya se había mostrado favorable la semana pasada a una renovación, en el marco de una fuerte declaración de apoyo al vínculo con la Santa Sede.
"Con los esfuerzos concertados de ambas partes, el acuerdo provisorio sobre el nombramiento de obispos entre China y el Vaticano se ha implementado con éxito desde que se firmó hace unos dos años", dijo Zhao Lijian, portavoz de la cancillería china.
El funcionario planteó además que "desde principios de este año, las dos partes se han apoyado mutuamente en medio de la pandemia de la Covid-19, han mantenido su compromiso de defender la seguridad de la salud pública mundial y han acumulado una mayor confianza mutua y consensos a través de una serie de interacciones positivas".
"Las dos partes continuarán manteniendo una estrecha comunicación y consultas y mejorarán las relaciones bilaterales", agregó Lijian, en lo que fue leído en Roma como un apoyo explícito a la renovación.
Nombramientos conjuntos
Con el acuerdo, cuyo texto permanece secreto, el Vaticano reconoció a los siete obispos que aún no tenían el aval pontificio y se avanzó en los nombramientos conjuntos, con reconocimiento de ambas partes, de a Stefano Xu Hongwei como coauditor de Hanzhong y a Antonio Yao Shun titular en Jining/Wulanchabu.
De todos modos, las dos diplomacias bimilenarias del mundo se han caracterizado siempre por el aplomo y reserva de sus negociaciones, por lo que las pocas e inusuales pistas dadas por Roma y Beijing en la dirección de una renovación parecen mostrar que la prórroga es casi un hecho consumado.
Es que los dichos del funcionario fueron en la práctica la primera señal clara desde Beijing que confirma que se avanza hacia una renovación del acuerdo por uno o dos años, como planteó hace algunas semanas uno de los negociadores vaticanos, Claudio Maria Celli, el primero en plantear la hipótesis de la prórroga “por uno o dos años”.
Años de acercamientos
Este año, el último paso del camino común de acercamientos fue la reunión a mitad de febrero de los cancilleres de la Santa Sede, Paul Gallagher, y de China, Wang Yi, que constituyó el encuentro de más alto nivel desde la proclamación de la República Popular China en 1949, ya que el Vaticano cortó entonces los vínculos con el gigante asiático tras el ascenso de Mao Tse Tsung al poder y estableció relaciones bilaterales con Taiwán.
De todos modos, cuando hace semanas Wang Yi visitó Roma para encontrar a su par italiano Luigi Di Maio no hubo, al menos públicamente, acercamientos o reuniones con sus contrapartes de la Santa Sede.
Pese a que con más de 1.300 millones de habitantes en China hay "apenas" unos 10 millones de católicos, según las estimaciones más favorables de la prensa oficial, el Papa no ha ahorrado gestos hacia Beijing y ha reiterado en más de una oportunidad su intención de visitar el país.
Los constantes acercamientos en el primer lustro de convivencia entre Francisco y Xi incluyeron puntos altos como que Bergoglio obtuviera en 2014 el permiso de sobrevuelo que le había sido negado a Juan Pablo II en 1989, o que el Papa concediera en 2016 una entrevista a medios de comunicación del gigante asiático planteando su admiración por el país.