Conferencia: 'Presencia y ausencia de Dios en el cine' Pedro Miguel Lamet: "Todo cine que transmita el pálpito de la vida y sea auténtico arte es religioso”
"En cambio muchas películas pretendidamente religiosas falsean la fe"
Conferencia sobre Presencia y ausencia de Dios en el cine de Pedro Miguel Lamet en la Cátedra de Teología del Chaminade
El jesuita analizó el tema de Dios en el cine por ausencia, búsqueda y presencia en las mejores películas de la Historia, a través de valores evangélicos implícitos y por medio del cine bíblico
El jesuita analizó el tema de Dios en el cine por ausencia, búsqueda y presencia en las mejores películas de la Historia, a través de valores evangélicos implícitos y por medio del cine bíblico
"Toda película que sea auténtica obra de arte es religiosa, es sagrada. En cambio muchas obras consideradas 'religiosas' suelen ser subproductos que a veces producen el efecto contrario que pretenden", han defendido ayer Pedro Miguel Lamet durante una conferencia sobre "Presencia y ausencia de Dios en el cine", dentro del trigésimo novenos curso de la Cátedra de Teología Contemporánea José Antonio Romeo organizada por el colegio mayor Chaminade. Partiendo de las de los fundamentos teológicos de la Estética y el Arte, Lamet analizó dos tendencias, la dualista escolástica y la inmanentista de Teilhard de Chardin y Karl Rahner, junto con la experiencia cuasirreligiosa de la inspiración poética.
El jesuita, ex profesor de Teoría y Estética del Cine, analizó a continuación el tema de Dios en el cine por ausencia, búsqueda y presencia en las mejores películas de la Historia, a través de valores evangélicos implícitos y por medio del cine bíblico. Constató que desde el punto de vista ético hoy se ha acabado el cine de "buenos y malos" del antiguos Western clásico y pasó a comentar el problema del mal en diversas películas, como Viridiana, Al azar Baltasar, Mr. Nobodoy, La Naranja mecánica, Amadeus, Seven, Los comulgantes, El árbol de la vida y otras. El interés actual por el cine violento y de terror es un síntoma del desencanto del mundo actual.
El conferenciante trazó a continuación las huellas de Dios por búsqueda y presencia en filmes como Nazarín, Diario de un cura rural, El séptimo sello, El silencio, la Mision y sobre todo Ordet de Karl Dreyer, que "hace cinematográficamente creíble un milagro".
Otra manera por la que Dios se hace presente en el cine es indirectamente, de un modo implícito, a través de dos movimientos, como el Neorrealismo italiano y la Nueva Ola francesa, que el ponente analizó en sus principales films, gracias a un profundo respeto a la realidad "su manera de contemplar el mundo, mirar lo pequeño, los marginados y su inquietud social". Esta forma de presencia se advierte también en películas como De dioses y hombres de Xavier Beauvois (2010), Rompiendo las olas, de Lars von Tier (1966), la trilogía Tres colores (Azul, Blanco y Rojo) del director y guionista polaco Krzysztof Kieslowsk. Una historia verdadera de David Lynch (1999), El árbol de los zuecos de Ermano Olmi (1978) o la reciente Roma, del mexicano Alfonso Cuarón, entre otras.
Respecto a los intentos de cine bíblico Pedro Miguel Lamet cree que la mayoría de las películas de masas y hollywoodienses sobre Dios, son más películas de “romanos”, con un Jesús melifluo y poco creíble que obras verdaderamente espirituales. Abundó en la dificultad de llevar a la pantalla al Hombre-Dios por la índole "cósica", "carnal" del cine. Dijo que películas como La Pasión de Mel Gibson, están más cerca de la estética del cine de terror que del cine religioso y que El evangelio según San Mateo del Pier Paolo Pasolini es probablemente el mejor Jesucristo representado en el cine, pese haber sido criticado por provenir de un realizador homosexual y marxista.
Finalmente, el conferenciante se preguntó si Dios es filmable y respondió: "Si el hombre, su dolor, su belleza es filmable, Dios es filmable". Pero respecto a los valores cristianos es más partidario del cine que refleja la vida que de las películas bíblicas propiamente dichas que se quedan en la cáscara del relato evangélico.
Respecto a mucho cine pretendidamente religioso actual cree que en general se excede por una piedad ternurista y decadente, más que por presentar la desnuda radicalidad del Evangelio; y sobre la actitud de la Iglesia, que ha sido más propensa a la censura y la obsesión por la ortodoxia que a potenciar el verdadero arte. Recordó unos versos del poeta padre Juan Bautista Bertrán SJ a propósito de la actitud que hay que tener frente al mundo y al arte: "A veces por las venas de la cosas / sube una luz azul cual de presencia". Y la frase de Eugenio D’Ors, aplicable al cine: "La estatua o es un dios o un cachivache". Todo arte, toda poesía deja un sabor a más, "un no sé qué queda balbuciendo" en palabras de San Juan de la Cruz.
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