'Construyendo futuro': Comunicado de la Mesa por la Hospitalidad La Iglesia de Madrid alza su voz por los refugiados: "¡Cuántas vidas perdidas!"
La Mesa por la Hospitalidad de la archidiócesis de Madrid une su voz a la de otras entidades eclesiales y civiles con motivo del Día Mundial del Refugiado 2023. Y hace público el comunicado 'Construyendo futuro'
"Algo no va bien en los países en origen, en los países y en las vías de tránsito y en los países de destino"
"¡Cuántas vidas perdidas! ¡Cuántos sueños frustrados en las vallas y en los muros que se construyen en las fronteras"
"Nos jugamos mucho como sociedad y nos enriqueceríamos mucho a todos los niveles si, como nos recuerda el Papa Francisco, 'construimos el futuro con los migrantes y refugiados'. Las generaciones futuras nos lo agradecerán si lo hacemos y nos lo demandarán si no lo hacemos"
"¡Cuántas vidas perdidas! ¡Cuántos sueños frustrados en las vallas y en los muros que se construyen en las fronteras"
"Nos jugamos mucho como sociedad y nos enriqueceríamos mucho a todos los niveles si, como nos recuerda el Papa Francisco, 'construimos el futuro con los migrantes y refugiados'. Las generaciones futuras nos lo agradecerán si lo hacemos y nos lo demandarán si no lo hacemos"
(Archimadrid).- La Mesa por la Hospitalidad de la archidiócesis de Madrid une su voz a la de otras entidades eclesiales y civiles con motivo del Día Mundial del Refugiado 2023. Y hace público el siguiente comunicado:
1.«En primer lugar, mostramos nuestra consternación y dolor por el devastador naufragio del día 14 de junio en el mar Jónico. Ha causado la muerte de cientos de vidas humanas que venían huyendo de guerras, violencia y hambre. Elevamos nuestra oración por las víctimas y expresamos nuestra solidaridad con sus familias.
2.Lamentablemente, no es la primera vez que tenemos que estremecernos ante este tipo de desastres. Una sola víctima ya es motivo suficiente para el dolor y la indignación, pero cuando tantas personas, niños y familias, con tanta frecuencia, se ven implicadas en estas tragedias, algo no va bien. Efectivamente, algo no va bien en los países en origen, en los países y en las vías de tránsito y en los países de destino.
3.Algo o mucho no va bien cuando millones de personas se ven obligadas a huir de sus hogares a consecuencia del hambre, de las guerras, de la violencia, de la persecución, de las violaciones de los derechos humanos, de los efectos del cambio climático o de otras circunstancias indeseadas e indeseables.
4.Además, las personas desplazadas se encuentran con enormes dificultades y, desgraciadamente, con bastante frecuencia, con la muerte, como sucedió el día 14 de junio, en los países, desiertos y mares por los que transitan antes de llegar a su lugar de destino. ¡Cuántas vidas perdidas! ¡Cuántos sueños frustrados en las vallas y en los muros que se construyen en las fronteras! Y, junto a la muerte de quienes salieron de sus países soñando un futuro mejor, las prácticas mafiosas de quienes extorsionan y engañan, ofreciendo una realidad que no existe, traficando con las personas como si fueran mercancías, y chantajeándolas y amenazándolas a ellas y a sus familias.
5.Y cuando llegan -quienes llegan- a los países de destino, se encuentran con infranqueables vallas administrativas y legales que en muchos casos las obligan a estar mucho tiempo en un limbo jurídico (“ningún ser humano es ilegal”) hasta que pueden conseguir la cita que no llega para solicitar el asilo. Este asunto de las dilaciones en las citas y la exasperante lentitud burocrática hacia personas que arrastran un historial de infinito dolor constituye una insufrible y cruel violación de los derechos fundamentales; representa un inexpugnable muro de hormigón para acceder al sistema de protección. Esta circunstancia se viene denunciando hasta la saciedad sin que los responsables del Gobierno de España hayan dado una respuesta satisfactoria. La Iglesia Católica que, como en tantos otros lugares y con tanta otra buena gente, camina al lado de las personas desplazadas no deja de rezar, apoyar y poner de manifiesto esta grosera vergüenza en un Estado de Derecho y en una sociedad del siglo XXI.
6.No queremos dejarnos abatir por la desesperanza y hacemos nuestras las palabras de nuestro arzobispo electo de Madrid, monseñor José Cobo, quien ha señalado que “el cementerio del Mediterráneo debe conmover y Europa no puede mirar a otro lado”. Igualmente, ha pedido, que se impulsen “corredores humanitarios piloto que permitan demostrar a la sociedad que la migración tiene que ser reglada y segura”, “apoyar compromisos de los lugares de origen para que una familia no se vea obligada a montarse en una patera y a sepultarse en el mar”. Para ello “necesitamos el empeño de todas las administraciones, nacionales y europeas, y de los países de origen”.
7.Nos jugamos mucho como sociedad y nos enriqueceríamos mucho a todos los niveles si, como nos recuerda el Papa Francisco, “construimos el futuro con los migrantes y refugiados”. Las generaciones futuras nos lo agradecerán si lo hacemos y nos lo demandarán si no lo hacemos».
La Mesa por la Hospitalidad de la archidiócesis de Madrid la convoca y preside el arzobispo. Está formada por Cáritas Madrid, Comunidad de Sant'Egidio, CONFER de Madrid, Delegación de Pastoral de la Movilidad Humana, Justicia y Paz Madrid, Pueblos Unidos, y SERCADE.