"El nombramiento me ha producido sorpresa", reconoce el arzobispo emérito de Zaragoza Vicente Jiménez Zamora, nuevo administrador apostólico de las diócesis de Huesca y de Jaca
"El nombramiento me ha producido sorpresa". Así lo ha reconocido el arzobispo emérito de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora, tras hacerse público, este martes 2 de enero, su nombramiento por parte del papa Francisco como nuevo administrador apostólico de las diócesis de Huesca y de Jaca, donde sucederá a Julián Ruiz Martorell, nuevo obispo de Sigüenza-Guadalajara
"El periodo de Sede Vacante no debe ser un tiempo de inmovilismo pastoral ni de paro encubierto, porque el Espíritu Santo sigue guiando a su Iglesia, que en este momento histórico de cambio de época es una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión", señala en su primer saludo a los fieles de las sedes aragonesas
"El nombramiento me ha producido sorpresa". Así lo ha reconocido el arzobispo emérito de Zaragoza, Vicente Jiménez Zamora, tras hacerse público, este martes 2 de enero, su nombramiento por parte del papa Francisco como nuevo administrador apostólico de las diócesis de Huesca y de Jaca, donde sucederá a Julián Ruiz Martorell, nuevo obispo de Sigüenza-Guadalajara.
"El nombramiento me ha producido sorpresa. Me encuentro en situación de Arzobispo emérito de Zaragoza, dedicado a una oración sosegada, al retiro silencioso y a tareas de menor responsabilidad. Consciente de mis limitaciones y de las cargas del oficio episcopal, apoyado en la gracia del Señor, he aceptado este nuevo servicio con espíritu de obediencia apostólica y disponibilidad pastoral, siguiendo el consejo de 'nada pedir y nada rehusar', y haciendo mías las palabras de la Virgen María: aquí estoy; hágase; y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador", señala monseñor Jiménez Zamora, nacido en Ágreda (Soria) el 28 de enero de 1944, y desde el año 2020, arzobispo emérito de Zaragoza.
"Voy a vosotros en el nombre del Señor, fiado en su Palabra, y con el empeño de seguir anunciando la alegría del Evangelio. Quiero ser una imagen viva de Cristo, el Buen Pastor, que da la vida por las ovejas, fiel a mi lema episcopal amoris officium, porque ‘oficio de amor’ es pastorear la grey del Señor (San Agustín)", ha señalado en su primer saludo a los fieles de las diócesis de Huesca y Jaca.
El nuevo administrador apostólico, que también agradece Julián Ruiz "la labor realizada con celo apostólico, con entrega generosa y con sacrificio callado, durante doce años y nueve meses en las dos Diócesis unidas in persona episcopi", quiere dejar claro desde el primner instante de su tarea "que el periodo de Sede Vacante no debe ser un tiempo de inmovilismo pastoral ni de paro encubierto, porque el Espíritu Santo sigue guiando a su Iglesia, que en este momento histórico de cambio de época es una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión".
En este sentido, quien fue el entusiasta coordinador del equipo para la preparación del Sínodo sobre la Sinodalidad en la Iglesia en España, en cuya primera fase mundial participó en Roma durante todo el pasado mes de octubre como uno de los tres delegados enviados por la Conferencia Episcopal, añade que "en esta Iglesia con rostro sinodal, todos somos a la vez discípulos misioneros, llamados a tejer lazos y a construir comunidad, como nos pide el Informe de Síntesis del Sínodo de los Obispos. Por otra parte, la vida eclesial sigue y debemos realizar los Planes Pastorales Diocesanos en marcha".