La Misa sobre el Mundo (Teilhard de Chardin)



Himno a la Materia

Bendita seas tú, áspera Materia, gleba estéril, dura roca, tú que no cedes más que a la violencia y nos obligas a trabajar si queremos comer.
Bendita seas, peligrosa Materia, mar violenta, indomable pasión, tú que nos devoras si no te encadenamos.
Bendita seas, poderosa Materia, Evolución irresistible, Realidad siempre naciente, tú que haciendo estallar en cada momento nuestros encuadres nos obligas a buscar cada vez más lejos la Verdad.
Bendita seas, universal Materia, Duración sin límites, Éter sin orillas, Triple abismo de las estrellas, de los átomos y de las generaciones, tú que desbordando y disolviendo nuestras estrechas medidas nos revelas las dimensiones de Dios.

La Humanidad en marcha


EL MUNDO SE CONSTRUYE. He aquí la verdad fundamental que es preciso comprender en primer lugar, y comprender tanto que se convierte en una fuerza habitual y como natural de nuestros pensamientos. A primera vista, los seres y sus destinos corren el riesgo de que se nos aparezcan como distribuidos al azar, o, al menos, de una manera arbitraria, sobre la superficie de la Tierra.

Por un momento podríamos pensar que cada uno de nosotros podría haber podido nacer indiferentemente más pronto o más tarde, aquí o allí, más felices o menos afortunados: como si el Universo formase, desde el comienzo hasta el final de su historia, en el Tiempo y en el Espacio, una especie de vasto jardín en el que las flores son intercambiables a voluntad del jardinero. Esta idea no parece justa.

Cuanto más se reflexiona, sirviéndose de todo lo que nos enseñan, cada uno en su línea la ciencia, la filosofía y la religión, más se convence uno de que el Mundo debe compararse , no a un haz de elementos artificialmente superpuestos, sino más bien a algo así como un sistema organizado, animado de un amplio movimiento de crecimiento que es peculiar suyo. Hay un plan de conjunto que parece estar realizándose a nuestro alrededor en el curso de los siglos.

Hay un plan en marcha en el Universo, un resultado en juego, que no admite mejor comparación que con una gestación y un alumbramiento: el alumbramiento de la realidad espiritual formada por las almas y lo que ellas encierran en sí de materia. La Tierra nueva se concentra, se desglosa y se purifica laboriosamente a través y a favor de la actividad humana. No, nosotros no somos comparables a los elementos de un ramillete, sino a las hojas y a las flores de un gran árbol sobre el que todo aparece a su tiempo y en su lugar, a la medida y a los postulados del Todo.
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Mañana aniverario del asesinato de Ignaqcio Ellcuría hablaremos de él.

Poesía de San Juan de la Cruz

Otra glosa a lo divino
(cont.)

Estando la voluntad
de divinidad tocada,
no puede quedar pagada
sino con divinidad,
mas por ser tal su hermosura,
que sólo se ve por fe,
gústala en un no sé qué
que se halla por ventura.

Pues de tal enamorado
decidme si habréis dolor,
pues que no tiene sabor
entre todo lo criado,
solo, sin forma y figura,
sin hallar arrimo y pie
gustando allá un no sé qué
que se halla por ventura.

No penséis que el interior,
que es de mucha más valía,
halla gozo y alegría
en lo que acá da sabor,
mas sobre toda hermosura
y lo que es, y será y fue,
gusta de allá un no sé qué
que se halla por ventura,

Mas emplea su cuidado,
Quien se quiere aventajar,
en lo que está por ganar
que en lo que tiene ganado,
y así, para más altura,
yo siempre me inclinaré
sobre todo a un no sé qué
que se halla por ventura.

Por lo que por el sentido
puede acá comprehenderse,
y todo lo que entenderse,
aunque sea muy subido,
y por gracia y hermosura,
yo nunca me perderé
sino por un no se qué
que se halla por ventura
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