Cristianos de base de Asturias (11.05.19 Gijón) Mística, liberación y resurrección
Esquema de la ponencia: Liberar es resucitar
Tema clave: La mística no está al servicio de la liberaciòn, sino que es liberadora o no es mística, en todas las grandes tradiciones religiosas.
La mística bíblica... tiene un sentido histórico, implica y contiene en sí misma un proyecto y camino de transformación profética de la humanidad.
La identidad de la mística cristiana es la resurrección... en sentido receptivo ("ver" a Jesús resucitado en nuestra propia historia), y en sentido activo (hacer que nuestra vida ser principio de resurrección para los otros, como propone Jesús en Mt 11,2-4: Los ciegos ven, los cojos andan.... los muertos resucitan).
1.INTRODUCCIÓN.
SIETE CAMINOS, UNA ESPIRITUALIDAD, UNA TAREA
‒ El tema no es un Dios separado del hombre, sino el hombre/mujer integrado en el camino y libertad de Dios, la Verdad y en Vida más honda, en comunión de amor con todos los hombres.
‒ El tema no es sólo el rechazo de un tipo de imposición y de sometimiento social, sino la Revelación de la Luz interior: Que hombre y mujer se descubran liberado, y que así recorren su camino espiritual, personal y social, sean lo que son, individualmente y en familia, en comunidad y sociedad, en un camino abierto a la humanidad entera, como lo que son, varones y mujeres.
‒ El tema es que no haya dominio del hombre sobre la mujer, ni al contrario. Que no haya dominio del padre sobre el hijo, ni del hijo sobre el padre, ni del ministro religioso sobe el fiel, sino al contrario… Que haya encuentro de amor entre todos, en libertad, en amor al otro.
‒ El tema es liberar al mismo Dios de su posible tarea de imposición, es liberarle del dominio y dictadura que le imponen algunas religiones e iglesia, para que el ser lo que es: Corazón de amor que late a favor de todo el cuerpo de la humanidad, abrazo de vida que se extiende a todos los vivientes
Desde ese fondo he querido marcar siete itinerarios clásicos de la espiritualidad y de compromiso social y misionero de cada hombre o mujer, al servicio de todos los hombres, en libertad de amor, sin imposición, en gozo por la vida compartida, sin envidia, deseando el bien de los otros por encima incluso del propio, porque así esos otros se harán cargo de mí, y podré ser lo que yo quiera, con su ayuda, con mano amiga, con sus ojos amorosos, animando mi camino.
No hay mística y después liberación, sino que la misma mística (encuentro con Dios) es liberación, porque Dios es principio de libertad. No hay oposición entre la vida activa y contemplativa, porque la misma contemplación es libertad y principio de liberación para los otros.
Podrían trazarse otros caminos de mística liberadora, pero los siete que siguen son algunos de los más significativos, propios de grandes culturas, abiertos a la totalidad de los hombres, es decir, a nosotros (que podemos ser hindúes, budistas, taoístas, judíos, cristianos, musulmanes), como podrá descubrir quien venga a Gijón el próximo sábado y comparta las jornadas de Cristianos de Base, como propongo en un libro dedicado al tema:Las grandes religiones, Témpora, Madrid 2003.
RELIGIÓN ORIGINARIA
- Mundo sagrado, amor mundi: mística y compromiso ecológico: Francisco de Asís, Juan de la Cruz, Papa Francisco: Laudato si (2015). Veneración y cuidado del mundo (agua, aire, comida…) para bien de todos (de la vida de la humanidad, de la vida digna de los pobres. Ésta es la mística primera, la fidelidad a la tierra, en espíritu interior y en compromiso vital. Otras veces se ha dicho que la mística era “fuga mundi”, huida del mundo. En contra de eso, la verdadera mística es “amor al mundo” como casa de Dios para los hombres, para todos los hombres.
- Otras veces se ha dicho la que mística era huida de la carne, pero no es eso, porque el mismo Dios ha querido ser (hacerse) carne con nosotros (Jn 1, 14), No se puede amar a los hombres y liberarles sin “amar su mundo” y amar su carne, , sin crear un mundo habitable para ellos, en un aspecto estético (de belleza) y ético de justicia, en comunicación de bienes. El mundo no es un objeto de consumo, de compraventa, sino bien común de los hombres, como dice el Levítico: El mundo, la tierra, no se puede vender, porque es de todos, aunque se puede organizar su uso, para bien de todos.
RELIGIONES DE LA INTERIORIDAD
Son las religiones de oriente… que insisten más en la busca y libertad interior que en el equilibro con el mundo y la justicia. Es evidente que sin libertad interior no se puede ofrecer libertad (liberación) a los demás. Si se cierra en sí, esta libertad interior puede ser egoísta… Pero cerrada en sí, sin apertura al mundo y justicia, la mística termina siendo destructora… Hay muchas variantes en este tipo de mística, todas las combinaciones posibles… Pero tal como culmina en el budismo (y en el fondo en los otros modelos) esta mística tiene que ser esencialmente liberadora, superando el deseo de tenerlo todo, y cultivando la compasión, que es el encuentro amoroso con los demás.
- Hinduismo: Aquello que aparece, yo soy Eso. Identificación con el todo divino: del Atmán con lo Brahmán; respeto por el mundo sagrado (pero en un sistema de castas)
- Buda: Soy cuando no Soy, nada deseo. Con la superación del deseo, la vida se vuelve compasión universal, acompañar en el sufrimiento a todos, en gesto de vida compartida.
- Tao: Camino sin camino, integrado en el Todo. No forzar nada, no violentar, para que todo pueda vivir en equilibrios (no acción, no violentar el mundo)
RELIGIONES DE LA HISTORIA
Son religiones del encuentro comunitario, que vinculan amor a Dios y amor al prójimo… dentro de una historia. Dios‒creador se revela en el mundo y en la comunidad de los hombres. Por eso no puede haber encuentro con Dios separándose del mundo, sino en comunión con los demás hombres, en el mundo.
- Escucha Israel, Yahvé tu Dios es Uno. Amarás a Dios con todo tu corazón… Dios pide a los hombres diciéndoles “ámame”; mística, cuidar la presencia de Dios en el mundo. En algunos casos se puede acentuar la identidad de Israel sobre el conjunto de la humanidad. Pero en principio, Israel ha de entenderse como principio de un camino abierto a todos los pueblos.
- Muhammad: No hay más dios que Dios. La inmersión sagrada… En el fondo “sólo hay Dios”, sólo importa Dios, un Dios ante el que los hombres deben someterse, de forma que puede hablarse de una mítica de sumisión a lo divino, pero esa sumisión a Dios ha de expresarse en forma de creación de una comunidad de liberados.en principio con “justicia” (=limosna)
- Cristo: Yo y el Padre somos Uno. Amarás a Dios, amarás a tu prójimo como a ti mismo
2. UNA REFLEXIÓN DE PRINCIPIO, SOBRE EL ELEFANTE Y EL ARCO IRIS
POR QUÉ VARIOS CAMINOS
- El Elefante es grande y nosotros ciegos. Sólo conocemos una parte de lo divino, simbolizado por un gran “elefante”, lo que podemos tocar, cada uno por su parte. Al no poder tocar todos, tenemos que compartir las experiencias, de forma que cada uno diga a los otros lo que ha tocado. Por eso, la mística verdadera es un diálogo de “místicos”, para enriquecerse mutuamente, para crear así una memoria compartida de la vida.
- La luz se difracta en siete colores: Arcos iris, siete colores. Gen 8‒9: Este arco iris que sale de las nubes tras el diluvio es primer signo de paz, principio de una mística compartida, donde se respetan todos los colores, de forma que cada uno es necesario para la belleza del conjunto. Todos los colores son importantes, si no cuido los otros colores desfiguro y destruyo los míos. Es hermosa la visión de los colores que se complementan, como experiencia del gozo de la diversidad en la misma vida del amor que es muy bueno siendo hétero‒sexual, pero que puede serlo también siendo homo‒sexual.
- Inspiración y “conspiración”. Toda inspiración es co‒spiración: Nos alentamos unos a otros. Respiración común los vivientes (Juan de la Cruz, final de Cántico y en Llama). Se dice a veces que la inspiración religiosa llega a “solas”, y es cierto. En un momento determinado la soledad ante Dios es absolutamente necesaria. Pero después, es in‒spiración de cada uno ha de hacerse conspiración, comunicación de conocimiento y vida.
- 1 Cor 12‒14: Un cuerpo mesiánico (del Cristo). Los miembros más importantes son los más débiles. En este contexto es fundamental la mística del “cuerpo”, de la inhabitación de unos en otros, como ha desarrollado San Pablo en 1 Cor 12‒14, que son los capítulos más importantes de su experiencia mística, centrados en la creación de una comunidad centrada en los pobres y los excluidos. En ese sentido es imposible una mística de la riqueza, al servicio de un tipo de maduración psicológica de cada uno. Pueden ser importantes los ejercicios de auto‒ayuda, sea en línea Zen, Mindfunnes, Yoga etc… Pero la auténtica mística es siempre un camino de comunicación con Dios, en el que cada “grado” de encuentro con Dios puede vincularse a un grado de amor al prójimo (si esto pudiera medirse) .
3. UNA VISIÓN BÍBLICA, UNA TEOLOGÍA DE LA CONTEMPLACIÓN ACTIVA
EXPERIENCIA JUDEO‒CRISTIANA
Escojo doce textos (caminos) de experiencia de encuentro con Dios, en la línea de la tradición judeocristiana, vinculados siempre al encuentro con el prójimo. Como he dicho, no hay primero buena mística de encuentro con Dios para que haya después una mística de comunicación liberadora con el prójimo, sino que ambos momentos son inseparable. Insisto, al final, en el aspecto de la resurrección y de la Trinidad.
Antiguo Testamento:
- Abraham: Gen 12,1‒3: Sal de tu casa, deja tu casa: Serás un pueblo grande (mística como una peregrinación). No hay mística sin salida, sin liberarse de todo lo que uno tiene. Perder la seguridad para ser camino, al servicio de un “pueblo grande”, es decir, de todos
- Moisés. Ex 3, 14: Soy el que soy, Yahvé zarza ardiendo, dice a Moisés: libera a los oprimidos (mística y éxodo); no hay mística (Dios fuego en la zarza) sin liberar a los hebreos. Sólo aquel que asume el compromiso de liberar a los demás puede descubrir a Dios como la “zarza ardiente”, el fuego liberador. La tradición cristiana oriental ha desarrollado mucho este motivo de la zarza (Buisson) ardiente. Así aparece en la Anunciaciòn del Greco.
- Ezequiel. Carro de Dios (Dios está en el cautiverio, con los exilados) y resurrección de los muertos (Dios, dar vida a los que no tienen vida). (La Cábala judía ha desarrollado este tema de la “mercabá” o carro de Dios, con programa de mística inducida y liberadora, dirigidos a contemplar la presencia de Dios en los exilados, en los oprimidos etc.).
- 2º Isaías: Liberación política (a través de Ciro: dejar en libertad a todos los pueblos) y entrega del “siervo” (Dios es “dar” la vida por los otros; el siervo da la vida por los demás). El Segundo Isaías (Is 40‒55) ha desarrollado la mística más honda de liberación político‒social de la historia humana
Jesús: mística de liberación‒resurrección
- Mística nazarena: Lc 4,16‒18: El Espíritu de Dios sobre mí, liberar a cautivos y oprimidos; recibir el Espíritu (mística) y acción liberadora al servicio de todos; iglesia de nazarenos de Jesús. Una experiencia del Espíritu Santo sólo es auténtica cuando es liberadora…, pudiendo ser incluso peligrosa para un tipo de orden establecido, por eso quieren despeñar a Jesús
- Mística del Tabor (Mc 9): Ver a Cristo con los profetas del AT (Elías y Moisés), descubrir su gloria, no para quedarse en la montaña, sino para seguir caminando con él, en camino de Reino, para liberar al niño “endemoniado”; sólo la buena mística cura; los mueve discípulos que quedan abajo y no suben con Jesús y los tres a la montaña no pueden liberar al niño enfermo.
- Mística de amor, resurrección. Murió Jesús por amor, resucitó Magdalena. En esa línea, la auténtica mística consiste en vivir de tal forma que los otros resuciten. Que vivan otros, eso es Dios (crear, dar vida)
- 4. Mística de las llagas: Murió Jesús, resucitó Tomas... Tomás quería una mística (una resurrección) sin tener en cuenta las llagas de la historia… En contra de eso, la mística verdadera consiste en descubrir las llagas de Jesús en los crucificados de la historia, no para sufrir yo, sino para que los crucificados puedan ser redimidos, liberados.
Dios (Trinidad):
Dios es libertad en amor... Para la libertad en el amor nos ha creado Dios, y en él existimos, por Jesús, en el Espíritu, como Palabra hecha amor, baile de vida, en un camino que empieza en Jesús y culmina en la perijóresis trintiaria.
- Jn 1, 1: En el principio era la Palabra: Dios “es” Cristo: que todos tengan palabra y la compartan. La mística tiene un momento de silencio; pero sólo es verdadera cuando se hace palabra al servicio de los demás. Que todos los hombres tengan palabra, esa es la meta de la liberación.
- Hch 17, 28. 31: Pablo en Atenas: Buscando a tientas a Dios… al Dios en quien, por Jesús vivimos, nos movemos y somos todos, en el Jesús que muere por los demás. Vivir en Dios, viviendo muriendo por otros.
- 1 Cor 15, 28: Que Dios sea Todo en Todos: Dios encarnado por Cristo en la humanidad entera. Esta es la mística del Dios que es Todo en todos… pero de tal forma que también nosotros podamos ser todo para todos, en comunión personal, en comunicación de vida.
- Trinidad es Perijóresis, palagra griega que significa habitar‒bailar uno en otro. Se ha traducido al latín con dos palabras: Circumincessio (caminar alrededor, situarse cada uno en el lugar del otro) y circuminsessio (no sólo ir cada uno al otro, estar uno en el otro).