8.3: Dios mujer, antes que hombre. El pregón de la Sabiduría (Prov 8-9)
Tras el exilio, en un contexto donde muchos querían expulsar a mujeres "distintas"(Esdras/Nehemías), emerge y se despliega la tradición sapiencial (Proverbios, Eclesiástico, Sabiduría) que ha reflexionado sobre la Mujer-Sabiduría como pregón de Dios para los hombres.
El Nuevo Testamento y la primera tradición cristiana saben (dicen) que la “revelación plena de Dios” empieza siendo femenina, para ser humana, en sentido integral, como anuncia el libro de los Proverbios. Cierta iglesia posterior ha marginado este capítulo de la revelación, cometiendo un "pecado" de pensamiento (ideología), palabra (doctrina) y obra (patriarcalismo). Por ese camino estamos llegando al tope (año 2022), de manera qe podemos volver al principio de la Sabidurìa de Israel y del evangelio cristiano.
En ese contexto presento hoy(8.3.22) unas palabras sobre la mujer como revelación primera de Dios. Para encarnarse en Cristo como humanidad integral, Dios ha empezado “revelándose” en forma de Mujer-Sabiduría, principio y signo fundante de la vida.
En ese contexto presento hoy(8.3.22) unas palabras sobre la mujer como revelación primera de Dios. Para encarnarse en Cristo como humanidad integral, Dios ha empezado “revelándose” en forma de Mujer-Sabiduría, principio y signo fundante de la vida.
| X Pikaza Ibarrondo
Proverbios: la Sabiduría como Diosa-amiga[1]
El libro de los Proverbios (Prov) forma parte de la Biblia Hebrea y consta de dos partes: una antología de refranes o dichos sapienciales (Prov 10-31) y una introducción teológica (Prov 1-9) con una enseñanza unitaria sobre los riesgos y sentido de la vida humana.
Esa introducción, escrita hacia el IV a. C, trasmite la doctrina que un padre y/o maestro israelita dirige a su hijo/discípulo para ayudarle a superar los riesgos generales de la vida (cf. Prov 1-5) y, sobre todo, la tentación de la mujer (cf. Prov 6-7). Pues bien, frente a esa mala mujer (presentada conforme a una retórica injusta de su tiempo y del nuestro, en forma de Prostituta), Proverbios presenta a la Dama Sabiduría (maestra divina), para que guíe al joven (al hombre entero) en su maduración. La historia humana na nacido y subsiste por inspiración de mujer, como signo de presencia divina (cf. Prov 8-9).
Dios habla como,en forma de, mujer En el momento en que debe decir su palabra esencial, el maestro varón (supuesto autor del libro de los Proverbios o parábolas de la vida) tiene que ceder la palabra a la Mujer-Sabiduría, por la que el mismo Dios viene a mostrarse amiga/esposa de los sabios, es decir, de los hombres. Eso significa que sólo un ser humano (varón o mujer) que ha sentido en su vida en “aliento de Dios” en forma de mujer madre-amante-compañera puede entender la vida, encontrarse a sí mismo, abrirse un futuro. Frente a la mala mujer o ramera que destruye el corazón incauto (cf. Prov 1, 20-33; 5, 1-14; 7, 1-27), dejándolo en manos de su propia pequeñez y su violencia, viene a revelarse la mujer sagrada, amiga/esposa de Dios y de los hombres (Prov 8-9.
Nos hallamos cerca de la inspiración y discurso de Platón quien, al llegar a la cumbre de su diálogo de amor, deja que hable una mujer, Diótima en nombre de la divinidad (Banquete). Pero en Proverbios la que habla no es una sacerdotisa (aunque elevada), sino la misma Sabiduría de Dios, que viene a presentarse como mujer/amiga que despliega su belleza y palabra de encanto fuerte en la colina, a la vera del camino, en las entradas de la ciudad (Prov 8, 1-2), oponiéndose así a la prostituta (que así aparece como mujer prostituida por los hombres):
A vosotros, hombres llamo, a los hijos de Adam (=ser humano) me dirijo: aprended sagacidad los inexpertos, aprended cordura los necios. Recibid mi instrucción, que es más que plata, recibid mi ciencia mejor que el oro puro; porque la Sabiduría (=hokmah) vale más que las perlas y ninguna joya se le puede comparar.
Yo, Sabiduría, soy vecina de la sagacidad (=´ormah)… Por mí reinan los reyes y los príncipes dan leyes justas. Yo amo a los que me aman, y los que madrugan por mí me encuentran. Yo traigo riqueza y gloria, fortuna copiosa y bien ganada; mi fruto es mejor que el oro puro y mi renta vale más que la plata. Camino por sendero justo, por las sendas del derecho (=mispat) para legar riqueza a mis amigos y colmar sus tesoros.
Yahvé me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras antiquísimas. En un tiempo remotísimo fui formada, antes de comenzar la tierra. Antes de los océanos fui engendrada, antes de los manantiales de las aguas. Todavía no estaban encajados los montes, antes de las montañas fui engendrada. No había hecho aún la tierra y la hierba, ni los primeros terrones del orbe.
Cuando colocaba el cielo, allí estaba yo. Cuando trazaba la bóveda sobre el faz del océano; cuando sujetaba las nubes en la altura y fijaba las fuentes abismales. Cuando ponía un límite al mar, y las aguas no traspasaban sus mandatos. Cuando asentaba los cimientos de la tierra, yo estaba junto a él, como aprendiz, yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia; jugaba con la bola de la tierra, disfrutaba con los hijos de Adam.
Por tanto, hijos míos, escuchadme: dichosos los que siguen mis caminos. Escuchad mi aviso y seréis sabios, no lo rechacéis. Dichoso el hombre que me escucha, velando en mi portal cada día, guardando las jambas de mi puerta. Quien me alcanza alcanzará mi vida, y gozará el favor de Yahvé; quien me pierde se arruina a sí mismo; los que me odian aman la muerte (Prov 8, 4.10-11. 18. 36). (cf.Pikaza, la mujer en la Biblia judía)
La Sabiduría de Dios (=la trasmisora de la Sabiduría de Dios, del Dios que es amor-conocimiento) sólo puede ser una mujer que ofrece su palabra en público (sobre el ancho mundo, no en un templo), a todos cuantos quieran escucharla. Ella es la expresión y presencia del aspecto femenino-amoroso-atractivo de Dios, que sale al encuentro y nos precede en el camino de la vida.
Ahora no es la Serpiente la que habla (en contra de Gen 3), sino la mujer, signo de Dios. Eso significa que la búsqueda más honda, la tensión más fuerte del amor que impulsa nuestra vida no es algo que hayamos inventado, sino un don del amor de Dios que nos llama, a través de su Sabiduría amorosa, en forma de mujer (al menos desde el punto de vista de un varón, como parece ser el autor del libro). Esta mujer que habla es el verdadero "papa y maestro" de la Biblia.
El Amor y la Sabiduría de Dios se identifican, apareciendo como principio y sentido de la vida humana, en forma y palabras de mujer. Por eso es ella la que habla, la Sabiduría, de un modo directo, presentándose a sí misma como mujer divina, diciendo:
(1) El mismo Dios, Yahvé, me estableció (=canani). Esa palabra es enigmática. Puede aludir a la generación, como si Yahvé fuera padre/madre de la sabiduría; o también a un tipo de adquisición, como si Dios en el principio hubiera comprado/poseído a su Sabiduría.
(2) Fui engendrada (=holaltti). Es un pasivo divino: Dios mismo ha "engendrado", en claro simbolismo maternal, a la Mujer-Sabiduría, en el principio de los tiempos. Todo lo que existe sobre el mundo viene luego de ella. Sólo en un momento posterior y con la ayuda de la Sabiduría/Amor han surgido los océanos y montes, los abismos de la tierra y los poderes de la bóveda celeste. En el origen, como expresión fundante de Dios, ha emergido su Sabiduría.
Esta Sabiduría creadora muestra un aspecto gozoso, de tipo lúdico: Jugaba en su presencia (mesaheqet)... Ella había sido establecida y engendrada en el principio (como obra preferida, hijo querido de Dios). Pues bien, ahora aparece como aprendiz (´amon) y encanto (sa´suim) de Dios, que no ha suscitado el mundo por deber, por cálculo egoísta o por motivos lucrativos, sino por gozo y despliegue de amor. Éste es un Dios que siente placer y disfruta ante el encanto de su Sabiduría; con ella se alegra, como maestro que es feliz enseñando su saber a otro, como amante que se emociona con su querido/a.
La humanidad en principio es mujer, lo femenino de Dios, no sólo como “madre”, sino como más que madre: Como amiga, como encanto, como portadora del “juego más hondo” del amor.
Lo femenino ha vuelto a Dios. Los israelitas antiguos habían “expulsado” del trono de Dios a la Diosa/Ashera. Pues bien, ahora, sus descendientes judíos sapienciales, han vuelto a introducir en Dios a la Sabiduría/Diosa, no como otra persona, sino como una expresión y momento del mismo ser de Dios, que es masculino/femenino, y que parece más femenino que masculino. Así lo muestran estos motivos fundamentales del gran canto de la mujer/sabiduría.
Sin duda, ella presenta rasgos de diosa, en la línea de las grandes figuras femeninas de Egipto, Siria y Mesopotamia. Pero no tiene valor independiente: no se puede separar del Dios Yahvé ni concretarse en un signo idolátrico que podamos manejar. Tampoco es una personificación sin más, un modo de hablar, un motivo estético/literario sin ningún apoyo en la realidad. Esta mujer/sabiduría desborda los esquemas de la pura razón y aparece como signo femenino de la divinidad.
Un artista como Miguel Ángel Buonarrotti ha podido interpretar con gran belleza estas palabras en el fresco de la creación de la Capilla Sixtina del Vaticano: del hueco formado por el brazo izquierdo de Dios/varón emerge la Sabiduría/mujer como un elemento del misterio divino: Dios la mira y al mirarla, descubriendo lo más hondo de su vida, de manera que, a partir de ella (la mujer divina), puede crear con la otra mano al Adán varón. De esa manera se puede afirmar que en la mujer Sabiduría se encuentran en germen todos los seres (y en especial los humanos).
La tradición teológica cristiana ha reelaborado ese pasaje, aplicándolo a Jesús, Hijo de Dios, en su condición de ser divino y principio de lo humano. En esa línea, el mismo Jesús-Hombre sería la encarnación (el Hijo) de la Sabiduría femenina de Dios, que suele identificarse con el Espíritu Santo. Dentro de la tradición judía, esa Dama/Sabiduría sigue siendo un signo privilegiado del cuidado amoroso del Dios que llama a los humanos y les ama (acoge) como hace una mujer amante. En ese sentido, este pasaje no habla del Dios cerrado en sí ni tampoco de su posible encarnación en Cristo, sino del Dios que se revela a los hombres en diálogo de amor.
En ese contexto judío debemos añadir que la Palabra creadora del Dios de Gen 1 (que decía “hágase” y se hacía) aparece en Prov 8 como palabra invitadora que sigue diciendo en Prov 9, 5: «Venid y comed de mi pan, bebed del vino que he mezclado…». Como mujer que atrae a sus amantes así convida Dios/Sabiduría a sus amigos, ofreciéndoles la gracia y encanto de su vida.
Quizá pudiéramos añadir que esta mujer Sabiduría/Amor es la verdad del paraíso, presencia de Dios, que se define así como mujer-sabiduría-esposa que llama a los seres humanos (¿especialmente a los varones?), invitándoles a compartir su gozo y su belleza. En esa línea, Dios aparece como mujer y madre buena que dirige a los hombres su palabra educadora (cf. 8, 32: «Por tanto, hijos mío, escucharme…»). Las dos imágenes (madre y esposa) se implican y completan sin dificultad en plano simbólico, apareciendo como elementos esenciales del Dios judío.
Los dos caminos, dos mujeres.Significativamente, la introducción teológica de Proverbios (Prov 1-9) culmina presentando los doscaminos (un tema casi universal, en Israel y en Grecia, en India y China) como dos amores que llaman a los “inexpertos” seres humanos. (1) La Dama Sabiduría/Amor les invita al banquete de sus bodas divinas, en fidelidad de amor: ella ha construido su casa de “siete columnas”, ha preparado el festín, ha enviado a sus emisarios y quiere que todos participen en su fiesta de vida (Prov 9,1-12). (2) La Dama/Locura o Necedad, presentada en forma de gran prostituta, seduce a los que pasan, llevándoles a la anti-fiesta de un amor que lleva a la muerte (9,13-18).
Ese pasaje retoma el motivo del banquete de la alianza, donde se decía que Moisés y los ancianos comieron y bebieron ante Yahvé (Ex 24,11). Varios profetas (de Oseas al Tercer Isaías) habían interpretado esa alianza en claves esponsales. Pues bien, la tradición sapiencial ha desarrollado el tema hablando de dos banquetes.
(a) La Mujer Sabiduría ha edificado una casa, el templo de los siete pilares, ha preparado su comida, ha mezclado su vino, ha aderezado su mesa y ha enviado a sus mensajeros para que anuncien su banquete desde las colinas del entorno de la ciudad: «Si alguno es sencillo véngase acá… Venid y comed todos de mi pan, bebed del vino que he mezclado. Dejad la necedad y viviréis, y dirigíos por los caminos de la inteligencia» (Prov 9, 1-6).
El mundo humano, la cultura es una casa de mujer, una casa de siete pilares de la sabiduría… Éste es el templo verdadero, la mujer amante y sabia, madre y compañera. Ella es el templo de la vida, no el de Jerusalén (templo de hombre que se imponen por medio de sacrificios…). Este templo es la sabiduría de Dios, revelada en forma de mujer…
(b) Pero este mundo ha podido convertirse también, por violencia de los “machos” (los guerreros, los idólatras, violadores, en casa donde reina la mujer Necedad (Prostituta) a quien el libro presenta como alborotada e ignorante y se sienta a la puerta de su casa, sobre un trono, y también en las colinas del entorno de la ciudad, para llamar a los que van por los caminos de la perdición: «Vosotros, los inexpertos, veníos aquí; quiero hablar a los faltos de juicio…». De esa forma invita a los que van por el camino de la perdición, para el banquete de las aguas robadas. No saben que allí moran las Sombras y que sus invitados bajan al Abismo (cf. Prov 9, 13-18).
Esta mujer prostituta no es la mujer originaria, sino una mujer “prostituida” básicamente por el poder violador de los varones guerreros, envidiosos, que no tienen más poder que el de su violencia (armas) y su dinero. Ésta es (en el fondo de Proverbios) la tragedia de la historia humana. Los varones han empezado prostituyendo a las mujeres… y después les acusan de su prostitución (y algunas mujeres han aceptado este rol… se han aprovechado de ser-hacerse prostitutas).
Conclusión.
Dos figuras femeninas definen, según eso, la vida de los seres humanos a los que Proverbios dirige su enseñanza. (a) Una es la Mujer-Sabiduría, que llama, alimenta y educa, iniciando un proceso de maduración abierto, en especial, a los jóvenes “sencillos”, que corren el riesgo de perderse en el camino. Ésta es la mujer originaria, signo y encarnación de Dios en forma humana. Ésta es la mujer-cristo, ungida para la vida.
(b) Otra es la Mujer-Prostituida, que se opone a Dios y que aparece como la Serpiente de Gen 3, como Eva falsa, tentando de un modo especial a los varones. Esta es la mujer que han “inventado” y creado los varones, para aprovecharse de ella y además echarle la culpa como pecadora.
Estas dos mujeres anuncian ya un tipo de dualidad, que se expresará plenamente en la Gnosis y en el Maniqueísmo, con una Mujer-Divina, que forma parte del cielo (eterno femenino bueno) y una Mujer-Serpiente, que es el signo de la creación pervertida. En esa línea, el autor de Proverbios quiere que la mujer-buena, la Dama Sabiduría Divina, inicie al joven en el camino de la maduración humana, en línea de realización afectiva (buen matrimonio) y religiosa (plenitud personal), ofreciéndole así el alimento adecuado. Lógicamente, Proverbios tiene que mostrar el riesgo de la Mujer-Mala, vinculada a la serpiente, que ofrece su comida perversa de prostitución y muerte, destruyendo el corazón de los incautos(cf. 6, 24-25; 7, 6-23).
Frente a esa mala mujer, que deja al hombre en manos de su propia violencia (mal pan, mal agua), se eleva la mujer sagrada, amiga/esposa que alimenta de buen pan y vino bueno el corazón de los hombres. Como he dicho ya, éste es un tema que está cerca de Platón (discurso de Diótima, Banquete).
Pero el Dios/Sabiduría de Proverbios, que habla en forma de mujer, no quiere llevar a los hombres a un cielo de amor extraterreno, sino conducirles al Buen Amor encarnado en la vida de los hombres. No defiende un eros puramente sapiencial (espiritual), sino un amor integral, expresado en términos sociales, como seguirá indicando el libro de Ben Sira.
Esa mujer ha sido la “educadora de Jesús”, que aparece en los evangelios como encarnación (hijo de la Sabiduría). La inspiración y fuente de vida de Jesús ha sido según eso la Mujer-Sabiduría. Jesús es la auténtica Mujer-Sabiduría encarnada históricamente en forma de “Varón”. Sólo un varón podía en aquel tiempo ser encarnación de la Gran Sabiduría. He dicho “en aquel tiempo”. Hoy, año 2022 tenemos necesidad de re-escribir la historia de la “iglesia” y de la humanidad por Fidelidad al Dios-Sabiduría, por fidelidad a Jesús. Eso debemos hacerlo todos, pero en especial las mujeres.
(seguirá con Eclesiástico y Sabiduría).
NOTA
Introducción en J. Hausmann, Weisheit (AT), WiBiLex y en especial Ch. Maier, Weisheit (Personification) (AT), WiBiLex.Para una visión general, cf. A. M. Dubarle, Los Sabios de Israel, Escerlicer, Madrid 1958; I. Fischer, Gotteslehrerinnen. Weise Frauen und Frau Weisheit im Alten Testament, Kohlhammer, Stuttgart 2006; S. Schroer, Die Weisheit hat ihr Haus gebaut. Studien zur Gestalt der Sophia in den biblischen Schriften, Grünewald, Mainz 1996; P. Heinisch, Die Persönliche Weisheit des AT in religionsgesch.Beleuchtung (Bibl. Zeitfragen 13), Münster 1923; B. Lang, Frau Weisheit. Deutung einer biblischen Gestalt, Patmos, Düsseldort 1975; B. L. Mack, Logos und Sophia, Vandenhoeck, Göttingen 1973; E. Schüssler Fiorenza, La senda de Sofía. Hermenéutica feminista crítica para la liberación, Lumen, Buenos Aires 2003; G. von Rad, La Sabiduría en Israel. Los Sapienciales y loSapiencial, FAX, Madrid 1973; 189-207; V. Wodtke (ed.), Auf den Spuren der Weisheit. Sophia – Wegweiserin für ein weibliches Gottesbild, Herder, Freiburg B. 1991. En especial, cf. L. Alonso Schökel, y J. Vílchez, Proverbios, Cristiandad, Madrid 1894; G. Baumann, Die Weisheitsgestalt in Proverbien 1-9. Traditionsgeschichtliche und theologische Studien (FAT 16), Tübingen1996; C. V. Camp, Wisdom and the Feminine in the Book of Proverbs, Almond, Sheffield 1985; Ch.Maier, Die „fremde Frau“ in Proverbien 1-9. Eine exegetische und sozialgeschichtliche Studie (OBO 144), Freiburg/Schweiz 1995.