El obispo de Bilbao inaugura las XX Jornadas de Teología de Comillas en Madrid Monseñor Segura advierte a los medios: “¡A ver qué titular ponen mañana!”

Para inaugurar las XX Jornadas de Teología de Comillas, tituladas ‘Una voz para nuestra época: la doctrina social de la Iglesia. A los sesenta años de ‘Pacem in Terris’, los jesuitas se trajeron al obispo de Bilbao, Joseba Segura, como especialista en doctrina social y como voz episcopal que conecta perfectamente con nuestra época. Había expectación por escucharlo en Madrid y el prelado vasco no defraudó.

En una exposición “original y estimulante”, como sentenció, al final, el gran moralista Marciano Vidal,  sin papeles, guiado sólo por el ordenador y “con más libertad y menos precisión”, como dijo el propio prelado, abordó el tema de ‘Doctrina social de la Iglesia para el siglo XXI’.

Partiendo de la situación concreta de la Iglesia española (donde “se ha acabado, hace tiempo, la cristiandad en la que hemos nacido"), comenzó señalando que hemos pasado de esa época a otra, en la que prima el valor de la autenticidad, que desconfía de lo ritual, teme el amor o el compromiso para siempre y está siempre dispuesta a valorar lo nuevo. Una modernidad que suele envolverse en el siguiente slogan: “¡Que no venga ningún Dios a decirnos cómo pensar!”

A juicio del prelado vasco, hoy “hay una incomodidad grande con el argumento moral explícito y, sin embargo, hay una convicción ética a la que se alude constantemente y por todas partes”.

Y estamos también en una modernidad, que mantiene una actitud mediática premeditada ante la fe, a la que califica de “irrelevante” y se sitúa ante ella “de forma crítica por todo lo que no hemos sabido hacer bien”. Y puso, como ejemplo, el tema de los abusos del clero, para reprochar a la dinámica mediática que “hay que explicitar que no todos los curas son abusadores”.

Unos valoran positivamente y otros negativamente este cambio de época, pero, en todo caso, para el obispo “no hay marcha atrás”.  Y, por eso, se preguntó qué  puede hacer la Doctrina social de la Iglesia en este contexto desde una argumentación de racionabilidad y humanista.

Una DSI que tiene sus fortalezas y sus debilidades. En cuanto a las fortalezas, monseñor Segura apuntó, en primer lugar, que está basada en documentos pontificios y se beneficia del enorme impacto social del Papa Francisco, “que tiene el mayor liderazgo del mundo, aunque para unos sea discutido y, para otros, indiscutible”.

En segundo lugar, su carácter humanista, porque en ella “la apuesta por la dignidad humana y el bien común son centrales”. En tercer lugar, otra de sus fortalezas es su visión transnacional, asi como su preocupación por la política y la economía o su pluralismo eclesial. “Para que te echen de la Iglesia hay que hacer una muy, pero que muy gorda”, dijo. “Porque, en la Iglesia, prima la comunión, que nos aleja de cualquier pensamiento sectario”, añadió.

También dijo que la DSI es profética y eso molesta a algunos católicos neoconservadores. Y puso el ejemplo del argentino Milei, que se dice católico, pero se mete con el Papa que provoca sus iras en un grado tan extremo.

Junto a las fortalezas, la DSI también tiene, según el obispo, debilidades, como estar abierta a interpretaciones contradictorias o la dificultad para aterrizar los principios o la falta de voluntad para hacerlo. Algo que el obispo dijo vivir “como una contradicción eclesial”.

Otra debilidad de la DSI radica en la escasa formación de las conciencias. Y, aquí, el obispo puso el ejemplo de los colegios católicos: “¿Dónde están todos los que han estudiado en instituciones católicas?”.

También destacó como debilidad de la DSI “cierto eurocentrismo que, con Francisco, se ha corregido en parte”, asi como la inconsistencia en la aplicación de los derechos humanos en el seno de la propia Iglesia, “la necesidad de repensar formatos o moldes de comunicación o el humanismo que está en crisis.

Antes de terminar su intervención, monseñor Segura quiso hacer una advertencia a los medios de comunicación: “¡A ver qué titular ponen mañana!”, dijo. Y contó que, hace poco, titularon así una de sus intervenciones públicas: Monseñor Segura dice que no se puede ser conservador y cristiano. Parareprochar, simplemente: “Lo dije, pero en contexto”.

Seguro que monseñor Segura sabe el papel del titular en una información, cuyo objetivo es servir de cebo para que la gente se asome a ella. El deber del profesional es entrecomillar adecuadamente. Si eso está hecho, lo demás es descodificación del lector, que, habitualmente, no es un ingenuo y sabe que los titulares no se adecúan por completo a la información.

Lo que me parece más preocupante es la especie que se está extendiendo entre los obispos (léase monseñor Catalá, obispo de Málaga) de ‘matar al mensajero’ y pedirle a un titular y a una información lo que no puede dar. Menos quejarse y más aceptar la dinámica de la comunicación, monseñor.

Porque ya se sabe que cuando se sale a la calle, se corre el riesgo de que alguien te pise un callo o de que te malinterprete o saque de contexto alguna de tus afirmaciones. Es lo que tiene ser una Iglesia en salida. Lo contrario, como bien sabe monseñor Segura, es volver a la dinámica de la Iglesia autoritaria, encerrada en una fortaleza por miedo al mundo.

Previamente, en la presentación de las Jornadas, intervino el rector de Comillas, Enrique Sanz, que alabó a los ponentes y se congratuló de que la temática conecte con la interdisciplinariedad, uno de los signos distintivos de su universidad, al tiempo que recordaba al recientemente fallecido teólogo Santiago Madrigal, el iniciado de las mismas, hace ya dos décadas.

Por su parte, el decano de Teología, Francisco Ramírez Fueyo, reivindicó la legitimidad de la Iglesia y de la DSI para entrar en diálogo con la temática que interesa a la humanidad de hoy, para ser, como dice el Papa Francisco, “artífices de la cultura del diálogo”.