Una linda iniciativa de alumnos de dos institutos extremeños en favor de estudiantes de la selva peruana Estudiantes que ayudan a estudiantes
Diosito lindo, qué gesto más noble: cambiar diversión por solidaridad, invertir en ayudas a los que tienen menos. Gracias alumnos del ciclo de INA y de 4º de ESO del “Santiago Apóstol”. Gracias alumnos de 2º de Bachillerato 2019-2020 del “Maestro Juan Calero”. Gracias Antonio, gracias Elena. Los jóvenes son capaces de todo, y más cuando cuentan con buenos educadores. Ustedes tienen una selva interior, llena de vida, que ha sembrado una flor de amistad y fraternidad a orillas del Amazonas.
Esta es una historia muy hermosa, de esas que te hacen tener esperanza en la gente joven y creer en la bondad del ser humano. No por aparatosa o deslumbrante, sino por auténtica. Me da gusto contarla y así, al mismo tiempo, agradecer de corazón a los protagonistas.
Como hay muchas personas generosas, suelo recibir aportes para la misión. Entre estos amigos está Antonio Matito, profesor de religión del IES “Santiago Apóstol” de Almendralejo, que siempre anima campañas en su instituto para recolectar fondos y colaborar. En uno de mis viajes a España estuve de hecho allí, conversando con un par de grupos de alumnos, y también en alguna ocasión me han entrevistado vía telefónica para su programa de radio colegial.
De modo que, como otras veces, Antonio me avisa por whatsapp de que tiene un dinero para mandarme. Pero esta vez su procedencia me deja sin palabras. Transcribo:
“El dinero de este año lo estamos recaudando los alumnos del Ciclo Superior de Industrias alimentarias y los alumnos de 4º de la ESO. El año pasado se quedó pendiente una excursión que no se pudo hacer por el COVID y los alumnos han decidido donar el dinero que pusieron para la misión”
¡Wow! Diosito lindo, qué gesto más noble: cambiar diversión por solidaridad, invertir en ayudas a los que tienen menos. Me pareció genial y enseguida se me ocurrió a qué fin dedicar ese fondo: hacer posible que jóvenes iguales que ellos, pero con menos oportunidades, puedan estudiar en la universidad. Y en concreto poder brindar una laptop (ordenador portátil) imprescindible en tiempo de pandemia en Perú, donde la enseñanza es remota y hace más de un año que no hay clases presenciales ni se las espera de momento.
Se unió a la iniciativa el IES “Maestro Juan Calero” de Monesterio, donde mi hermana Mª Elena Caro, profesora de educación física, lleva tiempo organizando una carrera solidaria. Los alumnos que participan compran sus dorsales, al mismo tiempo se arma un mercadillo de comercio justo, y toda esa recaudación se destina al alguna necesidad cercana o lejana, como por ejemplo sufragar un microscopio para luchar contra el paludismo en el río Yavarí (ver aquí) hace un par de años.
El año pasado le tocaba al curso de mi sobrino Luis, segundo de Bachillerato, organizar el evento. Lo obtenido sería enviado “al Amazonas”. Pusieron carteles, anunciaron por los medios, se iban a pintar las caras al modo indígena para correr… estaba todo preparado, pero sobrevino la cuarentena estricta y la cosa se fregó. Han transcurrido catorce meses, Luis está en Cáceres estudiando, y la hucha con las aportaciones que habían ido recogiendo seguía en el instituto. Así que me han depositado para sumar al apoyo a, en este caso Oriana y Valery, pero podían haber sido otros:
Gracias alumnos del ciclo de INA y de 4º de ESO del “Santiago Apóstol”. Gracias alumnos de 2º de Bachillerato 2019-2020 del “Maestro Juan Calero”. Gracias Antonio, gracias Elena. Los jóvenes son capaces de todo, y más cuando cuentan con buenos educadores. Ustedes tienen una selva interior, llena de vida, que ha sembrado una flor de amistad y fraternidad a orillas del Amazonas. Estos jóvenes, con los ojos llenos de futuro, les reconocen el cariño que les han demostrado, aun sin conocerlos.
Tal vez habría que empezar a ahorrar para cruzar el charco y venir a visitarnos, porque están invitados; ¡esa si que va a ser una peazo excursión!