El cine a través de los ojos de la Teología “El Teorema de Marguerite”: la quadrangulatura del humano
“El Teorema de Marguerite”: una historia natural y agradable de obsesión, genialidad, desilusión y reconstrucción emancipadora de una identidad en medio de una poética matemática cinematográficamente tan cómica y romántica como previsible
Toda esta obra, en su retrato de búsqueda de una infinitud sintetizadora y de una solidez penetrante, muestra que cuanto más uno se entrega a la ciencia en busca de sus verdades, más podrá encontrar la Verdad que pide ser albergada por el amor
| Alexandre Freire Duarte
Septiembre, el mes de la vuelta a las escuelas. Nada mejor, entonces, que la feliz coincidencia de la mejor película que llegó a la gran pantalla en ese periodo en España tenga que ver con el estudio. El estudio avanzado. “El Teorema de Marguerite”: una historia natural y agradable de obsesión, genialidad, desilusión y reconstrucción emancipadora de una identidad en medio de una poética matemática cinematográficamente tan cómica y romántica como previsible –como una ecuación sentimental que ya se ha tratado muchas veces.
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De todos los actores, sólo dos me llamaron la atención: Darroussin (perdido en un mundo en el que nunca antes tuvo que entrar) y, sobre todo, Rumpf (obstinada pero tierna; fría pero frágil; poco refinada y poco elegante pero con un inmenso trabajo puesto en la postura y en la mirada para encarnar a una matemática, tan tímida como emotiva, en un mundo de matemáticos del que sale sin que parezca una alegoría). Al lado de esta salida, los cambios de color, de la monocromía al color radiante, son bellos y bien ajustados.
¿Ya se nota que no me fascinó esta obra? Es verdad. Pero sólo como película pobremente dirigida, aunque los temas que aborda sean muy interesantes. En primer lugar, el de la ruptura con una vida anterior: la llamada por Jesús y, por ejemplo, de Andrés, Pedro y Mateo. Llamamientos a la reconstrucción de sus vidas sobre la Roca divina, pero, sin embargo, instalando una descompensación y una desestructuración que no se pueden minusvalorar. Sucede a todos los que son tocados, en la “punta fina de su espíritu”, por el Señor. Es bueno que haya pocas percepciones de estos toques que lleven a pérdidas, sino a francas gaños en fidelidad, desprendimiento del “ego”, bondad y libertad.
Luego está la alusión al hecho, de difícil cognición en el conjunto de la obra, de que la reconstrucción de la feminidad de la protagonista carece de una experiencia amorosa con un varón. No soy de los que dicen que la mutualidad sexual elimina o disminuye la complementariedad entre los sexos –al contrario, afirmo con convicción ambas cosas–, e incluso creo que la grandeza de una mujer radica en ser lo que Dios ha soñado para ella –algo que tal combinación de mutualidad y complementariedad (también biológica) potencia. Pero el varón no puede ser el paraíso de la mujer, porque aunque lo vive, no es infinito.
A continuación, la evidencia de que hay personas –buenas personas, independientemente de si son cristianas– que eligen una vida célibe e incluso virginal para se dedicaren por entero a una profesión. Contrariamente a lo que se suele oír sobre las religiosas y los sacerdotes, nadie las califica de “frustradas” o de “desequilibradas”, más bien, las admiran y se dejan interpelar y conmover por esa dedicación. Entonces, ¿cuál es la razón de este trato diferenciado, si no un prejuicio que, quiera o no, esta película desmonta?
‘El teorema de Marguerite’: el fracaso como parte del éxito en matemáticas https://t.co/6AQPclDRhT
— Materia (@materia_ciencia) September 21, 2024
En resumen, toda esta obra, en su retrato de búsqueda de una infinitud sintetizadora y de una solidez penetrante, muestra que cuanto más uno se entrega a la ciencia en busca de sus verdades, más podrá encontrar la Verdad que pide ser albergada por el amor. Es posible que muchos se queden en el camino al ver que otros son mejores que ellos, ¿pero esto no debería ser una ocasión de alegría? ¿Qué es lo más importante? ¿Ser el “genio” o una persona solícita, persistente, feliz y abierta a experiencias que humanizan en Cristo Jesús? (pues todo el humanismo que no sea crístico invita a un antropocentrismo en el cual Dios anda, muchas veces perdido –si no sepultado–, siendo, así, posiblemente deshumanizante).
(EUA; 2023; dirigido por Anna Novion; com Ella Rumpf, Jean-Pierre Darroussin, Clotilde Courau)
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