"Llevar nuestra atención hasta nosotros mismos" Un reposo apacible

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"Aprovechar los días de descanso para atenderse es todo un arte que necesita ser cultivado"

"Pero para estos días hay buenas sugerencias que echar en la maleta del corazón para que, en un momento de verdadero solaz, nos ayuden a restituir la vitalidad interior"

"Para ejercitar la nepsis, para desarrollar la vigilancia, nada como volver a la conciencia de nuestra respiración: eco del ruah que Dios mismo, según el relato bíblico, nos insufló"

Aprovechar los días de descanso para atenderse es todo un arte que necesita ser cultivado. Solemos confundir dicho reposo con no hacer nada, pero lo cierto es que son pocos los que logran llevar esto a cabo. Es tanta la compulsión mental que tenemos que nuestra vida es puro reflejo de ello. De hecho, queremos no hacer nada, caer en los brazos soporíferos del descanso y, sin embargo, seguimos llenando la agenda vacacional. Así es fácil retornar a la rutina, que es lo que muchas veces nos hastía sino está vinculada con la vocación, con la sensación de no haber descansado lo necesario.

Pero para estos días hay buenas sugerencias que echar en la maleta del corazón para que, en un momento de verdadero solaz, nos ayuden a restituir la vitalidad interior. En este equipaje es bueno incluir algunas máximas sapienciales de los anacoretas del desierto que, sin bien no se sentaron bajo sombrilla alguna, sí supieron, con perseverancia, pasión y entrega, asentarse en la profundidad de sí mismos. Allí descubrieron que a pesar del oleaje interior siempre había una frescura de fondo que calmaba graciosamente.

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Nepsis

La clave primordial de todo estaba en la capacidad de vigilancia (nepsis), pero ¿qué es lo que se necesitaba vigilar? Los pensamientos que surcan nuestra mente para descubrir el tema que contienen y el lugar hacia el cual nos quieren llevar. Esta era, y lo sigue siendo, una virtud esencial para volver sobre nosotros mismos y salir de la inercia inconsciente que suele gobernar nuestra vida.

Cuando esto acontece, y así lo muestra el eremita Hesyquio de Batos del siglo IV, la mente conduce a un reposo apacible (hesyquía del corazón). Este es el descanso que se anhela en estos calurosos días y que, obviamente, no está condicionado sólo al periodo vacacional. Para llegar a colmar ese anhelo, esa sed de fondo, necesitamos inevitablemente, como indicábamos al inicio, atendernos, esto es, llevar nuestra atención hasta nosotros mismos, hacia ese cielo mental por donde surcan cientos de nubes-pensamientos pero que nunca deja de estar azul, jamás Dios deja de estar presente.

Para ejercitar la nepsis, para desarrollar la vigilancia, nada como volver a la conciencia de nuestra respiración: eco del ruah que Dios mismo, según el relato bíblico, nos insufló para darnos Vida y que, siempre que la advertimos, nos devuelve a ella.

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