Fabuloso estreno del musical de Toño Casado sobre el sueño de Don Bosco "Hay un sueño para ti, hay sueños para todos"
Toño Casado consiguió anoche que todos salieran con una sonrisa en los labios del teatro. Y con ganas de charlar, de abrazarse, de abrazar. Porque a veces es necesario que las buenas noticias formen parte de la Buena Noticia. De la vida, de la respiración, de la música, del baile
A lo largo de 90 minutos, los 'Sueños' de Don Bosco y Toño Casado consiguen ilusionar a los espectadores. Ojo: es un espectáculo especialmente dirigido a quienes conocen, y aprecian, historia, vida y misión de Don Bosco y los salesianos. Pero además es un importante trabajo artístico, con una música que engancha, unas voces que emocionan y un aroma a felicidad y apuesta por ir siempre más allá que resulta honestamente universal
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La vida no es un circo, aunque está llena de payasos, funambulistas, fieras e ilusión. La vida es una canción, un baile, un sueño, y ojalá fuera como el que Toño Casado imaginó para 'su' Don Bosco, y que esta tarde presentó, ante un público absolutamente entregado (y 'muy cafetero', todo hay que decirlo), en el remozado Teatro de los Salesianos de Paseo de Extremadura. La orden se ha dejado la piel, y el dinero, en pos de un sueño de fe, alegría, respeto y cuidados. Un sueño para todos, todos, todos.
Porque, como reza la canción con la que se cierra este magnífico espectáculo, uno más, nacido de la mente de este cura genio que es Casado, "hay un sueño para tí", pero también "Sueños para todos". Porque de eso se trata esta historia, de un sueño compartido. Un sueño que tuvo el niño Juan Bosco, a los 9 años, y que sirvió de punto de arranque para una realidad que hoy, 200 años después, supone una de las congregaciones religiosas más importantes de la historia de la Iglesia.
Hoy, el sueño de Don Bosco (espectacular interpretación de Adrián Salzedo), su 'Dama del Trapecio' (maravillosa, como siempre, María Virumbrales), la Mamma Margarita y ese doble personaje de Max/Jesús que ejerce de maestro de ceremonias, se vivió con emoción a raudales, risas, aplausos y corazones hambrientos. Porque Toño Casado consiguió anoche que todos salieran con una sonrisa en los labios del teatro. Y con ganas de charlar, de abrazarse, de abrazar. Porque a veces es necesario que las buenas noticias formen parte de la Buena Noticia. De la vida, de la respiración, de la música, del baile.
Y es que en 'Sueños' hay mucho baile, una composición compartida de una decena de personajes que se dejan ilusionar, e ilusionan. Porque, como señaló al final Toño Casado, "todos tenéis un sueño en el corazón". Y porque, tal vez hoy más que nunca, en mitad de polarizaciones, guerras, odio, prisas, "necesitamos soñar, necesitamos ilusionarnos, necesitamos seguir adelante". Y porque "los sueños se construyen entre todos".
A lo largo de 90 minutos, los 'Sueños' de Don Bosco y Toño Casado consiguen ilusionar a los espectadores. Ojo: es un espectáculo especialmente dirigido a quienes conocen, y aprecian, historia, vida y misión de Don Bosco y los salesianos. Pero además es un importante trabajo artístico, con una música que engancha, unas voces que emocionan y un aroma a felicidad y apuesta por ir siempre más allá que resulta honestamente universal. Porque la Dama del Trapecio es María, porque Max es Jesús, porque Don Bosco podemos ser cualquiera que se atreva a soñar.
"Confiemos en esos sueños bendecidos que vienen de lo alto", cerró las 'buenas noches' el rector mayor de los salesianos, Ángel Fernández Artime, quien junto a los cardenales Cobo y Osoro, la cúpula salesiana española, el padre Ángel, muchos curas madrileños y muchos amigos quisieron acompañar la puesta de largo del nuevo musical de Toño Casado. Un Artime, por cierto, que demostró que ser sucesor de Don Bosco imprime carácter: ni que hubiera ensayado con el elenco sus palabras finales, en las que reveló el momento en que, 69 años después, y pocos meses antes de morir, Juan Bosco entendió, al fin, cuál era el sentido de su sueño. Hoy es siempre todavía. Soñemos. Que nunca es tarde para entenderlos.
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