"Es una de las Permanentes más tranquilas que recuerdo". El sentir de uno de los obispos que, esta semana, acude al encuentro de otoño de la Conferencia Episcopal, resume cómo se están desarrollando los trabajos de la Comisión Permanente, la última gestionada por el dimisionario Luis Argüello como secretario general.

Tan tranquila está siendo (al menos, de puertas para afuera) que todas las fuentes consultadas descartan, incluso, que se puedan votar nombres de candidatos a suceder al arzobispo de Valladolid, más preocupado ahora por reivindicar hábitos y sotanas que por la identidad del inquilino del que, todavía, es su despacho en la primera planta, cerca del aula de la Plenaria.

Porque, salvo sorpresa mayúscula que pueda darse esta tarde, será la Plenaria (en puridad, una Permanente convocada durante la Plenaria) de noviembre la que plantee la terna y el elegido (o elegida, aunque esta posibilidad se va desvaneciendo con el tiempo) como nuevo secretario general (¿y portavoz?).

Tanteos suaves a todos los 'candidatables'

Los obispos andan preocupados en estos días por el análisis de documentos, el futuro de Ábside tras la salida-tal-vez-no-tanto de Giménez Barriocanal de la dirección del grupo de comunicación (habrá que estar atentos al informe sobre Ecclesia, cabecera que algunos quieren eliminar, y a la integración de las revistas diocesanas en la macroempresa comunicativa de la Iglesia), cotilleos varios (la operación de Sanz, el 'caso Gaztelueta' y, sobre todo, la salida de Reig Plá) y los tanteos a posibles candidatos, que sí se están dando -"Nos están tanteando a todos", apunta uno de los 'candidatables'- pero de forma muy suave. Da la sensación de que, como don Quijote antes de ser armado caballero, los obispos 'velan armas' para la 'batalla' en noviembre.

Eso sí: para la mayoría, sería "una sorpresa" si en la terna no está César Garcia-Magán, el auxiliar de Toledo y principal candidato hoy por hoy a suceder a Argüello, junto a algún laico. Los nombres no deberían moverse de lo que adelantamos en su día, pero si algo tiene la experiencia episcopal en España es que no se puede dar nada por hecho.

'Tregua' pre-otoñal del Gobierno

Por no pasar, no está pasando nada ni siquiera en las relaciones Iglesia-Gobierno. Nada que se pueda contar, claro. El 'otoño caliente' previsto vendrá, y pronto, pero al menos por el momento el Ejecutivo ha aceptado esperar a que los obispos tengan nuevo interlocutor.

En la Casa de la Iglesia se valora dicha tranquilidad, aunque con un tinte de desconfianza (nunca se han terminado de fiar de este Gobierno), y entienden los 'gestos' como la presentación de la PNL en el Congreso por parte de PSOE y Unidas Podemos sobre la Ley de Libertad Religiosa y de Conciencia, eliminando la histórica petición de la derogación de los Acuerdos (promesa electoral de ambas formaciones, pero no del Gobierno de coalición). En tiempos de cambio climático, nadie se extraña de que el buen tiempo permanezca un tiempo más, y el otoño empiece en noviembre.

También ha sido muy comentado el cabreo monumental de ciertos comentaristas de la actualidad a cuenta de la decisión del Papa de 'meter mano' al Opus Dei, y las repercusiones que esto puede tener en España, y los futuros cambios en diócesis. El 'caso Reig Pla' ha dolido, y mucho, a alguno, hasta el punto de quitarse la careta y atacar al Papa Francisco y a sus hombres en España. Quién lo hubiera dicho viniendo de dónde viene...

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME