Pronto será demasiado tarde

Si nos reconocemos como custodios de la naturaleza lo logrado en el pasado sabe a poco y lo que vemos en el horizonte futuro es preocupante.

En el año 2015 la ONU aprobó los objetivos de desarrollo sostenible. Fueron unos objetivos orientados a alcanzar un mundo sin pobreza y hambre, combatir las desigualdades dentro y entre los países, acabar con las enfermedades y la violencia. Un mundo en el que todos los habitantes tuvieran acceso a educación de calidad, sanidad y protección social.

Los vítores de alabanza ante los mismos ensalzaban que eran una manera adecuada y oportuna para controlar la situación y evitar un mayor peligro.

¿Qué ha pasado con ellos? ¿Cuál ha sido el resultado?

En el presente el resultado sabe a poco. Porque no se han destinado a estos fines los fondos mínimos necesarios.

En el futuro el horizonte se ensombrece. El Presidente Trump ha anunciado que no pondrá en práctica el compromiso que había adquirido Obama para el control del cambio climático. Y Europa, la cada vez menos influyente Europa, apenas ha reaccionado.

Unos y otros conocen el mensaje riguroso y dramático de miles de científicos que han advertido que pronto será demasiado tarde. Pero, pese a ello, se dejan llevar por los dictados de los intereses financieros de potentes grupos de poder. Esos que crean confusión diciendo que el problema ecológico no existe. Y que compran a los medios de comunicación para que escriban lo menos posible sobre estos asuntos.
Volver arriba