El Mito de la Globalización Neoliberal 3.
"Allí donde la propiedad es un derecho individual
y donde el dinero sea la medida universal
jamás podrá reinar la justicia
y la prosperidad social" (Tomás Moro)
Los caminos que la Comisión Trilateral iba abriendo en unos casos y ensanchando en otros, hoy podemos decir que son las grandes autopistas por las que discurren buena parte de las políticas económicas a nivel mundial. El que esto sea así y que haya sido diseñado desde las más altas instancias del poder político, económico, comunicacional, etc, de forma silenciosa, nos recuerda cómo los pueblos son concebidos como agentes pasivos, no como protagonistas de la historia.(Trilateral es una organización fundada en 1973 compuesta por los tres centros del capitalismo avanzado: EE UU., Europa occidental y Japón).
Este aspecto, oculto tras la propuesta de los sistemas democráticos formales que huyen de una verdadera democracia(gobierno del pueblo), junto a otros aspectos que iremos analizando aquí van marcando una configuración de la realidad que olvida que su centro debe ser la persona y su desarrollo como tal.
Aún a sabiendas de que las divisiones de los distintos campos que componen la realidad humana(lo social, lo político, lo económico, lo cultural, lo religioso)no se pueden plantear como si fueran inmovibles. No olvidemos que algunos de los dramas más fuertes que vivimos son la despolitización de la vida social, la desvinculación de la vivencia religiosa del compromiso sociopolítico o el fenómeno del economicismo que todo lo invade y vasalla.
Vamos a hacer una breve lectura de éstos con la persona como centro, porque es así como nos encontraremos con las principales carencias de fondo del sistema actual en su esencia y en su funcionamiento.
Desde la persona podríamos ver en lo social la respuesta a la necesidad relacional que todos tenemos de un tú, un tú no como instrumento sino como semejante, alguien que es parte de nosotros mismos e imprescindible para desarrollarnos como personas; un tú que toma valor universal aunque las limitaciones físicas nos sitúen a cada uno en un contexto concreto diferente.
Pero esas relaciones a menudo espontáneas y conflictivas al tiempo que constructivas, deben ser estructuradas, organizadas hacia la consecución del bien común, tarea esta primordial aunque no exclusiva de la política.
Respecto a la economía podríamos decir que su fin último es muy simple, establecer las condiciones adecuadas para que todos y cada uno de los habitantes de este planeta tengan los medios materiales necesarios para desarrollarse como personas. Y esto hacerlo de tal modo que nuestra casa común no se vea esquilmada y destruida.
Todo lo anterior genera y se genera desde un conjunto de valores, de principios, de vivencias que constituyen la cultura. Entendida ésta como un fenómeno vivo, dinámico, en el que pasado y presente se completan y se potencian para dar respuesta a cada nueva situación que la persona va encontrando en su caminar. Podríamos decir que la cultura supone en buena medida la conciencia de los pueblos a través de su caminar histórico.
Por último, el aspecto religioso que ha de desarrollar la dimensión transcendente de la persona, su dimensión espiritual que elevándole sobre la realidad puramente material le remite una y otra vez a ésta, pero con ojos distintos, con criterios distintos. Este es otro ámbito relacional que ensancha lo que el mundo y la propia persona son.
Es posible que la descripción hecha, por breve, sea incompleta y mejorable, pero es un punto de referencia muy básico sobre el que se puede reflexionar para ir descubriendo no sólo la nueva forma de organizar las cosas, sino la antropología que subyace en el planteamiento globalizador neoliberal. Porque en la relidad que nos rodea, vamos descubriendo una forma de funcionar que no se ajusta a la descripción que hemos hecho. La persona no es centro, es más bien un instrumento puesto al servicio de algo que vale menos que ella misma...
-Ver:El Mito de la Globalización Neoliberal:
Desafíos y Respuestas.
Acción Cultural Cristiana
Madrid 1999