Biblia del vino (2): Yo soy la vid, una vida universal. Ecología y Teología (Dom 5 pascua, 28.4-24

            Este es el domingo de la ecología cristiana. Ayer presenté los temas de "cristo" como viña/vida universal de Dios  en el AT. Hoy sacaré algunas consecuencias, a partir del Cristo que dice en Jn 15, 1-8 “yo soy la vid”, esto es, la vida universal de Dios que vincula a todos los vivientes, especialmente a los hombres.

Dios es Padre-viñador. El mundo es la  viña que él planta y cuida con t cuidado de Padre , para que produzca fruto (hermosura, vida, buen vino).

La viña de Dios es una misma, y todos los vivientes (seres cósmicos, plantas animales…) compartimos una vida, que está centrada en Cristo, Hijo de Dios, que abraza y ofrece vida  a todos en libertad y amor.

Hay, según eso, Dios, un “cristo de Dios”, un mundo, una viña, de manera que todos formamos una “vida” de Dios, y en nombre de todos habla Cristo, como seguiré indicando

APOLOGETICA Y PROFECIA: La Vid Mística

Palabra de Cristo, evangelio ecológico:

Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos."

Motivación, tema:

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Jesús habla en nombre de todos y dice:  yo soy la vid y mi padre es el labrador. Así dice Jesús, en su nombre y en el mío… en el de todos nosotros. Y yo ¿Quién soy? Él es la vid, y en él somos todos “la viña de Dios”. Dios nos ha creado como Padre-Labrador (viñador) cuidadoso. Somos una planta de Dios; somos la “vida de Dios”, uno por uno y todos los seres humanos, vinculados a las plantas y a los animales. Entre las plantas que son signo y presencia de Dios destacan en la Biblia gres.

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¿Qué he de hacer? Cuatro árboles/plantas hay en el NT con los que yo puede compararme

(1La primera es la vid/viña/vid de este pasaje de Jn15,  que aparece en diversos lugares el Antiguo Testamento (cf. Canto de la Viña de Isaías 5, 1-7), un texto que puede y debe compararse con la viña de los viñadores homicidas de Mc 12.par.  Dios ha plantado una viña, y la viña debe producir buen fruto para todos, pero unos viñadores homicidas se aprovechan de del ruto y además, matan al hijo de Dios para apoderarse de la herencia.

(2) La segunda planta es el trigo de Mc 4, par, que es el motivo principal de la parábola del sembrador y la semilla, con la oposición entre trigo y cizaña (Mt 13). El pan con el vino (el campo de trigo con la viña) forman el símbolo más hondo de Dios en la Biblia, libro del pan y del vino, libro de la vida de los hombres como presencia de Dios, desde la perspectiva de la cultura del Mediterráneo, que puede y debe extenderse simbólicamente a todas las restantes culturas del mundo (Asia, África, América…)  que tienen sus propias plantas esenciales….

(3) Higuera y olivo…. Hay otras plantas simbólicos, otros productos de la vida de Dios en la tierra y el cosmos… Bíblicamente el más famoso es la higuera, que es signo de Israel…, pero que Mc 11 par presente como estéril: frondosa y llena de hijas, pero sin fruto que Jesús encuentra entrando a Jerusalén, que es signo del templo/pueblo de Israel. Jesús quiere comer, alimentarse del fruto de la higuera, pero no encuentra en allá hijas, y la maldice. En la Biblia destaca también el Olivo…(Rom 11)….Entre las plantas-frutos del mundo que son signo presencia de Dios destacan:

  • Palmeras y palmas…
  • Maíz y arroz
  • Manzanos, naranjos etc.
  • Papas/patatas y tubérculos de diverso tipo

Comentario orante

Esta es una alegoría histórica, que presenta a Jesús como Vid, cumplimiento de la esperanza israelita. Esta alegoría de la vid/viña de Jesús forma parte de la “controversia” del evangelio Juan con otros grupos judíos. Para un tipo  judíos “rabínicos” la viña es Israel, como saben dos textos esenciales del AT: Canto de la Viña de Is 5 y el Salmo de la historia de Israel como viña (Sal 80, 9-12). En sentido general, esa viña es Israel, el templo de Jerusalén. Pues bien, sin negar ese principio israelita, el evangelio de Juan identifica la Vid con Jesús, a quien toma como “viña universal de Dios”.

Ésta es una alegoría eclesial y social (eucarística). La viña de Jn 15 (árbol de vida del paraíso, Gen 2) se identifica con Jesús, pero en un Jesús que no se aísla sino que, siendo él, es (somos) todos, compartiendo una misma “savia de vida de Dios”. Jesús-Vid universal es la “viña-savia” de Dios compartida por todos, pues todos somos “sarmientos-ramas-hojas-uvas”, los unos de los otros.Ciertamente, los sarmientos nada pueden sin la savia central de la Vid, sin ella mueren.Pero viña somos todos en Cristo, una viña/vida compartida, que pasa de unos con otros, un cuerpo de gozo, savia común, que sólo es nuestra en la medida en que la recibimos, la damos, la compartimos.

‒ Esta es una alegoría cumplida en Jesús. Los judíos la conocían bien, y así hablaban de la “Vid-Israel”, un pueblo entre otros pueblos (cf. Is 5, 1-2; Sal 80), un pueblo que en un momento dado (cf. Mc 12, 1ss) ha querido conservar su savia y vida sólo para sí, excluyendo de ella y sus frutos los otros, los gentiles. Pues bien, Jesús ha querido ofrecer a todos los pueblos el “vino de su viña”, eucaristía, en gesto de amor, oración, de entrega de la vida. Esa es, por tanto, una alegoría profética, mesiánica: ¿Cómo se puede lograr una viña-universal, con savia para todos: Tenemos que hacernos todos una viña de amor, de comunión sobra la tierraEso sólo lo pudo hacerlo y lo ha hecho un hombre como Cristo, presencia de Dios para todos, un hombre que no reserva nada para sí, sino que lo da y lo comparte…

‒ Esta viña, este vino es Jesús, pero cada uno de nosotros somos con él viña/vino de Dios, en amor, en oración, en unión de vida, unos con otros. Ésta es una alegoría abierta a todos los pueblos del momento presente, a todos los pueblos y hombres del futuro. Viviendo en (como) Jesús, todos nosotros, sus discípulos y seguidores podemos formar parte de un mismo “árbol” de vida, sin expulsar a nadie. Esta “vid” es Cristo, pero no un Cristo por encima, para algunos, sino en para todos, con todos, desde los últimos (enfermos, expulsados sociales). Ciertamente, los sarmientos nada pueden sin la Vid, no tienen savia para vino. Por su parte, Vid tampoco puede extenderse jubilosa por la tierra, dando frutos de abundancia sino tiene sarmientos que somos nosotros.

Formamos todos una vid abierta al mundo entero, cuya fuente y savia de existencia es Dios, como evocaban algunos mitos antiguos (como el de Dionisos en Grecia). Pero sólo Jesús, el evangelio de Juan, ha elaborado esta alegoría, como fuente de experiencia religiosa y de compromiso social: Vivimos todos unidos en experiencia de amor y comunión. Compartimos todos una misma vida, la vida de Dios, encarnado por Cristo en los hombres y celebramos esta experiencia del amor y unión de la vida en la totalidad de la vida, y de un modo especial a través de la eucaristía.

            Pero los cristianos han visto a Jesús como viña verdadera, interpretando su sangre (vida) como savia universal fecunda como vino que reúne en fiesta de amor, gozo y esperanza a todos los pueblos (no sólo para judíos o cristianos).; así escuchan la voz de Jesús que les dice: Yo soy la viña, vosotros los sarmiento. Jesús no es viña superior para imponerse sobre los sarmientos (en gesto de dominación sagrada), sino savia (sangre) universal de vida, pues todos formamos con él una vid, somos aliento viviente (templo) de Dios. 

Consecuencias ecológicas y teológicas:

Ecología y teología. La primera presencia de Dios es la vida…Todos los hombres y mujeres de la tierra (tribus, naciones, clases sociales…) formamos una sóla vida. Cuidar la vida común es cuidar la creación de Dios.

Yo soy la vid,  yo soy la vida… Una misma vida nos vincula no sólo a los seres humanos, sino a todos los vivientes…Cuando digo “yo soy la vid/vida” estoy diciendo que los demás formas parte de mi propia vida… No son una circunstancia externa, algo que acontece fuera de mí, sino que forman parte de mi propia vida, por encima de las distinciones secundarias de raza, estados, clases sociales etc.  Cuando peco en contra de los demás estoy pecando en contra de mi propia entraña “divina” y humana.

Puede ser una imagen de texto que dice "Prólogo por Eduardo Agosta Scarel LA LA ALTERNATIVA ECOLO LOGICA PRÓXIMAMENTE BIBLIA, ESPIRITUALIDAD Y COMPROMISO SOCIAL IrE SO ល XABIER XABIERPIKAZA PIKAZA"

En esta línea me han pedido que escriba un libro de ecología… Un libro que podría titularse “yo soy la vid”, yo soy la vida… Así puedo decir como Jesús y con Jesús que todos los vivientes forman parte de mi vida. 

La más antigua oración de la Iglesia: Didajé 9-10 (comentario en mi libro de Patrística):

Puede ser una imagen de texto que dice "MEJOR MEJOR ORIGINAL ESPAÑOL Curso Te cología PATRISTICA RÍSTICA Historia, Tas/ufressrian Jalglena Doctrina YahierPikara SEPA Curso de Teología PATRÍSTICA Historia y Doctrina de los Padres de la Iglesia Xabier Pikaza"

Éste es el ejemplo más antiguo de oración eucarística, centrada en la viña de Jesús, formulada por la Didajé o Doctrina de los apóstoles, escrita en torno al año 80 d.C., por una comunidad cristiana de Siria, donde es muy importante la figura y misión de Jesús como Hijo de David, el autentico israelita:

  • - Oración ante la copa. Te damos gracias, Padre nuestro, por la santa viña de David, tu siervo, la que nos diste a conocer a nosotros por medio de Jesús, tu siervo. A ti la gloria por los siglos (La viña de David es la viña de Jesús. Todos formamos parte de su viña, es decir, de su vida…). Cuando decimos yo soy la vid… (y lo decimos con David/Jesús) estamos diciendo que formamos parte de la vida universal, de la vida de todos los hombres y mujeres de la historia y de la humanidad.
  • - Y después del partimiento (del pan), oración ante el pan compartido. Te damos gracias, ¡Padre nuestro!, por la vida y el conocimiento que nos diste a conocer por medio de Jesús tu siervo. ¡A ti la gloria por los siglos!4 De la misma manera que este pan, que partimos, estaba disperso sobre los montes, y reunido se hizo uno, así sea reunida tu iglesia de los confines de la tierra en tu reino (el pan compartido que es la presencia de Dios, que es el auténtico Cristo, nos une a todos). Esta es la eucaristía universal, la que nos vincula con la vida/vino de Dios en Cristo, con el pan/comida de Dios en Cristo. Porque tuya es la gloria y el poder, por Jesucristo, por los siglos.
  • - Después de saciarse, den gracias así: (Esta es la oración final: por la comida y comunión de todos los hombres y mujeres en Cristo). Te damos gracias, ¡Padre santo!, por tu santo nombre que hiciste morar en nuestro corazón, y por el conocimiento, la fe y la inmortalidad que nos has dado a conocer por medio de Jesús, tu siervo. A ti la gloria por los siglos.3 Tú, ¡Señor todopoderoso!, creaste todas las cosas por causa de tu nombre, y diste a los hombres alimento y bebida para su disfrute, para que te dieran gracias. Mas a nosotros nos hiciste el don de un alimento y una bebida espiritual y de la vida eterna por medio de tu siervo.4 Ante todo te damos gracias porque eres poderoso. A ti la gloria por los siglos. 5 Acuérdate, Señor, de tu iglesia, para librarla de todo mal y hacerla perfecta en tu amor, y congrégala desde los cuatro vientos, santificada, en tu reino que le has preparado. Porque tuyo es el poder y la gloria por los siglos.6 Venga la gracia y pase este mundo. Hosanna al Dios de David. El que sea santo, que se acerque. El que no lo es, que se arrepienta. Maranatha. Amén. 

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