Querido amigo Carlos. Se que hoy recibirás muchas felicitaciones, abrazos y muchas muestras de cariño.
A todas ellas me gustaría añadir las mias también y las de esta gente de Madrid.
Estos años en los que has trabajado y te has desgastado al servicio del Evangelio has sabido generar gratitud, amigos y has macerado en silencio una buena cosecha. A veces esas cosas no se ven a primera vista, ni se perciben como uno quisiera, pero están en el misterio del amor y del evangelio.
Gracias por tu tarea de siembra generosa y paciente. Gracias por la amistad compartida y por cuanto has entregado a esta Iglesia madrileña.
Disfruta de los abrazos y de cuánto tu tierra te ofrece y, como siempre, sigue siendo peregrino, ahora más sosegado y acogiendo una nueva etapa en la que nunca faltarán los amigos y los buenos compañeros de camino.
Gracias por tu amistad y, con tantos, recibe mi sencillo abrazo de gratitud y ánimo .
Jose Cobo
PD. Durante estos años que hemos compartido tantas comidas y desayunos juntos nunca han faltado dulces , quesos y productos de tu buena tierra que siempre has compartido. Ahora tendremos que ir a tu casa para no perder las costumbres. Seguro que vuelves con las cestas llenas y nosotros echamos de menos los sabores cántabros que nos recuerdan a ti. Ánimo y nos veremos.
(Fotos de Alberto Aja en El Diario Montañés, enviadas por el padre Ángel)