El cardenal Tolentino presentó el espacio que buscará expresar de forma "concreta" la encíclica papal de 2015 El Vaticano tendrá un Pabellón inspirado en Laudato si' para la Bienal de Venecia de arquitectura

"Será un pabellón-parábola. El título de 'Opera Aperta' lo presenta como un taller, como un proceso en curso al que todos están invitados a colaborar: arquitectos, pensadores, habitantes del barrio, asociaciones e incluso los visitantes de la Bienal", planteó Tolentino
El pabellón buscará "ser una expresión concreta, en el campo de la arquitectura, de las intuiciones proféticas contenidas en Laudato si' y convertirse en un laboratorio activo de inteligencia humana colectiva, poniendo en común: razón y afecto, profesionalismo y convivialidad, investigación y vida cotidiana"
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
Un "pabellón-parábola", una "obra abierta" que, con la inspiración de la Laudato si´, buscará dar a conocer las enseñanzas e "intuiciones proféticas" de la encíclica con la que en 2015 el papa Francisco recordó a la humanidad que "todo está conectado". Esa será la presencia del Vaticano en la decimonovena Bienal de Venecia de Arquitectura del 10 de mayo al 23 de noviembre, según anunció hoy el "ministro" de Cultura de la Santa Sede, el cardenal José Tolentino.
"Será un pabellón-parábola. El título de 'Opera Aperta' lo presenta como un taller, como un proceso en curso al que todos están invitados a colaborar: arquitectos, pensadores, habitantes del barrio, asociaciones e incluso los visitantes de la Bienal", planteó Tolentino este miércoles en la oficina de Prensa de la Santa Sede al presentar el espacio que tiene como curadoras a Marina Otro Verzier y a Giovanna Zabotti y que ocupa 550 metros cuadrados.

Según el purpurado, "en el espacio del antiguo oratorio de Santa Maria Auxiliadora, que requiere trabajos estructurales de recuperación, se narrará una parábola, ya que, al mismo tiempo que se repararán los muros y los detalles arquitectónicos del edificio, también se sanarán las relaciones de vecindad y la hospitalidad intergeneracional, reconstruyendo simultáneamente el espacio físico y el espacio social".
Con una fuerte inspiración en la encíclica de Francisco, a la que el cardenal caracterizó como "uno de los grandes textos producidos en el siglo XXI", el pabellón buscará "ser una expresión concreta, en el campo de la arquitectura, de las intuiciones proféticas contenidas en Laudato si' y convertirse en un laboratorio activo de inteligencia humana colectiva, poniendo en común: razón y afecto, profesionalismo y convivialidad, investigación y vida cotidiana".

El pabellón contó con el trabajo de la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao, de larga trayectoria en trabajos referidos a "conectividad social", "interacción con el contexto" y "diseño sostenible", explicó Tolentino, que destacó la colaboración del estudio de Bilbao con el colectivo catalán MAIO Architects y ponderó "el equipo de mujeres" que se ocupa principalmente del espacio.
Tolentino enmarcó la referencia del Pabellón en el décimo aniversario de la encíclica y sostuvo que el texto "representa un hito tanto en el Magisterio del Santo Padre como en la creciente comprensión de que la contemporaneidad está llamada a construir sobre nuestro ser todos habitantes de una misma casa común".
Hoy necesitamos tejedores de relaciones, que crean en el valor de la reparación y del cuidado. Necesitamos encontrar nuevas racionalidades que se atrevan a practicar prácticas sociales colaborativas y arriesguen paradigmas más efectivos de restitución
"Hoy necesitamos tejedores de relaciones, que crean en el valor de la reparación y del cuidado. Necesitamos encontrar nuevas racionalidades que se atrevan a practicar prácticas sociales colaborativas y arriesguen paradigmas más efectivos de restitución. Es por eso que la propuesta del Papa Francisco, que confiadamente encuentra aliados en geografías religiosas y culturales diversas, insiste en la importancia de entender que todo lo que existe se encuentra en una relación sistémica. «Todo está conectado», dice el Papa. Por lo tanto, la situación del ser humano no puede considerarse sin tener en cuenta la situación de la casa común, que es el planeta", agregó.
Un pabellón enfocado en la comunidad local
Una de las curadoras del pabellón, la española Otero Verzier, explicó que se trata de "un esfuerzo colaborativo que va más allá de las formas arquitectónicas" y que busca llamar la atención sobre la necesidad de "preservar el medio ambiente en medio de una fragilidad ecológica de estos tiempos inciertos".

Otero Verzier destacó al trabajo que se hará con la adecuación del complejo que hospedará el pabellón, "con una fuerte conexión con las comunidades locales" de la ciudad del norte italiano. "Nos invitará a repensar las relaciones entre pasado y futuro; entre destrucción y regeneración", explicó.
"El pabellón no será un trabajo terminado, será una obra abierta, que invitará a las comunidades a terminar el trabajo", gráfico luego, antes de que la otra curadora, Zabotti, enfatizara que "en una Bienal en la que se hablará de inteligencia este pabellón se enfocará en la inteligencia comunitaria".
"Toda la comunidad será involucrada" en el pabellón, detalló, parafraseando la definición del Papa de "iniciar procesos más que ocupar espacios. Es una ocasión para mostrar a la comunidad local, a las casi 300 organizaciones que hablan de solidaridad y de lo comunitario" . Tatiana Bilbao, en tanto, calificó a la arquitectura como "una forma primaria de cuidado, que es una forma de que estemos en el planeta".
"Integraremos un proceso social que ponga juntas a diferentes asociaciones a trabajar y a conocerse en este lugar, incorporando conocimiento local de Venecia, tomando formas y técnicas que parecían perdidas", resaltó también Bilbao sobre el aspecto comunitario del pabellón. En ese marco, Tolentino especificó que "la Santa Sede tendrá cuatro años el espacio con el compromiso de desarrollar actividades culturales y sociales al hacerse cargo de la restauración".