"Buscó la reforma de la Iglesia, el encuentro entre la iglesias y el diálogo entre las religiones" † Hans Küng (1928-2021). Itinerario teológico fecundo
Küng, H. (1928-2021).Teólogo católico, de origen suizo y cultura germana. Ha fallecido este martes, 6 de abril de 2021, en plena pascua.
Había estudiado en la Universidad Gregoriana de Roma y ha enseñado en la Universidad de Tübingen, donde tuvo que dejar la facultad de Teología Católica, por imposición del Vaticano (en el año 1979); desde entonces hasta su jubilación (1996) ha dirigido el Instituto Ecuménico de esa universidad.
Ha buscado una reforma de la Iglesia Católica, ha promovido el encuentro ecuménico entre las iglesias cristianas y sigue siendo animador de un diálogo entre todas las religiones. Ha sido quizá el teólogo católico más conocido del segundo tercio del siglo XX y de principios del XXI.
En esta reseña teológica, dejo a un lado los problemas discutidos de su enseñanza, para poner de relieve la unidad y variedad de su pensamiento.
Ha buscado una reforma de la Iglesia Católica, ha promovido el encuentro ecuménico entre las iglesias cristianas y sigue siendo animador de un diálogo entre todas las religiones. Ha sido quizá el teólogo católico más conocido del segundo tercio del siglo XX y de principios del XXI.
En esta reseña teológica, dejo a un lado los problemas discutidos de su enseñanza, para poner de relieve la unidad y variedad de su pensamiento.
Punto de partida. Confianza original en la realidad
H. Küng aparece ante algunos como un teólogo crítico, que habría ido en contra de todas las autoridades religiosas. Pues bien, paradójicamente, él ha vinculado crítica teológica e ingenuidad vital o confianza originaria. En el plano de la discusión teórica ha seguido y acogido la racionalidad cartesiana, la dialéctica de Hegel, las críticas de Nietzsche, los juicios negativos de Freud y del marxismo.
Pero, antes de esa discusión, él ha interpretado la experiencia religiosa y en especial el cristianismo como un gesto de confianza originaria. En cuanto primer principio, indemostrable en sí mismo y premisa de todas las demostraciones posteriores, es decir, en cuanto paradigma existencial más hondo que las negaciones de la ciencia, de Freud y del marxismo, Küng ha interpretado la religión como experiencia de confianza originaria, es decir, como una proto-experiencia de fundamentación positiva, como un “presupuesto de realidad” que subyace en todas las razones posteriores, en una línea que podríamos llamar psicológicamente “materna”, de creatividad amorosa.
Conforme a la visión de H. Küng, antes de buscar demostraciones, en el ejercicio mismo de su discusión crítica o negadora, el ser humano vive porque tiene una confianza radical en el sentido en la realidad, entendido como "lo divino". De lo contrario dejaría de ser y moriría.
Su confianza radical está fundada en un gesto concreto, previo a todo pensamiento discursivo: la relación del niño con la madre. El calor afectivo de la madre o de quien haga sus veces genera una confianza que explica y funda la vida del hombre: esa confianza es base de su salud psíquica y es el fundamento en el que se enraízan y reciben fuerza todas sus acciones posteriores.
Más allá del pienso cartesiano, del imperativo de Kant o de las visiones sociales del marxismo, más allá de la misma ley freudiana del edipo (conflicto del humano con su padre), se encuentra, según Küng, la confianza original que el niño experimenta en brazos de su madre. Desde el punto de vista cristiano, la confianza radical (Grundvertrauen) se transparenta y culmina según Küng en la confianza en Dios (Gottvertrauen): ésta es la experiencia y certeza de hallarse apoyado en el sentido último de la realidad.
Küng no quiere ni puede probar esa experiencia en un nivel de ciencia discursiva: no aduce argumentos de tipo científico objetivo (físico), pero, él sabe que, interpelado por los enigmas de la realidad, zarandeado por los ataques de la muerte, la angustia de la vida y la sospecha de la falta de sentido, el hombre apela a la confianza radical, materna, en el origen y sentido fundante de la Vida, entendiéndola como signo de Dios, revelación religiosa originaria.
Obras fundamentales.
Las obras de H. Küng han marcado de algún modo las etapas del desarrollo y los intereses básicos de la teología católica en los últimos cuarenta años. De un modo un poco convencional, podemos dividirlas en cuatro etapas y/o grupos:
Un tema de Iglesias. H. Küng condenado. Las primeras obras, entre ellas La Iglesia (Barcelona 1972) e ¿Infalible? (Buenos Aires 1970), reflejan los puntos básicos de su eclesiología, que se distingue por la necesidad de un diálogo mayor con el mundo y de una democracia interna, superando el modelo actual de imposición jerárquica.
Son obras que se hallaban todavía cerca del Vaticano II y que estaban animadas por un deseo de crítica y de transformación eclesial. Fueron ellas las que motivaron, precisamente, la condena de la Congregación para la Doctrina de la fe del año 1979, por la que se le quitaba la licencia eclesial para enseñar en una facultad de Teología Católica, de manera que H. Küng tuvo que ser trasladado a una cátedra “no católica”, de Teología Ecuménica, de la misma Universidad de Tübingen.
Los problemas de fondo que se planteaban eran entonces, y han seguido siendo aquellos que están relacionados con la estructura de la Iglesia (que, a juicio de H. Küng, debe organizarse de manera más democrática) y con la forma de entender la infalibilidad del Papa, tema que implica la reinterpretación del Concilio Vaticano I y de la misma administración del Vaticano.
A juicio de H. Küng, la infalibilidad no ha de entenderse en sentido proposicional (centrada en las afirmaciones definidas como tales), ni individual (como propia de un papa como individuo, separado de la iglesia), sino como experiencia y certeza de “indefectibilidad y permanencia” de la Iglesia, que se encuentra simbolizada y concretada de un modo personal en el Papa, en cuanto habla en nombre y como signo de las iglesias.
H. Küng piensa que la Iglesia es infalible (indefectible) como portadora del mensaje y de la promesa de salvación de Jesús en el evangelio. En esa línea, las definiciones de los concilios y de los papas han de entenderse como expresión privilegiada de la conciencia que la iglesia tiene de sí misma y de su función (de su fe), en un camino que sigue abierto. Esas definiciones son, por tanto, la expresión de un camino que puede y de debe concretarse en cada caso, desde el contexto cultural de cada época, desde la raíz del evangelio.
En un segundo momento podemos citar tres investigaciones de dogmática estricta, en las que H. Küng ha marcado las líneas básicas de su reflexión.
La más importante es quizáLa encarnación de Dios(Barcelona 1974), una obra de honda reflexión, escrita desde una perspectiva de diálogo con Hegel, para fijar mejor la identidad (trascendencia) de Dios y su manifestación/presencia en el mundo.
En esa línea sigue Ser cristiano(Barcelona 1974), un libro en el que Küng ofrece una visión de conjunto del cristianismo, desde una perspectiva de fe y de compromiso activo.
La tercera,¿Existe Dios?(Madrid 1978), constituye un tratado básico de teodicea, en diálogo con la filosofía moderna, desde → Descartes y Pascal hasta Wittgensgtein y otros filósofos del siglo XX, Küng sigue asumiendo ciertos elementos hegelianos, pero, como ya he señalado, apela a la existencia de Dios desde la perspectiva de la confianza básica, en diálogo con todo el pensamiento moderno.
En un tercer momento podemos citar sus obras de diálogo con las grandes religiones, especialmente, con las monoteístas.
Este proyecto de diálogo apareció ya expuesto en una obra programática (escrita en colaboración con otros especialistas), titulada: El cristianismo y las grandes religiones(Madrid 1987). En ese contexto de descubrimiento de la identidad de cada religión y de apertura hacia las otras se entienden sus tres obras enciclopédicas, dedicadas al estudio de casa una de las tres religiones monoteístas.
La primera se titula El judaísmo. Pasado, presente, futuro (Madrid 1993); la segunda se titula El cristianismo. Esencia e historia (Madrid 1997) y la tercera El islam. Historia, presente, futuro (Madrid 2006). Estas tres obras ofrecen, por el momento, la mejor visión de conjunto de las religiones monoteístas, como he puesto de relieve, con A. Aya en El Diccionario de las tres religiones (Estella 2009).
Última etapa. Otras obras.
Para una visión de conjunto de la vida y obra de H. Küng, debemos acudir a sus dos libros de memorias, Libertad conquistada. Memorias I (Madrid 2004) y Verdad controvertida. Memorias II (Madrid 2009), que constituyen uno de los testimonios más significativos de la problemática teológica del siglo XX, desde la perspectiva alemana, en diálogo con gran parte de los teólogos de ese siglo desde → K. Barth hasta J. Ratzinger.
Hans Küng ha escrito también varias obras en las que sitúa el diálogo religioso en un trasfondo de ético de paz mundial: Proyecto de una Ética Mundial (Madrid 1991), ¿Por qué una ética mundial? (Madrid 2002), Una ética mundial para la economía y la política (1999). Ha publicado también una obra sobre Grandes pensadores cristianos (Madrid 1995).
(Tomado de X. Pikaza, Diccionario de pensadores Cristianos pags. 521-522).