El 'grito de Bartimeo', en el curso online gratuito sobre sínodos y sinodalidad Mauricio López: "Debemos dejar los apegos a realidades que nos deshumanizan"
22 Profesores, Peritos(as) y Expertos(as) unen sus voces para ofrecer el curso 'Sínodos y Sinodalidad'
"Se ha instaurado en nuestras relaciones interpersonales la “cultura del descarte”, en la que la lógica de la dominación (del usa y tira) se ha aplicado para tantos núcleos esenciales de la vida, que nos ha llevado de muchas maneras a un punto de posible no retorno en la ruptura del equilibrio ecosistémico"
"Hoy estamos consumiendo el equivalente a 1.6 planetas sobre la base de nuestra huella ecológica global"
| Escuela Teología Boston College
El curso gratuito online “Sínodos y sinodalidad. De Christus Vivit a Querida Amazonia”, ofrecido por la Escuela de Teología y Ministerio de Boston College y otras Universidades Jesuitas de América Latina, cuenta con 22 Profesores, Peritos (as) y Expertos(as) que han participado en los distintos Sínodos convocados por el Papa Francisco.
Esta experiencia de formación en línea, coordinada por la profesora María del Pilar Silveira, congrega a profesores y profesoras de diversos países de Europa y América Latina, como Italia, España, Francia, Brasil, Colombia, Venezuela, Perú, Argentina, México, Chile y Uruguay.
Uno de los temas que se abordará en la segunda semana será sobre la conversión ecológica. Compartimos unas reflexiones del profesor Mauricio López Oropeza que es mexicano de origen y ecuatoriano de corazón, Secretario ejecutivo saliente de la REPAM, (Red Eclesial Panamazónica) y colaborador de la CEAMA (Conferencia Eclesial de la Amazonía) y con el CELAM.
Cuando hablamos de conversión ecológica, ¿a qué te refieres?
Podemos decir que no es un término estático, sino que estamos hablando de un camino de conversión ecológica integral. Me gusta ilustrar este camino tomando el ejemplo del ciego Bartimeo como modelo pedagógico para la conversión hacia el cuidado de la casa común en una humanidad rota. La ceguera de Bartimeo la comparo con la ceguera que tenemos como humanidad que trae como consecuencia la enorme negligencia hacia nuestra casa común.
Se ha instaurado en nuestras relaciones interpersonales la “cultura del descarte”, en la que la lógica de la dominación (del usa y tira) se ha aplicado para tantos núcleos esenciales de la vida, que nos ha llevado de muchas maneras a un punto de posible no retorno en la ruptura del equilibrio ecosistémico, a un creciente dinamismo fratricida, y a un cierto vacío espiritual. Estamos ciegos de tantos modos, en un mundo en el que parece que vamos perdiendo la conexión con el sentido de misterio, por tanto, con lo sagrado que se expresa en todo lo creado.
Los datos científicos son irrefutables cuando argumentan que la crisis climática, una verdadera emergencia ambiental actual, es resultado de factores antrópicos. Somos responsables de esta situación, tal como lo afirma Laudato Si´repetidamente. De hecho, el mayor pecado ecológico, y la causa principal de esta crisis, se explica sobre todo por la inequidad planetaria actual, y por el modelo de crecimiento ilimitado y de acumulación voraz que domina a la sociedad global.
Hemos llegado a un punto sin precedentes en el que 26 corporaciones familiares concentran la misma cantidad de riqueza que todo el 50% más pobre del planeta, es decir, los más de 3,700 millones más pobres. El 1% de la población planetaria concentra más del 80% de la riqueza planetaria. Y, simultáneamente, hoy estamos consumiendo el equivalente a 1.6 planetas sobre la base de nuestra huella ecológica global frente a la capacidad de carga planetaria.
Demasiados gobernantes y corporaciones expresan que la extracción y la explotación desmedida de los bienes de la creación, los mal llamados “recursos naturales”, es necesaria para poder alimentar a quienes tienen hambre; pero, hoy en día el 46% de la población planetaria se encuentra en algún grado de pobreza, y existen 900 millones de personas viviendo en situación de hambre, cuando al mismo tiempo se desperdician entre el 35% y 40 % de los alimentos que producimos a nivel global. Estas cifras, solo por mostrar algunas, dan cuenta de la evidente ceguera en la que hemos vivido.
Siguiendo con la comparación del ciego Bartimeo, necesitamos asumir esta realidad actual y querer ver, cambiar de actitud, dejar los apegos a realidades que nos deshumanizan para ver con claridad nuevos caminos. El grito de Bartimeo representa el grito de toda esta generación, y el de la hermana-madre tierra. Es el clamor de la humanidad, toda, que gime con dolores de parto ante la incertidumbre de esta crisis ecosistémica planetaria, junto a la crisis producida por el COVID19.
¿Qué camino propones para la conversión ecológica?
Primer paso es darse cuenta de que nos estamos autodestruyendo porque no somos seres aislados, sino que nuestras acciones repercuten en la vida de los demás. Así lo expresa el Documento Final Sínodo Amazónico, No. 66: Dios nos ha dado la tierra como don y como tarea, para cuidarla y para responder por ella; nosotros no somos sus dueños. La ecología integral tiene su fundamento en el hecho de que «todo está conectado» (LS 16). Por ello ecología y justicia social están intrínsecamente unidos (cf. LS 137). Con la ecología integral emerge un nuevo paradigma de justicia, ya que «un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres» (LS 49).
La toma de conciencia es la base para el cambio de acciones. Una pandemia por sí misma no produce cambios si las personas no desean cambiar. Un ejemplo es lo que ha sucedido en estos últimos meses en la Amazonía, y en otros lugares donde han aumentado los números de deforestación, la quema de reservas naturales y de tierras indígenas, la regresión en políticas ambientales y de conquistas jurídicas de pueblos originarios y los casos de violencia contra los defensores de la casa común. La ceguera humana y la capacidad fagocitadora de muchos grupos de poder que no entienden de límites, no se han puesto en cuarentena.
Cuando tomamos conciencia y nos damos cuenta del daño que hemos hecho, gritamos pidiendo auxilio como lo hizo Bartimeo. Su grito es un llamado exaltado para pedir compasión, es decir, que otros puedan sentir lo que nosotros estamos sintiendo y así acortar distancias para sabernos genuinamente acompañados en este dolor. Es la búsqueda de un nuevo modo de relacionarnos; uno en el que predomine el sentido de misericordia, y en el que se desarrolle una verdadera capacidad de comunión con la tierra como verdadera hermana y madre, tal y como versaba el cántico de las criaturas de San Francisco de Asís.
Luego el proceso continúa con el acto inesperado de, al sabernos llamados por Jesús, reconocer que estamos en el piso, y por pura fe nos ponemos de pie para intentar emprender los nuevos caminos desconocidos.
Creo que el punto de llegada es abandonar los viejos modos que no coinciden con el proyecto de un cielo nuevo y una tierra nueva, uno que hoy debe reflejar un cambio radical en el sistema societal que está intrínsecamente descompuesto al ser generador de exclusión, y productor de muerte cotidiana para los más pobres, preferidos de Dios, los bienaventurados.
¿Piensas que este proceso de conversión es posible?
La base es la libertad humana, creo que hemos llegado a un punto que necesitamos cambiar porque como humanidad nos sentimos enfermos. La salud es la base para vivir bien y eso va más allá de que las personas tengan fe o no la tengan.
Ser conscientes de que esta es la única casa común y que cada uno es responsable de su cuidado es el primer paso que como humanidad tenemos que dar. Cada uno desde el lugar que ocupa. Los que estamos en lugares de selva somos más sensibles a esta realidad que los que viven en las ciudades de espalda a la naturaleza aunque sirviéndose diariamente de sus productos para alimentarse y vivir.
Pienso que el deseo de cambio está en el corazón humano y allí tenemos que unirnos todos para crear una sociedad más humana y fraterna.
La vida nos da una oportunidad inédita para repensar nuestro futuro desde las cenizas que han producido, y siguen produciendo, esta pandemia y la emergencia climática que ha alcanzado un punto casi irreversible. Es momento de reconocer las raíces de nuestra existencia como humanos miembros de esta tierra, de la cual provenimos y de la cual dependemos para nuestra continuidad.
Esta frase del Popol Vuh, libro sagrado de los Mayas, puede darnos luces para emprender este discernimiento a partir del reconocimiento de nuestro barro-humus como el origen de nuestra existencia finita, y como el elemento del que Dios mismo se vale para el acto de nuestra creación a su imagen y semejanza en la tradición cristiana: “arrancaron nuestros frutos, cortaron nuestras ramas, quemaron nuestros troncos, pero no pudieron matar nuestras raíces”.
El contenido temático del curso desde la semana 2
Conversión ecológica
Román Guridi SJ
Video 1: Ecología integral: desafíos personales, sociales y ambientales.
Video 2: Alfabetización y conversión ecológicas.
Alirio Cáceres
Video 3: La conversión ecológica
Video 4: Relación entre ecología y teología
Mauricio López
Video 5: La presencia de la Iglesia en la Amazonia
Video 6: La conversión ecológica en el magisterio de Francisco
SEMANA 3: Conversión cultural y ministerial
Eleazar López
Video 1: La inculturación y las Iglesias locales
Video 2: El aporte de las teologías indias
Felipe Jaled Ali Modad Aguilar SJ
Video 3: La inculturación en territorios indígenas. Experiencias.
Video 4: Creación de ritos litúrgicos para nuevas realidades socioculturales
Antonio de Almeida
Video 5: La teología del sacerdocio antes del Concilio Vaticano II
Video 6: Nuevos ministerios en las Iglesias locales
María Cristina Inogés Sanz
Video 7: Las mujeres y el sacerdocio ministerial Un sínodo para-con-o de las mujeres
Video 8: La teología del sacerdocio de la mujer
Video 9: Las ovejas enseñan a los pastores a ser pastores
SEMANA 4: Las mujeres en el Sínodo para la Amazonia
Gloria Liliana Franco, ODN
Video 1: Experiencia y etapas del proceso sinodal
Video 2: La participación de las mujeres en el Sínodo ¿cuántas? ¿el aporte? ¿retos pendientes?
Daniela Cannavina, HCMR
Video 3: ¿Qué se hizo en el Sínodo? ¿quiénes participaron? ¿cómo se trabajó?
Video 4: Temas que se trataron sobre las mujeres en la Iglesia ¿ministerios? ¿gobernanza?
Serena Noceti
Video 5: Diaconado femenino
SEMANA 5: Aportes de los Sínodos en el pontificado de Francisco
Agenor Brighenti
Video 1: Aportes del Sínodo para la Amazonia
Rafael Luciani
Video 2: La Exhortación Post-Sinodal Querida Amazonia
Juan Bytton SJ
Video 3: Aportes del Sínodo para los jóvenes
Nathalie Becquart, XMCJ
Video 4: La Exhortación Post-Sinodal Christus Vivit
Miguel Yañez SJ
Video 5: El discernimiento en la Exhortación Post-Sinodal Amoris Laetitia
Rodrigo Guerra
Video 6: Críticas de grupos conservadores a Amoris Laetitia
Coordinadora: María del Pilar Silveira