Evangelio y liberación



Quema de viento y pueblo

1. Decir "compañeros" ahora,
en nuestra Latinoamérica,
es decir
hermanos en lucha,
carne de igual masacre,
fuego de igual esperanza.
Decir compañeros ahora
es hacer la Nueva América
libre de otras Compañías,
¡compañeros!

2. Madre Iglesia,
madres:
no se pierde al hijo,
que se va al Pueblo.

3._ Ustedes están bien,
muy bien en esta sala,
nos prevenía en quechua
el buen maestro indio;
allá fuera ya es otra cosa, hermanos...
no hagamos de esta sala
la América soñada
que pueda ser un día,
que aún no es, hermanos.

¡Ay, frágil Libertad,
espacio donde el aire se hace incómodo
como un útero abierto!

5. Que el reclamar la tierra
no sea apenas levantar un viento
que provoca aguaceros aplaudidos,
y pasa el viento
y sigue igual el mundo...

Reflexión

El despertar de Africa me había ganado, y representaba una nueva superación de mi conciencia de los camuflados colonialismos que en un tiempo sólo conocí como Descubrimiento y Evangelización. América ya no era una gloriosa singladura de la gloriosa España navegante.

Conocí una cara triste de la Cuba de Fidel Castro por algunos exiliados, casi niños, que llegaban a Madrid y que yo acompañé; pero yo sabía también bastante de la Cuba de Batista y del Imperialismo yanqui y de las dinastías de verdugos latinoamericanos y de la situación de hambre, de analfabetismo y de explotación del Continente nuevo y de todo el Tercer Mundo y del pueblo-pueblo de los mundos 2º y 1º.

En Guinea Ecuatorial aprendí muchas cosas de cerca. Y recuerdo bien las amargas confidencias de ciertos líderes negros, con las cuentas que pasaban los blancos a los misioneros.

Después he acabado de entender, y hasta de sentir toda la ganga de superioridad, de dominio endiosado y de inhumana explotación con que se han descubierto, colonizado y hasta evangelizado los nuevos mundos.

"Colonizar" y "civilizar" ya han dejado de ser para mí verbos humanos. Como no lo son, donde vivo y peno, las nuevas fórmulas colonizadoras de "pacificar" e "integrar" a los indios. Imperialismo, Colonialismo y Capitalismo, merecen en mi "credo"
el mismo anatema
.

Pedro Casaldáliga, obispo
Al acecho del Reino
-----------------------------------
América

Uvas agreces sin color de vino.
Caras serenas inmaduras.
Amor de madre incestuoso.
Tragedia como el mundo.

Pálido fuego de amapolas pálidas.
Palacio de riqueza y de ignominia.
Hambre insatisfecha para siempre.
Tragedia de pan y de vino.

Frío apacible de ilusiones.
Tierras cansadas de de muertos.
Ojos que aran los campos.
Tragedia resignada.

Erupciones de sexo moreno.
Volcanes femeninos.
Cosecha de amor generoso.
Tragedia de hijos.

G. García Laviana
Misionero del S. Corazón
Asesinado en Nicaragua en 1979.
A corazón abierto
Volver arriba