"Sé que hay mucha gente que está sufriendo en Ciudad Rodrigo”, dijo el secretario del episcopado Argüello asegura que la diócesis de Ciudad Rodrigo “no va a desaparecer”, pero no descarta su “unión” con Salamanca

La diócesis de Ciudad Rodrigo parece sentenciada. Con las matizaciones a las que ya nos tiene acostumbrados, Luis Argüello, el secretario general del episcopado español acaba de asegurar que la diócesis civitatense “no va a desaparecer”, pero no descarta su “unión” con Salamanca. Es decir, una especie de desaparición encubierta o de fusión fría.

El también obispo auxiliar de Valladolid abordó la polémica cuestión de la eventual desaparición u absorción de la diócesis en una entrevista en el programa 'Cuestión de prioridades' de Castilla y León Televisión (a partir del minuto 12). En primer lugar, el prelado calificó de “valioso” el proceso de movilizaciones que está teniendo lugar en la comarca de Ciudad Rodrigo y que llegó incluso a las Cortes de Castilla y León, abogando por el mantenimiento de la diócesis con un obispo residencial.

“Esto muestra el deseo de una comunidad, que expresa el valor de tener diócesis para una localidad como ciudad Rodrigo y sus pueblos”, dijo Argüello, que se mostró hasta sorprendido por este “proceso curioso en un régimen de separación Iglesia-Estado” el que se haya intentado una declaración institucional al respecto en las Cortes regionales.

El portavoz de los obispos quiso dejar bien claro que “la diócesis de Ciudad Rodrigo no va a desaparecer, lo que puede ocurrir es que sean dos diócesis que tengan un solo obispo”. Y, didáctico como siempre, puso tres ejemplos.

El primero, el de la diócesis de Jaca, que sigue siendo diocesis, pero ha dejado de tener obispo residencial, para pasar a ser regida por el de Huesca, monseñor Ruiz Martorell, que se denomina 'obispo de Huesca y Jaca'. Se trata de una fusión de diócesis encubierta y que, con el paso del tiempo, suele ser total y asemejarse más a la figura de las diócesis con doble cabecera, como Tui-Vigo, Osma-Soria, Coria-Cáceres o Mondoñedo-Ferrol, entre otras.

El otro ejemplo que adujo monseñor Argüello fue el italiano. “Este es un proceso que lleva tiempo haciéndose en Italia, porque hay muchas diócesis y muy pequeñas”. De hecho, este mismo viernes el Vaticano anunció la unión “in persona episcopi” de las diócesis de Teano-Calvi y Alife-Caiazzo. Un proceso, que, como el propio prelado reconoció, “genera problemas” y “no está siendo nada pacífico”

El tercer ejemplo aducido por el secretario de los obispos fue el de la unión de diversas parroquias en las denominadas “unidades pastorales”.

Argüello reconoce que la eventual unión de Ciudad Rodrigo con Salamanca también está generando problemas. “Sé que hay mucha gente que está sufriendo en Ciudad Rodrigo, porque tengo muchos amigos y conocidos, y desearía que la Santa Sede resolviera en favor de que Ciudad Rodrigo tuviera un obispo propio, incluso para hacer un camino de posible integración o relación singular con la diócesis de Salamanca”.

Pero, independientemente de sus deseos, Argüello dejó claro que la solución del problema no depende de la Conferencia episcopal, sino de la Santa Sede. “Me consta que Roma está recabando informes y opiniones de unos y de otros, de los que lo ven de una forma y los que lo ven de la otra”. Al final, será Roma la que decida, pero la suerte parece estar echada para Ciudad Rodrigo.

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