Jesucristo grave secuestro
CAPITULO I
SECUESTRADO POR LOS
PODEROSOS CRISTIANOS
Tal vez Marx fue un verdadero profeta que la Iglesia no ha sabido valorar.
Desde que Marx hizo su aparición en el mundo, el capitalismo habilmente orientó a la Iglesia a una obsesionada impugnación del marxismo y así continúa en nuestros días. Reflejo de esta postura de la Iglesia todavia es la reciente reducción al estado laical del obispo Franzzoni y del teólogo Girardi, por su inclinación a la izquierda, mientras Lefébre y todos los derechistas campean libremente.
La misma actitud se ha manifestado también en nuestra jerarquía española con motivo de las eleccines del setenta y siete, ya que muchos obispos publicaron sendos documentos, combatiendo la doctrina marxista y colocándose por lo mismo al lado del capitalismo. Un signo más de su distanciamiento del mundo obrero.
Esta postura mantenida en la Iglesia durante siglos es la causa de que hace esos mismos siglos el Evangelio, que ellos predican, no les diga nada a los pobres. Sus primeros destinatarios. (Lc 7, 22)
En cambio el programa de Cristo tal como lo transcribe S. Lucas era eminentemente liberador para los pobres:
Los ciegos ven, los cojos andan
los leprosos quedan limpios, los sordos oyen
los muertos resucitan
los pobres son evangelizados...(Lc 7,22)
Que en una traducción de equivalencia dinámica del Evangelio podemos traducir por la liberación "de los que sufren por la explotación económica del hombre por el hombre (capitalismo) y claman por la justicia social; de los que sufren por la opresión del hombre por el hombre y luchan por el reconocimiento político de su dignidad y derechos humanos y de los que sufren por la alienación cultural del hombre frente al hombre por el racismo y el sexismo y buscan la plenitud de una vida verdaderamente humana en solaridad; de los que sufren por el vacío de su vida personal, tan absurdamente perdida en las estructuras de una sociedad tecnocrática y burocrática y buscan la identidad personal".
Pero el mensaje de Cristo que se encarnó para liberar al hombre de todas estas situaciones ha sido manipulado y despolitizado. El Evangelio que se desentiende del hombre para hablarnos de Dios no es auténtico, porque el objeto de atención permanente del Dios evangélico es el hombre-mujer,
su imagen viviente (Génesis, 1,26); la única imagen suya que Dios tolera (Ex 20,4-6;Dt,5,8-10).
Esta es la causa de que no haya sido posible aún la evangelización. El tercer sínodo de los obispos habla de la liberación del hombre-mujer como parte constitutiva de la evangelización. Dice así:
La misión de predicar el Evangelio
en el tiempo presente require que nos
empeñemos en la liberación integral del
hombre ya desde ahora, ya en su existencia
terrena. El efecto, si el mensaje cristiano
sobre el amor y la justicia no manifiesta
su eficacia en el mundo, muy dificilmente
obtendrá credibilidad entre los hombres de
nuestro tiempo.
SECUESTRADO POR LOS
PODEROSOS CRISTIANOS
Tal vez Marx fue un verdadero profeta que la Iglesia no ha sabido valorar.
Desde que Marx hizo su aparición en el mundo, el capitalismo habilmente orientó a la Iglesia a una obsesionada impugnación del marxismo y así continúa en nuestros días. Reflejo de esta postura de la Iglesia todavia es la reciente reducción al estado laical del obispo Franzzoni y del teólogo Girardi, por su inclinación a la izquierda, mientras Lefébre y todos los derechistas campean libremente.
La misma actitud se ha manifestado también en nuestra jerarquía española con motivo de las eleccines del setenta y siete, ya que muchos obispos publicaron sendos documentos, combatiendo la doctrina marxista y colocándose por lo mismo al lado del capitalismo. Un signo más de su distanciamiento del mundo obrero.
Esta postura mantenida en la Iglesia durante siglos es la causa de que hace esos mismos siglos el Evangelio, que ellos predican, no les diga nada a los pobres. Sus primeros destinatarios. (Lc 7, 22)
En cambio el programa de Cristo tal como lo transcribe S. Lucas era eminentemente liberador para los pobres:
Los ciegos ven, los cojos andan
los leprosos quedan limpios, los sordos oyen
los muertos resucitan
los pobres son evangelizados...(Lc 7,22)
Que en una traducción de equivalencia dinámica del Evangelio podemos traducir por la liberación "de los que sufren por la explotación económica del hombre por el hombre (capitalismo) y claman por la justicia social; de los que sufren por la opresión del hombre por el hombre y luchan por el reconocimiento político de su dignidad y derechos humanos y de los que sufren por la alienación cultural del hombre frente al hombre por el racismo y el sexismo y buscan la plenitud de una vida verdaderamente humana en solaridad; de los que sufren por el vacío de su vida personal, tan absurdamente perdida en las estructuras de una sociedad tecnocrática y burocrática y buscan la identidad personal".
Pero el mensaje de Cristo que se encarnó para liberar al hombre de todas estas situaciones ha sido manipulado y despolitizado. El Evangelio que se desentiende del hombre para hablarnos de Dios no es auténtico, porque el objeto de atención permanente del Dios evangélico es el hombre-mujer,
su imagen viviente (Génesis, 1,26); la única imagen suya que Dios tolera (Ex 20,4-6;Dt,5,8-10).
Esta es la causa de que no haya sido posible aún la evangelización. El tercer sínodo de los obispos habla de la liberación del hombre-mujer como parte constitutiva de la evangelización. Dice así:
La misión de predicar el Evangelio
en el tiempo presente require que nos
empeñemos en la liberación integral del
hombre ya desde ahora, ya en su existencia
terrena. El efecto, si el mensaje cristiano
sobre el amor y la justicia no manifiesta
su eficacia en el mundo, muy dificilmente
obtendrá credibilidad entre los hombres de
nuestro tiempo.