La diócesis vive en "situación de quiebra". Sin tapujos, el vicario general de Almería, Ignacio López, admitía en una entrevista en los micrófonos de la COPE la relevancia de la deuda procedente de la pésima gestión del obispo emérito, Adolfo González Montes, y que, como ya informó en su día RD, asciende a casi 29 millones de euros.
Una deuda que obligará, como también apuntamos en su día, a la venta de varios inmuebles para hacer frente a las obligaciones contraídas con distintos acreedores en los próximos meses. Así, apuntó López, se va a producir una "merma importante" en el patrimonio para hacer frente al pasivo existente en la diócesis. "Tenemos una deuda que supera en muchísimo nuestras capacidades de reacción", recalcó.
"La situación es muy dura, pero también se está haciendo un buen trabajo, por lo que creo que vamos a poder ir afrontando esta situación difícil, evidentemente haciendo grandes sacrificios", insistió el vicario general, 'mano derecha' de Antonio Gómez Cantero en la difícil tarea de sacar de la quiebra a la Iglesia almeriense.
Deuda hasta el año 2054
"Tenemos que hacer frente a la deuda con diferentes bancos hasta el año 2054, por lo que va a haber una reducción importante del patrimonio de la diócesis, que sí seguirá prestando los servicios de siempre, al pie del cañón para atender a todas las personas y, especialmente, las más necesitadas", aseguró Ignacio López.
"Vamos a estar mucho tiempo pagando", advirtió el sacerdote al referirse a la "enorme deuda" detectada, y que motivó la abrupta salida de González Montes quien, pese a todo, todavía resiste con la inestimable ayuda de un grupo de correligionarios amparados en el anonimato.
Auditoría y plan de acción
Como se recordará, la auditoría encargada por la diócesis, con el respaldo de la Conferencia Episcopal, a Deloitte, arrojó una deuda directa de 23,9 millones de euros, y otros pasivos financieros por importe de unos 4,7 millones de euros.
Ante la situación financiera, la consultora propuso un plan de acción para poder hacer frente a las amortizaciones de deuda en el corto plazo con entidades financieras que pase, según las recomendaciones, por un "plan de reestructuración de deuda". La medida incluía un "plan de desinversión de activos no estratégicos" o de "rentabilización vía alquiler", así como realizar una "reestructuración del gasto actual del Obispado mediante un control exhaustivo del mismo y una revitalización de los ingresos actuales de la organización".