Cardenal Farrell: "Nosotros ayudamos a la gente porque nosotros somos católicos, no porque ellos lo sean"
El Prefecto de Laicos, Familia y Vida recibe un premio de defensa de los derechos humanos en Dallas
Elogian en la entrega del galardón el "don de la esperanza" que dio a la ciudad donde era obispo
El cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para Laicos, Familia y Vida, ha sido honrado con un galardón por su defensa de los derechos humanos en Dallas, ciudad donde era obispo antes de que se le asignara su nuevo puesto en el Vaticano.
El Museo del Holocausto y Centro para la Educación y Tolerancia en la localidad tejana le ha otorgado el premio inaugural de "Ciudadano Honorable" (Upstander), no solo por la colaboración que el purpurado impulsó entre su diócesis y el museo sino por su compasión y por el "don de la esperanza" con el que gratificó a la ciudad durante su tiempo allí.
"Un 'Ciudadano Honorable' defiende y habla de lo que es correcto, aunque a veces se encuentre solo al hacerlo", dijo Florence Shapiro, la presidenta electa del Museo, en su discurso de presentación del galardón al cardenal Farrell. Continuó Shapiro: "Nunca olvidaré cómo en 2014, tras haber sido preguntado por un periodista por qué razón había invitado a la familia no católica de una víctima de ébola de Dallas a quedarse en una casa que pertenecía a la Iglesia mientras esperaban en cuarentena para ver si se habían contagiado de la enfermedad, él dijo: 'Nosotros ayudamos a la gente porque nosotros somos católicos, no porque ellos lo sean'".
Shapiro explicó a continuación que el Museo, con el fin de honrar a Farrell y sus contribuciones a la ciudad, había decidido establecer este premio de Upstander y entregarlo anualmente, a quienes, como el cardenal, se distinguen por haber educado a niños y adultos sobre la historia del Holocausto, por haber avanzado la causa de los derechos humanos y por haber combatido los prejuicios, el odio y la indiferencia. "Lo que hemos conocido en Dallas ahora lo conoce el Papa", dijo Shapiro, refiriéndose al nuevo destino del hasta ahora obispo de la ciudad en la Curia romana.
Aunque el cardenal no pudo estar en el acto en persona, sí mandó un mensaje de vídeo a los allí reunidos en el que habló de cómo "somos todos una parte de una sola familia humana y todos tenemos que juntarnos para ayudarnos y … crear un mundo mejor para todos".
"Ciertamente no podemos cambiar … el universo entero", afirmó, "pero podemos hacer mucho en nuestra ciudad y en nuestras comunidades para acercarnos unos a otros, para trabajar juntos como diferentes comunidades de fe, diferentes grupos étnicos, diferentes razas, lo que sea – pero todos tenemos que recordar que todos somos de la misma familia humana y que todos tenemos que ayudarnos y cuidarnos a todos". Farrell terminó su mensaje expresando que "desde lo profundo de mi corazón, rezo para que el trabajo que he intentado hacer en Dallas continúe en el futuro": súplica que el Museo del Holocausto de la ciudad ya ha hecho suya con la fundación de este premio en su honor.
Elogian en la entrega del galardón el "don de la esperanza" que dio a la ciudad donde era obispo
El cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para Laicos, Familia y Vida, ha sido honrado con un galardón por su defensa de los derechos humanos en Dallas, ciudad donde era obispo antes de que se le asignara su nuevo puesto en el Vaticano.
El Museo del Holocausto y Centro para la Educación y Tolerancia en la localidad tejana le ha otorgado el premio inaugural de "Ciudadano Honorable" (Upstander), no solo por la colaboración que el purpurado impulsó entre su diócesis y el museo sino por su compasión y por el "don de la esperanza" con el que gratificó a la ciudad durante su tiempo allí.
"Un 'Ciudadano Honorable' defiende y habla de lo que es correcto, aunque a veces se encuentre solo al hacerlo", dijo Florence Shapiro, la presidenta electa del Museo, en su discurso de presentación del galardón al cardenal Farrell. Continuó Shapiro: "Nunca olvidaré cómo en 2014, tras haber sido preguntado por un periodista por qué razón había invitado a la familia no católica de una víctima de ébola de Dallas a quedarse en una casa que pertenecía a la Iglesia mientras esperaban en cuarentena para ver si se habían contagiado de la enfermedad, él dijo: 'Nosotros ayudamos a la gente porque nosotros somos católicos, no porque ellos lo sean'".
Shapiro explicó a continuación que el Museo, con el fin de honrar a Farrell y sus contribuciones a la ciudad, había decidido establecer este premio de Upstander y entregarlo anualmente, a quienes, como el cardenal, se distinguen por haber educado a niños y adultos sobre la historia del Holocausto, por haber avanzado la causa de los derechos humanos y por haber combatido los prejuicios, el odio y la indiferencia. "Lo que hemos conocido en Dallas ahora lo conoce el Papa", dijo Shapiro, refiriéndose al nuevo destino del hasta ahora obispo de la ciudad en la Curia romana.
Aunque el cardenal no pudo estar en el acto en persona, sí mandó un mensaje de vídeo a los allí reunidos en el que habló de cómo "somos todos una parte de una sola familia humana y todos tenemos que juntarnos para ayudarnos y … crear un mundo mejor para todos".
"Ciertamente no podemos cambiar … el universo entero", afirmó, "pero podemos hacer mucho en nuestra ciudad y en nuestras comunidades para acercarnos unos a otros, para trabajar juntos como diferentes comunidades de fe, diferentes grupos étnicos, diferentes razas, lo que sea – pero todos tenemos que recordar que todos somos de la misma familia humana y que todos tenemos que ayudarnos y cuidarnos a todos". Farrell terminó su mensaje expresando que "desde lo profundo de mi corazón, rezo para que el trabajo que he intentado hacer en Dallas continúe en el futuro": súplica que el Museo del Holocausto de la ciudad ya ha hecho suya con la fundación de este premio en su honor.