'Los Renacidos' ponen letra el escándalo que provoca el obispo de Cádiz Copla a monseñor Zornoza, el “reverendísimo avaro”
Su quehacer episcopal fue acuñando una imagen pública de hombre al que le gusta el buen vivir y, sobre todo, sin escrúpulos, a la hora de gestionar la diócesis como una empresa. Para él, lo que cuenta son los beneficios económicos y el silencio de los corderos entre su clero
El título ya deja clara la intención de la copla: “Reverendísimo Avaro”, para pasar después a criticar a saco al “señor obispo de Cádiz”, “monseñor de la codicia, del lucro sin fe y de los pisos vacíos”
Y al “monseñor de la rapiña, dueño de casas sin gente”, le preguntan en la copla cúal es su catecismo: “el de Jesucristo o el de Lucifer”
Sólo quedan dos salidas para el todavía obispo de Cádiz: o Roma le pide la renuncia o el propio Zornoza, en un arranque de vergüenza torera, se la presenta al Papa y se retira a un monasterio a rezar
Y al “monseñor de la rapiña, dueño de casas sin gente”, le preguntan en la copla cúal es su catecismo: “el de Jesucristo o el de Lucifer”
Sólo quedan dos salidas para el todavía obispo de Cádiz: o Roma le pide la renuncia o el propio Zornoza, en un arranque de vergüenza torera, se la presenta al Papa y se retira a un monasterio a rezar
La jerarquía de la Iglesia tiene muy claro que, además de evangelizar, la principal labor de un obispo en su diócesis es mantener viva la unidad, lo que en teología se denomina comunión. Es decir, el obispo está obligado, como su propio nombre indica, a ser pontífice o puente entre las diversas sensibilidades eclesiales. Si no sabe, no quiere o no puede hacerlo (léase el caso del 'defenestrado' monseñor Munilla) debería dejar de pastorear una diócesis. Pasó en San Sebastián y pasa en Cádiz.
Rafael Zornoza Boy (Madrid, 1949) lleva en Cádiz-Ceuta ya 11 años, pero nunca consiguió conectar con sus diocesanos. Llegó precedido de su fama de conservador y de rígido, que él mismo se fue encargando de cultivar y expandir. Tanto entre sus curas, como entre sus fieles. Pasado el tiempo, su quehacer episcopal fue acuñando una imagen pública de hombre al que le gusta el buen vivir y, sobre todo, sin escrúpulos, a la hora de gestionar la diócesis como una empresa. Para él, lo que cuenta son los beneficios económicos y el silencio de los corderos entre su clero.
De hecho, ha metido en juicios canónicos a dos de los curas que han cuestionado sus procedimientos poco evangélicos: Al canónigo de la catedral, Rafael Vez, y al ex párroco de Vejer, Antonio Casado. Dos casos que claman al cielo y que hablan a las claras de la saña con la que el prelado persigue a los curas críticos. Quizás por eso, la mayoría del clero gaditano calla por miedo y los de su cuerda le reverencian con obsequisidad zalamera. Pero pocos, muy pocos, le quieren.
Mientras la tensa situación se mantuvo en el ámbito clerical, Zornoza fue capeando todos los temporales, sobre todo con cierta ayuda vaticana y de los movimientos eclesiales más conservadores. Pero, ahora, es el pueblo -el santo pueblo de Dios- el que le ha colocado en su diana.
Y una de las comparsas más famosa de Cádiz, la de Los Renacidos, le ha dedicado una de sus letras, en la que le dice de todo, menos cristiano. El título ya deja clara la intención de la copla: “Reverendísimo Avaro”, para pasar después a criticar a saco al “señor obispo de Cádiz”, “monseñor de la codicia, del lucro sin fe y de los pisos vacíos”. Y es que la gente y los músicos no entienden que el prelado tenga viviendas vacías, sin dar cobijo a los sintecho y a los desahuciados.
Y al “monseñor de la rapiña, dueño de casas sin gente”, le preguntan en la copla cúal es su catecismo: “el de Jesucristo o el de Lucifer”. Porque tener tantas viviendas vacías en Cádiz “es un pecado negro, que se convierte ya en mortal”.
Más aún, le acusan de atentar contra los derechos humanos y pecar de avaricia “contra Dios y contra el pueblo”, haciendo todo lo contrario a “lo del buen samaritano”. Y rematan con un verso que no tiene desperdicio y descalifica a Zornoza, para seguir ejerciendo de obispo: “no se si es usted un usurero, un mezquino, un tirano, pero lo que sí sabemos es que no es usted un buen cristiano”.
Vox populi, vox Dei, dice el refán eclesiástico, y la voz del pueblo gaditano asegura que su obispo “no es un buen cristiano”. Y, por lo tanto, se ha convertido en un antitestimonio (amén de un hazmerreír) para la gente a la que tiene que pastorear. Y esa imagen acuñada en cantares populares está cada vez más sedimentada.
Por eso, sólo quedan dos salidas para el todavía obispo de Cádiz: o Roma le pide la renuncia o el propio Zornoza, en un arranque de vergüenza torera, se la presenta al Papa y se retira a un monasterio a rezar.
El Vaticano tardó 12 años en remover a Munilla, sin echarle. ¿Qué hará, ahora, con este otro obispo 'malquerido'? ¿O tendrá agallas monseñor Zornoza para reconocer que está hiriendo la comunión en su diócesis y ya no puede pastorearla? Me temo que no. Y el pueblo santo de Dios le seguirá señalando con el dedo en sus cantares. Y lo que es pero, la institución que representa el prelado seguirá perdiendo credibilidad a borbotones. De la poca que ya le queda.
Pasodoble 'Reverendísimo Avaro' Los Renacidos
Reverendísimo avaro
Señor obispo de Cádiz
Con to mi rabia en la boca
Hoy quiero esta copla
Cantársela a usted
Monseñor de la codicia
Del lucro sin fe
Y de los pisos vacíos
Yo no sé si su catecismo
Es de Jesucristo
O es de Lucifer
Monseñor de la rapiña
Dueño de casas sin gente
De tanto inmueble cerrado
Usted ha negado repetidamente
A los sin techos y a los desahuciados
Ay monseñor de la avaricia
Si bien en su altar episcopal y romano
Diga en que libro usted ha aprendido a despreciar
Esos derechos humanos
Tantas viviendas vacías
En Cádiz son un pecado
Pero ese pecado negro
Se convierte ya en mortal
Si son de nuestro obispado
A tantas pobres familias
Monseñor le niega el techo
Que su avaricia es injuria
Contra dios y contra el pueblo
Yo no se si usted ha leído
Lo del buen samaritano
No se si es un usurero
Un mezquino, un tirano
Pero lo que si sabemos
Y es que no es usted un buen cristiano
Y namas que voy a decirle
Lo que el evangelio dijo
En una noche fría
A unos padres con sus hijos
Ni tan siquiera una mula y un buey
Les negaron cobijo
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