Sé tú el cuarto rey mago

En 1896 se escribió un libro que narra la leyenda de un cuarto rey. Ese rey podríamos ser cada uno de nosotros. Deberíamos ser cada uno de nosotros. Te explico por qué.

Cuenta la leyenda que Artabán había acordado con los otros tres reyes magos viajar a Jerusalén para honrar al Niño Dios.

El cuarto rey mago llevaba una gran cantidad de piedras preciosas para ofrecérselas a Jesús. En el camino se encontró con un anciano enfermo que necesitaba de sus cuidados, por lo que Artabán sin dudarlo le ofreció su ayuda.

El retraso hizo que cuando llegó a Belén Jesús y sus padres habían huido a Egipto, escapando de la matanza que había ordenado Herodes.

A lo largo de 30 años siguió buscando al Niño y prestando ayuda en los lugares por donde pasaba.

Llegó a Jerusalén justo en el momento en el que una multitud enfurecida pedía la muerte de un pobre hombre. Al mirarle descubrió en Él la estrella que buscaba. Ya no podía entregarle la única perla que le quedaba y entró en una depresión profunda, pensando que había fracasado en su misión.

Tres día más tarde esa estrella le despertó y le dijo: tú no fracasaste sino que me encontraste durante toda tu vida. Lo hiciste cada vez que ayudaste a alguna de esas personas a las que atendiste.
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