Los Oriol abandonan

Alfonso e Ignacio fueron los primeros en conocer las acusaciones contra su fundador, y los primeros damnificados. Hoy, prácticamente apartados, acabarán como sacerdotes en Córdoba y Madrid. Santiago, el más carismático, ya ha dado el paso, y ejerce como vicario en una parroquia de Boadilla del Monte. Juan Pedro, antaño formador de legionarios, ha pedido un período de reflexión antes de abandonar.
La única que sigue en pie, la que peor debe haberlo pasado, es Malén. La responsable de las consagradas supo de primera mano, por boca de la amante de Maciel, algunas de sus tropelías. Y ahora, desde el interior, y superando todo tipo de presiones, colabora en la investigación. Que ojalá llegue a buen puerto, por mucho que De Paolis esté padeciendo su particular "síndrome de Estocolmo". El Papa no dejará que se escape la presa.
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