La Misa sobre el Mundo (Teilhard de Chardin)
Oración del gusto por la vida
Toda mi alegría y mis éxitos, toda mi razón de ser y mi gusto por la vida, Dios mío, penden de esa función fundamental de tu conjunción con el Universo.¡Que otros anuncien, conforme a su función más elevada, los esplendores de tu puro Espíritu! Para mí, dominado por una vocación anclada en las últimas fibras de mi naturaleza, no quiero ni puedo decir otra cosa que las inuumerables prolongaciones de tu Ser encarnado a través de la Materia; ¡nunca sabría predicar más que el misterio de tu Carne, oh Alma que transparece en todo lo que nos rodea!
Presencia de Dios en el Mundo
POR POCO QUE SE REFLEXIONE con qué puede emerger en el corazón humano este nuevo amor unuversal, tantas veces soñado en vano, pero dejando esta vez por fín las zonas de la utopía para afirmarse como posible y necesario, se percibe que: para que los hombres, sobre la Tierra, puedan llegar a amarse no basta con que los unos y los otros se reconozcan como elementos de un mismo algo, sino que hace falta que al "planetizarse" tengan conciencia de que, sin confundirse,se hacen un mismo alguien. Porque ( y eso se halla ya con todas las letras del Evangelio) no hay amor total más que de y en lo personal.
Esto no es sino decir que, en fin de cuentas la planitización de la Humanidad supone, para realizarse correctamente, además de la Tierra que se aprieta, además del pensamiento humano que se organiza y se condensa,todavía un tercer factor: me refiero a la ascensión en nuestro horizonte interior de un centro cósmico psíquico,de algún polo de conciencia suprema hacia el que convergen todas las consciencias elementales del mundo y en el que puedan amarse: la ascensión de un Dios.
Poesías de S, Juan de la Cruz
Coplas sobre un éxtasis de alta contemplación
Entréme donde no supe
y quedéme no sabiendo,
toda ciencia transcendiendo.
Yo no supe dónde entraba,
pero cuando allí me vi,
sin saber dónde me estaba,
grandes cosas entendí,
no diré lo que sentí,
que me quedé no sabiendo,
toda ciencia transcendiendo.
De paz y de piedad
era la ciencia perfecta,
en profunda soledad,
entendida vía recta,
era cosa tan secreta,
que me quedé balbuciendo,
toda ciencia transcendiendo.
Estaba tan embebido,
tan absorto y ajenado,
que se quedó mi sentido
de todo sentido privado,
y el espíritu dotado
de un entender no entendiendo,
toda ciencia transcendiendo.
El que allí llega de vero,
de sí mismo desfallesce:
cuanto sabía primero
mucho bajo le paresce,
y su ciencia tanto cresce,
que se queda no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Cuanto más alto se sube,
tanto menos entendía
qué es la teneborsa nube
que a la noche esclarecía,
por eso quien la sabía
queda siempre no sabiendo,
toda cienciia trascendiendo.
Este saber non sabiendo
es de tan alto poder,
que los sabios arguyendo
jamás le pueden vencer,
que no llega su saber
a no entender entendiendo,
toda ciencia transcendiendo.
Y es de tan alta excelencia
aqueste sumo saber,
que no hay facultad ni ciencia
que le puedan emprender,
quien se supiere vencer
con un no saber sabiendo,
irá siempre transcendiendo.
Y si lo queréis oír,
consiste esta suma ciencia
en un subido sentir
de la divina Esencia,
es obra de su clemencia
hacer quedar no entendiendo,
toda ciencia transcendiendo.
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