El Mito de la Globalización Neoliberal
"Allí donde la propiedad es un derecho individual
y donde el dinero sea la medida universal
jamás podrá reinar la justicia
y la prosperidad social" (Tomás Moro)
3. En el ámbito económico
La económía de mercado se ha convertido en la nueva religión de la época. Supeditada a ella queda la política y por ende, la supuesta búsqueda del bien común. Tal es así, que la economía investida por la matemática es elevada a la categoría de ciencia. Es la época del fundamentalismo económico. No hay salvación fuera de él.
Los excluidos del sistema, la periferia, serán unos inadaptados, pues en la economía de libre mercado todos concurrimos en "igualdad de oportunidades". Es el mercado el que sitúa las cosas en su justo lugar; "no hay nada más natural que la oferta y la demanda" nos dictarán los fundamentalistas de turno. Los que no encuentren su lgar en este sistema serán los "menos capaces", es decir, los inadaptados, "los fracasados".
Durante la década de los 70 tiene origen un hecho de singular importancia, la globalización. En este contexto, el capital financiero entra en juego, con la peculiar característica de desplazarse y trocarse en cualquier moneda a la velocidad de la luz. Puede dar la vuelta al mundo en cuestión de segundos comprando o vendiendo valores o monedas, sin que a su paso nada se haya producido en la economía real. Su lógica obliga a los gobiernos a sujetarse a los dictados del capital(véase como ejemplo la crisis del Sudeste Asiático). Ello produce la inestabilidad política, social y monetaria de los países sometidos a la lógica del capital.
Con el objetivo de controlar la deuda y la inflación resurgen las políticas monetaristas. En palabras de Friedmann, los gobiernos no se comportan como deben. Lo que deben hacer es controlar el dinero que hay en circulación y todo irá bien. La política monetarista está basada en el intento de controlar la tasa de crecimiento de la oferta monetaria, es decir, de la cantidad de dinero que hay en circulación, y la reducción del déficit público. Pero el control de la oferta monetaria actúa elevando los tipos de interés y provocando así, una caída de la inversión.
El control del déficit público intenta conseguir con la eliminación de subsidios, la reducción de la inversión fija y el aumento de los impuestos indirectos (IVA). La eliminación de los subsiduos y el aumento de los impuestos indirectos provoca un alza de los precios, aumento de las demandas salariales y como es lógico un aumento de la tensión social. Como resultado final encontramos una reducción de la inversión.
Que se esconde detrás de este tipo de políticas? Según Kaldor, el objetivo no confesado del férreo control de la oferta monetaria era conseguir una brusca elevación de los tipos de interés que penalizase la inversión y con ella el empleo, contribuyendo así a la desustructuración de la clase obrera.
Una vez que el sistema ha derrotado al mundo obrero y al sistema de la economía planificada, llegamos al "fin de la
historia" proclamada por los voceros del neoliberalismo. El mundo del trabajo acepta las premisas del sistema, es decir, asume la economía de mercado. El único papel como agente de este sistema es el de comparsa, bailando al son del libre mercado. A nivel social este proceso ha supuesto la ruptura de la solidaridad internacional, la disolución de la conciencia de clase y el traspaso del conflicto capital-trabajo a trabajo-trabajo: la lucha de los pobres compitiendo por el trabajo, en el marco de un mercado laboral cada vez más "flexible".
El trabajador participa ahora de una doble mentalidad. Por un lado, participa en la sociedad como trabajador que desea mejorar su calidad de vida a través del mundo del trabajo, sin cuestionar la acumulación de riqueza y olvidando a aquellos que viven en la más absoluta pobreza. Por otro, el trabajador acomodado entra de lleno en el mundo del capital mediante su participación en bolsa (una de cada tres familias españolas tiene acciones en bolsa), fondos de pensiones etc, lo que se denomina capitalismo popular.
Lo único real es la lógica del capital y lo que queda son batallitas en las que se compite por las migajas sobrantes.
Crecen identidades transversales en unidad de acción con el
capital, como la de los consumidores. La ideología neoliberal produce consumidores y ciudadanos aislados y legiones de excluidos marginados al grito de "sálvese el que pueda", no una sociedad combativa ante las injusticias.
Ver: El Mito de la Globalización
Neoliberal
Desafíos y Respuestas