Laudato Si.'Carta encíclica del Papa Francisco
scristpan class="imagen">
sobre el cuidado de la casa común
Lo que le está pasando
A nuestra casa
CAPITULO QUINTO
ALGUNAS LÍNEAS DE ORIENTACIÓN
Y ACCIÓN
196. ¿Qué ocurre con la política? Recordemos el principio de subsidiaridad que otorga libertad para el desarrollo de las capacidades presentes en todos los niveles, pero al mismo tiempo exige más responsabilidad por el bien común a quuien tiene más poder. Es verdad que hoy algunos sectores económicos ejercen más poder que los mismos Estados.
Pero no se puede justificar una economía sin política, que sería incapaz de propiciar otra lógica que rija los diversos aspectos de la crisis actual. La lógica que no permite prever una preocupación sincera por el ambiente es la misma que vuelve imprevisible una preocupación por integrar a los más frágiles, porque "en el vigente modelo "exitista" y "privitista" no parece tener sentido invertir para que los lentos, débiles o menos dotados pueden abrirse camino en la vida".
197. Necesitamos una política que piense con visión amplia, y que lleve adelante un replanteo en organizacion integral, incorporando en un diálogo interdisciplinario los diversos aspectos de la crisis. Muchas veces la misma política es responsable de su propio descrédito, por la corrupción y por la falta de buenas políticas públicas. Si el Estado no cumple su rol en una región, algunos grupos económicos pueden aparecer como benefactores y detentar el poder real, sintiéndose autorizados a no cumplir ciertas normas, hasta dar lugar a ciertas formas de criminalidad organizada, trata de personas, narcotráfico y violencia muy difíciles de erradicar.
Si la política no es capaz de romper una lógica perversa, y también queda subsumida en discursos empobrecidos, seguiremos sin afrontar los grandes problemos de la humanidad. Una estrategia de cambio real exige repensar la totalidad de los procesos, ya que no basta con incluir consideraciones ecológico superficiales mientras no se cuestione la lógica subyacente en la cultura actual. Una sana política debería ser capaz de asumir este desafio.
198. La política y la economía tienden a culparse mutuamente por lo que se refiere a la pobreza y a la degradación del ambiente. Pero lo que se espera es que reconozcan sus propios errores y encuentren formas de interacción orientadas al bien común. Mientras unos se desesperan sólo por el rédito económico y otros se obsesionan sólo por conservar o acrecentar el poder, lo que tenemos son guerras o acuerdos espúrios donde lo que menos interesa a las dos partes es preservar el ambiente y cuidar a los más débiles. Aquí también vale que "la unidad es superior al conflicto").
Ver: Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco
198. La política y la economía tienden a culparse mutuamante por lo que se refiere a la pobreza y a la degradación del ambientt. Pero lo que se espera es que se reconozcan los propios errores y encuentren formas de interacción orientatadas al bien común. Mientras unos desesperan sólo por el rédito económico y otros se obsesionan por conservarlos o acrecentar el poder, lo que tenemos son guerras y acuerdos espurios donde lo que menos interesa a las dos partes es preservar el ambiente y cuidar a los más débiles. Aquí también vale que "la unidad es superior al conflicto".
Ver: Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco
sobre el cuidado de la casa común
Lo que le está pasando
A nuestra casa
CAPITULO QUINTO
ALGUNAS LÍNEAS DE ORIENTACIÓN
Y ACCIÓN
196. ¿Qué ocurre con la política? Recordemos el principio de subsidiaridad que otorga libertad para el desarrollo de las capacidades presentes en todos los niveles, pero al mismo tiempo exige más responsabilidad por el bien común a quuien tiene más poder. Es verdad que hoy algunos sectores económicos ejercen más poder que los mismos Estados.
Pero no se puede justificar una economía sin política, que sería incapaz de propiciar otra lógica que rija los diversos aspectos de la crisis actual. La lógica que no permite prever una preocupación sincera por el ambiente es la misma que vuelve imprevisible una preocupación por integrar a los más frágiles, porque "en el vigente modelo "exitista" y "privitista" no parece tener sentido invertir para que los lentos, débiles o menos dotados pueden abrirse camino en la vida".
197. Necesitamos una política que piense con visión amplia, y que lleve adelante un replanteo en organizacion integral, incorporando en un diálogo interdisciplinario los diversos aspectos de la crisis. Muchas veces la misma política es responsable de su propio descrédito, por la corrupción y por la falta de buenas políticas públicas. Si el Estado no cumple su rol en una región, algunos grupos económicos pueden aparecer como benefactores y detentar el poder real, sintiéndose autorizados a no cumplir ciertas normas, hasta dar lugar a ciertas formas de criminalidad organizada, trata de personas, narcotráfico y violencia muy difíciles de erradicar.
Si la política no es capaz de romper una lógica perversa, y también queda subsumida en discursos empobrecidos, seguiremos sin afrontar los grandes problemos de la humanidad. Una estrategia de cambio real exige repensar la totalidad de los procesos, ya que no basta con incluir consideraciones ecológico superficiales mientras no se cuestione la lógica subyacente en la cultura actual. Una sana política debería ser capaz de asumir este desafio.
198. La política y la economía tienden a culparse mutuamente por lo que se refiere a la pobreza y a la degradación del ambiente. Pero lo que se espera es que reconozcan sus propios errores y encuentren formas de interacción orientadas al bien común. Mientras unos se desesperan sólo por el rédito económico y otros se obsesionan sólo por conservar o acrecentar el poder, lo que tenemos son guerras o acuerdos espúrios donde lo que menos interesa a las dos partes es preservar el ambiente y cuidar a los más débiles. Aquí también vale que "la unidad es superior al conflicto").
Ver: Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco
198. La política y la economía tienden a culparse mutuamante por lo que se refiere a la pobreza y a la degradación del ambientt. Pero lo que se espera es que se reconozcan los propios errores y encuentren formas de interacción orientatadas al bien común. Mientras unos desesperan sólo por el rédito económico y otros se obsesionan por conservarlos o acrecentar el poder, lo que tenemos son guerras y acuerdos espurios donde lo que menos interesa a las dos partes es preservar el ambiente y cuidar a los más débiles. Aquí también vale que "la unidad es superior al conflicto".
Ver: Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco