"Ya es hora de que nosotros, como australianos, nos enfrentemos a Roma"
... y que plantemos cara al cardenal Pell
Valiente testimonio de la psicóloga Michelle Mulvihill en la fase final de la Real Comisión australiana sobre pederastia en la Iglesia. "Ya es hora de que nosotros, como australianos, nos enfrentemos a Roma y que digamos: "No somos una pequeña Roma, no somos una pequeña Italia". Somos australianos y en Australia creemos en la justicia", dijo esta especialista en la vista de este martes.
"Ya es hora de que todos consiguiéramos justicia. Ya es hora de que las víctimas consiguieran justicia", clamó Mulvihill, una ex-monja que apareció ante la Comisión para dar cuenta de lo que ella calificó como "la corrupción y abuso sistemático" en la Iglesia en todo lo referente al abuso sexual de menores.
Cuando se le preguntó en la sesión por su opinión respecto a los elementos en la gobernanza y estructuras de la Iglesia que permiten que florezcan las agresiones, Mulvihill afirmó: "Todo se trata de poder, ¿verdad? Todos los caminos conducen a Roma. Se trata de quien está al mando".
Y en cuanto a lo que tiene que cambiar en la Iglesia para que estos crímenes no vuelvan a repetirse, la experta añadió:
"Tenemos que cambiar el balance de poder. Cuántas mujeres se involucran en un lugar, en un lugar misógino, donde se les dice: "No pertenecéis aquí. Si queréis os damos un trabajo. Podéis arreglar las flores".
Aún le quedaban más propuestas: "¿Y qué tal si la Iglesia habilitara, lo antes posibles, algunos espacios dignos para discusiones y conversaciones? Vean, la dignidad ha sido atacada en todos los niveles, desde el de un niño al que se le ha robado la inocencia hasta el de los fieles normales y corrientes.
"Si es que somos la Iglesia, pues qué estamos haciendo: ¿por qué no estamos derribando las barricadas y diciendo a la Real Comisión y a todo el que quiera escuchar: "No soportaremos que esto vuelva a suceder"?".
Pero es que para que cambie la cultura de insensibilidad en la Iglesia australiana en lo tocante a los abusos, hay una parte de la historia que todavía queda por esclarecerse: el legado del cardenal Pell. A eso apuntaron, al menos, dos otros expertos que aparecieron en la misma sesión este martes que Mulvihill: Neil Ormerod, profesor de teología en la Universidad Católica de Australia, y Francis Moloney, académico del Colegio Teológico Católico.
Por su parte, Ormerod testificó que el ahora Prefecto para la Secretaría de la Economía de la Santa Sede fue el responsable, durante sus tiempos de arzobispo de Sídney a principios de la pasada década, de reintroducir en la Iglesia australiana una cultura de clericalismo reaccionario.
Moloney, a su vez, calificó la política de Pell en lo referente a la formación de seminaristas como "un giro a la derecha" que aún no ha sido superado. A juicio de este profesor, el retorno a un clericalismo "de los años 40 o 50" establece un "enlace indirecto bastante peligroso" con el abuso sexual infantil y el encubrimiento de este tipo de crímenes, dado que este clericalismo fomenta la idea "de una casta separada (la del clero) que no tiene que rendir cuentas a nadie menos a sus pares".
"El antiguo sistema ya ha vuelto para instalarse", prosiguió Moloney, refiriéndose a la cultura de un clericalismo retrógrado auspiciada por Pell. "Eso es a lo que nos enfrentamos. Hemos regresado".
Ya por otra parte, los dos académicos Ormerod y Moloney coincidieron en sus testimonios con la opinión de Mulvihill que para que las cosas cambien para mejor en la Iglesia australiana, tiene que contar con más mujeres en posiciones de verdadera responsabilidad. Eso hasta la historia lo demuestra, tal y como explicó Ormerod en relación a la archidiócesis de Adelaida, ciudad que ha experimentado la tasa más baja de abusos a menores del país:
"Los que conocemos la historia de Adelaida sabemos que cuando Leonard Faulkner fue nombrado arzobispo en 1985, le preguntaron por si quería un obispo auxiliar y él dijo que no, y estableció a su vez un equipo pastoral que incluía a un número de mujeres". Se trató de una novedad a nivel nacional, precisó el teólogo -la de que las mujeres pudieran por primera vez ser vicarias episcopales- que hizo que hubiera "una diferencia cultural significativa en esa diócesis que todas las demás en Australia".
¿Volverá a Australia, así pues, el cardenal Pell? ¿No solo para rendir cuentas ante la Real Comisión por su presunto encubrimiento de casos puntuales de sacerdotes abusadores, sino para explicar por qué instaló en la Iglesia australiana una cultura clerical y machista casi sinónimo con una cultura de abusos? Aún hay esperanzas, ya que el Senado australiano acaba este miércoles de apoyar una moción que insta al purpurado a que regrese a su país. En palabras de la senadora del partido verde, Rachel Siewart, que movió la moción: "El cardenal Pell ha tenido éxito en su empeño de evitar regresar a Australia. Le pido al cardenal que considere la petición del Senado y que vuelva a Australia cuanto antes".
Valiente testimonio de la psicóloga Michelle Mulvihill en la fase final de la Real Comisión australiana sobre pederastia en la Iglesia. "Ya es hora de que nosotros, como australianos, nos enfrentemos a Roma y que digamos: "No somos una pequeña Roma, no somos una pequeña Italia". Somos australianos y en Australia creemos en la justicia", dijo esta especialista en la vista de este martes.
"Ya es hora de que todos consiguiéramos justicia. Ya es hora de que las víctimas consiguieran justicia", clamó Mulvihill, una ex-monja que apareció ante la Comisión para dar cuenta de lo que ella calificó como "la corrupción y abuso sistemático" en la Iglesia en todo lo referente al abuso sexual de menores.
Cuando se le preguntó en la sesión por su opinión respecto a los elementos en la gobernanza y estructuras de la Iglesia que permiten que florezcan las agresiones, Mulvihill afirmó: "Todo se trata de poder, ¿verdad? Todos los caminos conducen a Roma. Se trata de quien está al mando".
Y en cuanto a lo que tiene que cambiar en la Iglesia para que estos crímenes no vuelvan a repetirse, la experta añadió:
"Tenemos que cambiar el balance de poder. Cuántas mujeres se involucran en un lugar, en un lugar misógino, donde se les dice: "No pertenecéis aquí. Si queréis os damos un trabajo. Podéis arreglar las flores".
Aún le quedaban más propuestas: "¿Y qué tal si la Iglesia habilitara, lo antes posibles, algunos espacios dignos para discusiones y conversaciones? Vean, la dignidad ha sido atacada en todos los niveles, desde el de un niño al que se le ha robado la inocencia hasta el de los fieles normales y corrientes.
"Si es que somos la Iglesia, pues qué estamos haciendo: ¿por qué no estamos derribando las barricadas y diciendo a la Real Comisión y a todo el que quiera escuchar: "No soportaremos que esto vuelva a suceder"?".
Pero es que para que cambie la cultura de insensibilidad en la Iglesia australiana en lo tocante a los abusos, hay una parte de la historia que todavía queda por esclarecerse: el legado del cardenal Pell. A eso apuntaron, al menos, dos otros expertos que aparecieron en la misma sesión este martes que Mulvihill: Neil Ormerod, profesor de teología en la Universidad Católica de Australia, y Francis Moloney, académico del Colegio Teológico Católico.
Por su parte, Ormerod testificó que el ahora Prefecto para la Secretaría de la Economía de la Santa Sede fue el responsable, durante sus tiempos de arzobispo de Sídney a principios de la pasada década, de reintroducir en la Iglesia australiana una cultura de clericalismo reaccionario.
Moloney, a su vez, calificó la política de Pell en lo referente a la formación de seminaristas como "un giro a la derecha" que aún no ha sido superado. A juicio de este profesor, el retorno a un clericalismo "de los años 40 o 50" establece un "enlace indirecto bastante peligroso" con el abuso sexual infantil y el encubrimiento de este tipo de crímenes, dado que este clericalismo fomenta la idea "de una casta separada (la del clero) que no tiene que rendir cuentas a nadie menos a sus pares".
"El antiguo sistema ya ha vuelto para instalarse", prosiguió Moloney, refiriéndose a la cultura de un clericalismo retrógrado auspiciada por Pell. "Eso es a lo que nos enfrentamos. Hemos regresado".
Ya por otra parte, los dos académicos Ormerod y Moloney coincidieron en sus testimonios con la opinión de Mulvihill que para que las cosas cambien para mejor en la Iglesia australiana, tiene que contar con más mujeres en posiciones de verdadera responsabilidad. Eso hasta la historia lo demuestra, tal y como explicó Ormerod en relación a la archidiócesis de Adelaida, ciudad que ha experimentado la tasa más baja de abusos a menores del país:
"Los que conocemos la historia de Adelaida sabemos que cuando Leonard Faulkner fue nombrado arzobispo en 1985, le preguntaron por si quería un obispo auxiliar y él dijo que no, y estableció a su vez un equipo pastoral que incluía a un número de mujeres". Se trató de una novedad a nivel nacional, precisó el teólogo -la de que las mujeres pudieran por primera vez ser vicarias episcopales- que hizo que hubiera "una diferencia cultural significativa en esa diócesis que todas las demás en Australia".
¿Volverá a Australia, así pues, el cardenal Pell? ¿No solo para rendir cuentas ante la Real Comisión por su presunto encubrimiento de casos puntuales de sacerdotes abusadores, sino para explicar por qué instaló en la Iglesia australiana una cultura clerical y machista casi sinónimo con una cultura de abusos? Aún hay esperanzas, ya que el Senado australiano acaba este miércoles de apoyar una moción que insta al purpurado a que regrese a su país. En palabras de la senadora del partido verde, Rachel Siewart, que movió la moción: "El cardenal Pell ha tenido éxito en su empeño de evitar regresar a Australia. Le pido al cardenal que considere la petición del Senado y que vuelva a Australia cuanto antes".