La Misa sobre el Mundo (Teilhard de Chardin)
ORACION ANIMADA POR UNA ENERGIA
En este punto de incendio universal actúa sobre mí, Señor, con el fuego concentrado de todas las acciones interiores y exteriores que experimentadas menos cerca de Tí, serían neutras, equivocadas u hostiles:pero que animadas por una Energía "que pueda someter a sí todo",se convierten en las profundidades físicas de tu Corazón, en los ángeles de tu victorosa operación. Por una combinación maravillosa, juntamente con tu atractivo, del encanto de las criaturas y de su insuficiencia, de su dulzura y de su maldad, de su debilidad decepcionante y de su admirable potencia, exalta gradualmente y hastía mi corazón; enséñale la verdadera pureza, una pureza que no es una separación debilitante de las cosas, sino un impulso a través de todas las bellezas; descúbrele la verdadera caridad, esa caridad que no es el miedo estéril a obrar el mal, sino la voluntad enérgica de lograr, todos juntos, las puertas de la vida, dale sobre todo, mediante una visión cada vez mayor de tu omnipresencia, la bienaventurada pasión por decubrir, de hacer y experimentar cada vez un poco más al mundo, con en fin de penetrar cada vez más en Tí.
PRESENCIA DE DIOS EN EL MUNDO
COMO ESAS MATERIAS TRASLÚCIDAS que un rayo encerrado en ellas puede iluminar en bloque, para el místico Cristiano el Mundo aparece bañado por una luz interna que intensifica su relieve, su estructura y sus profundidades. Esta luz no es el matiz superficial que puede captar un goce grosero. Tampoco es el brillo brutal que destruye los objetos y ciega la mirada. Es el destello reposado y fuerte engendrado por la síntesis en Jesús de todos los elementos del Mundo. Cuanto más acabados sean, con arreglo a su propia naturaleza, los seres en los que él se representa, más próxima y sensible se hace esta irradiación; y cuanto más sensible se hace tanto más los objetos que baña resultan claros en sus contornos y lejanos en su fondo.
POESIA DE SAN JUAN DE LA CRUZ
COPLAS DEL ALMA QUE PENA POR VER A DIOS
Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
En mí yo no vivo ya,
y sin Dios vivir no puedo,
pues sin Él y sin mí quedo,
este vivir, ¿qué será?.
Mil muertes se me hará,
pues mi misma vida espero,
muriendo porque no muero.
Esta vida que yo vivo
es privación de vivir
y así es continuo morir
hasta que viva contigo,
oye, mi Dios, lo que digo
que esta vida no la quiero,
que muero porque no muero.
Estando absente de Tí,
¿qué vida puedo tener,
sino muerte padescer,
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
pues de suerte persevero,
que muero porque no muero.
El pez que del agua sale,
aun de alivio no caresce,
que la muerte que padesce,
al fin la muerte le vale,
¿qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero,
pues si más vivo más muero?
Cuando me empiezo a aliviar
de verte en el Sacramento,
hace de m´
háceme más sentimiento
el no te poder gozar,
todo es para más penar,
por no verrte como quiero,
y muero porque no muero.
Y si me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
en ver que puedo perderte,
se me dobla mi dolor,
viviendo en tanto pavor,
y esperando como espero,
muerome porque no muero.
Sácamendenaquesta muerte,
mi Dios, y dame la vida,
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte,
mira que muero por verte,
y mi mal es tan entero,
que muero porque no muero.
Lloraré mi muerte ya
y lamentaré mi vida
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh mi Dios!, ¿cúando será
cuando yo diga de vero:
"Vivo ya porque no muero"?.
En este punto de incendio universal actúa sobre mí, Señor, con el fuego concentrado de todas las acciones interiores y exteriores que experimentadas menos cerca de Tí, serían neutras, equivocadas u hostiles:pero que animadas por una Energía "que pueda someter a sí todo",se convierten en las profundidades físicas de tu Corazón, en los ángeles de tu victorosa operación. Por una combinación maravillosa, juntamente con tu atractivo, del encanto de las criaturas y de su insuficiencia, de su dulzura y de su maldad, de su debilidad decepcionante y de su admirable potencia, exalta gradualmente y hastía mi corazón; enséñale la verdadera pureza, una pureza que no es una separación debilitante de las cosas, sino un impulso a través de todas las bellezas; descúbrele la verdadera caridad, esa caridad que no es el miedo estéril a obrar el mal, sino la voluntad enérgica de lograr, todos juntos, las puertas de la vida, dale sobre todo, mediante una visión cada vez mayor de tu omnipresencia, la bienaventurada pasión por decubrir, de hacer y experimentar cada vez un poco más al mundo, con en fin de penetrar cada vez más en Tí.
PRESENCIA DE DIOS EN EL MUNDO
COMO ESAS MATERIAS TRASLÚCIDAS que un rayo encerrado en ellas puede iluminar en bloque, para el místico Cristiano el Mundo aparece bañado por una luz interna que intensifica su relieve, su estructura y sus profundidades. Esta luz no es el matiz superficial que puede captar un goce grosero. Tampoco es el brillo brutal que destruye los objetos y ciega la mirada. Es el destello reposado y fuerte engendrado por la síntesis en Jesús de todos los elementos del Mundo. Cuanto más acabados sean, con arreglo a su propia naturaleza, los seres en los que él se representa, más próxima y sensible se hace esta irradiación; y cuanto más sensible se hace tanto más los objetos que baña resultan claros en sus contornos y lejanos en su fondo.
POESIA DE SAN JUAN DE LA CRUZ
COPLAS DEL ALMA QUE PENA POR VER A DIOS
Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.
En mí yo no vivo ya,
y sin Dios vivir no puedo,
pues sin Él y sin mí quedo,
este vivir, ¿qué será?.
Mil muertes se me hará,
pues mi misma vida espero,
muriendo porque no muero.
Esta vida que yo vivo
es privación de vivir
y así es continuo morir
hasta que viva contigo,
oye, mi Dios, lo que digo
que esta vida no la quiero,
que muero porque no muero.
Estando absente de Tí,
¿qué vida puedo tener,
sino muerte padescer,
la mayor que nunca vi?
Lástima tengo de mí,
pues de suerte persevero,
que muero porque no muero.
El pez que del agua sale,
aun de alivio no caresce,
que la muerte que padesce,
al fin la muerte le vale,
¿qué muerte habrá que se iguale
a mi vivir lastimero,
pues si más vivo más muero?
Cuando me empiezo a aliviar
de verte en el Sacramento,
hace de m´
háceme más sentimiento
el no te poder gozar,
todo es para más penar,
por no verrte como quiero,
y muero porque no muero.
Y si me gozo, Señor,
con esperanza de verte,
en ver que puedo perderte,
se me dobla mi dolor,
viviendo en tanto pavor,
y esperando como espero,
muerome porque no muero.
Sácamendenaquesta muerte,
mi Dios, y dame la vida,
no me tengas impedida
en este lazo tan fuerte,
mira que muero por verte,
y mi mal es tan entero,
que muero porque no muero.
Lloraré mi muerte ya
y lamentaré mi vida
en tanto que detenida
por mis pecados está.
¡Oh mi Dios!, ¿cúando será
cuando yo diga de vero:
"Vivo ya porque no muero"?.