Laudato Si' . Carta encíclica del Papa Francisco
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sobre el cuidado
de la casa común Capítulo Primero
Lo que le está pasando
A nuestra casa
VI. LA DEBILIDAD PLANETARIA
(Cont., viene del día 23)
56. Mientras tanto, los poderes económicos continúan justificando, el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente.
Así se manifiesta que la degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas. Muchos dirán que no tienen conciencia de realizar acciones inmorales, porque la distracción constante nos quita la valentía de advertir la realidad de un mundo limitado y finito. Por eso hoy, "cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta" ((Exhort.ap. Evangelii gaudium,
24 noviembre 2013).
57. Es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones. La guerra siempre produce daños graves al medio ambiente y a la riqueza cultural de las poblaciones, y los riesgos se agigantan cuando se piensa en las armas nucleares y en las armas biológicas. Porque, "a pesar de que deterninados acuerdos internacionales prohiban la querra química, bacteriológica y biológica, de hecho en los laboratorios se sigue investigando para el desarrollo de nueva armas ofensivas, capaces de alterar los equilibrios naturales"((Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990).
Se requiere de la política una mayor atención para prevenir y resolver las causas que puedan originar nuevos conflictos. Pero el poder conectado con las finanzas es el que más se resiste a este esfuerzo, y los diseños políticos no suelen tener amplitud de miras. ¿Para qué se quiere hoy preservar un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?
58. En algunos países hay ejemplos positivos de logros en la mejora del ambiente, como la purificación de algunos ríos que han estado contaminados durante muchas décadas, por la recuperación de bosques, autóctonos, o el embellecimiento de paisajes con obras de saneamiento ambiental, o proyectos edilicios de gran valor estético, o avances en la producción de energía no contaminante, en la mejora del transorte público. Estas acciones no resuelven los problemas globales, pero confirman que el ser humano todavía es capaz de intervenir positivamente. Como ha sido criado para amar, en medio de sus límites brotan inevitablemente gestos de geenerosidad, solidaridad y cuidado.
59. Al mismo tiempo, crece una ecología superficial o aparente que consolida un cierto adormecimiento y una alegre responsabilidad. Como suele suceder en épocas de profundas crisis, que requieren decisiones valientes tenemos la tentación de pensar que lo que está ocurriendo no es cierto. Si miramos la superficie, más allá de algunos signos visibles de contaminación y de degradación, parece que las cosas no fueran tan graves y que el planeta podría persistir por mucho tiempo en las actuales condiciones. Este comportamiento evasivo no sirve para seguir con nuestros estilos de vida, de producción y de consumo. Es el modo como el ser humano se arregla para alimentar todos los vicios autodestructivos intentanto no verlos, luchando para no reconocerlos, postergando las decisiones importantes, actuando como si nada ocurriera.
Ver: Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco
sobre el cuidado
de la casa común Capítulo Primero
Lo que le está pasando
A nuestra casa
VI. LA DEBILIDAD PLANETARIA
(Cont., viene del día 23)
56. Mientras tanto, los poderes económicos continúan justificando, el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente.
Así se manifiesta que la degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas. Muchos dirán que no tienen conciencia de realizar acciones inmorales, porque la distracción constante nos quita la valentía de advertir la realidad de un mundo limitado y finito. Por eso hoy, "cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, convertidos en regla absoluta" ((Exhort.ap. Evangelii gaudium,
24 noviembre 2013).
57. Es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones. La guerra siempre produce daños graves al medio ambiente y a la riqueza cultural de las poblaciones, y los riesgos se agigantan cuando se piensa en las armas nucleares y en las armas biológicas. Porque, "a pesar de que deterninados acuerdos internacionales prohiban la querra química, bacteriológica y biológica, de hecho en los laboratorios se sigue investigando para el desarrollo de nueva armas ofensivas, capaces de alterar los equilibrios naturales"((Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990).
Se requiere de la política una mayor atención para prevenir y resolver las causas que puedan originar nuevos conflictos. Pero el poder conectado con las finanzas es el que más se resiste a este esfuerzo, y los diseños políticos no suelen tener amplitud de miras. ¿Para qué se quiere hoy preservar un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?
58. En algunos países hay ejemplos positivos de logros en la mejora del ambiente, como la purificación de algunos ríos que han estado contaminados durante muchas décadas, por la recuperación de bosques, autóctonos, o el embellecimiento de paisajes con obras de saneamiento ambiental, o proyectos edilicios de gran valor estético, o avances en la producción de energía no contaminante, en la mejora del transorte público. Estas acciones no resuelven los problemas globales, pero confirman que el ser humano todavía es capaz de intervenir positivamente. Como ha sido criado para amar, en medio de sus límites brotan inevitablemente gestos de geenerosidad, solidaridad y cuidado.
59. Al mismo tiempo, crece una ecología superficial o aparente que consolida un cierto adormecimiento y una alegre responsabilidad. Como suele suceder en épocas de profundas crisis, que requieren decisiones valientes tenemos la tentación de pensar que lo que está ocurriendo no es cierto. Si miramos la superficie, más allá de algunos signos visibles de contaminación y de degradación, parece que las cosas no fueran tan graves y que el planeta podría persistir por mucho tiempo en las actuales condiciones. Este comportamiento evasivo no sirve para seguir con nuestros estilos de vida, de producción y de consumo. Es el modo como el ser humano se arregla para alimentar todos los vicios autodestructivos intentanto no verlos, luchando para no reconocerlos, postergando las decisiones importantes, actuando como si nada ocurriera.
Ver: Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco