El presidente de la CEE pide una "operación rescate" para el sacramento Argüello denuncia que las Primeras Comuniones se han convertido en "mini-bodas"
"Qué decir de la caridad, cuando tantas familias, al organizar la fiesta de la Primera Comunión, hacen “una mini boda”, si se me permite esta expresión, que incluso, para algunas de ellas, supone un esfuerzo económico extraordinario, con lo cual hablar de la caridad como solidaridad con los más pobres parece algo desmedido o exagerado"
"No hagamos de nuestras celebraciones una “mini boda”, una fiesta exagerada que desvirtúe y devalúe el significado que la comunidad cristiana da al domingo y a la celebración de la Primera Comunión"
'Rescatar la Primera Comunión'. Este es el título de la carta que acaba de publicar el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, con motivo del mes de mayo, tradicionalmente el mes de las comuniones.
En su escrito, Argüello reclama una "operación rescate" de la Primera Comunión, "porque muchos niños (...) tienen la expectativa del día de la Primera Comunión como el de una fiesta en la que van a recibir muchos regalos, hasta el punto de que los mismos tapan el gran regalo que es Jesús o le sitúan en un puesto secundario".
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"Reconozcámoslo, más que ser invitados los niños a participar en la Eucaristía del Domingo se convierte en ellos en el centro", reflexiona Argüello, quien lamenta cómo estas celebraciones dejan "extraordinariamente diluida" a la la comunidad parroquial.
"Y qué decir de la caridad, cuando tantas familias, al organizar la fiesta de la Primera Comunión, hacen “una mini boda”, si se me permite esta expresión, que incluso, para algunas de ellas, supone un esfuerzo económico extraordinario, con lo cual hablar de la caridad como solidaridad con los más pobres parece algo desmedido o exagerado", denuncia el prelado.
"Queridos niños que vais a vivir el encuentro con Jesús, en estos días, queridas familias y comunidades cristianas, rescatemos la Primera Comunión para que sea verdaderamente un momento singular de encuentro de los niños con Jesús sin que otras cosas los despisten", reclama Argüello, quien invita a los párrocos a "rescatar" la primera comunión "para que sea celebrada en domingo".
"No hagamos de nuestras celebraciones una “mini boda”, una fiesta exagerada que desvirtúe y devalúe el significado que la comunidad cristiana da al domingo y a la celebración de la Primera Comunión", concluye Argüello, quien admite que "es legítimo que hagamos fiesta", pero "situada esta celebración en el seno de la comunidad cristiana, con la sencillez propia de una fiesta que no pone tanto el acento en las cosas externas, en el dinero que gastamos en ella, sino en la alegría de sabernos hermanos convocados por Jesús a la Eucaristía, congregados por Él entorno a la mesa y enviados para anunciar la buena noticia".
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