Hasta no hace muchos años, el sábado, víspera de Domingo Ramos a estas horas, 8 de la tarde, las huertas eran un hervidero de hombres y niños buscando y cortando los ramos para llevar mañana a la procesión. "En Loureses, tierra de laureles, en gallego laureiros, hay laureles para que todo la parroquia de Aguís pudiera llevar un ramo de laurel. Los niños, algunos no tan niños, competían en quién llevar el ramo más grande. "Mañana, todos los niños llevaban la ropa de las fiestas y los que podían estrenaban alguna prenda", me dijeron. Cada casa esperaba a los que estaban fuera y podían venir para ir todos juntos a la procesión , conmemoración de la entrada triunfal de Jesús en una borrica pisando los ramos, los vestidos y capas que la gente tendía a su paso.