¡El hombre es un ser muy curioso, es la sombra alargada de su propia Cruz! ¡Está Cautivo de su mirada! ¡Ciego en su corazón! ¡Sordo en su mente! ¡La Buena nueva a los pobres no cala en él!
¡El Hombre, sombra alargada de su propia Cruz!
Busca a Dios, fuera de sí mismo.Se esfuerza en oír su vozdonde no se encuentra.
¡El hombre es un ser muy curioso, es la sombra alargada de su propia Cruz!
¡Está Cautivo de su mirada! ¡Ciego en su corazón! ¡Sordo en su mente! ¡La Buena nueva a los pobres no cala en él!
Busca a Dios, fuera de sí mismo. Se esfuerza en oír su voz donde no se encuentra.
Asiste a salones y meditaciones que son propias del mundo. Cuando el no es de este mundo.
No cura sus viejas heridas Haciéndolas más profundas. Y ya jamás se cerrarán
¡Y mendiga el amor que le hace más vulnerable! - En las estancias y los escaparates del submundo.
¡Entre todos estos seres Se encuentran muchos que un día oyeron la voz de Jesús!
Y a pesar de esto y por una mala experiencia no tuvieron el valor de abandonarse en las manos del sanador Jesús.
Hay muchos hombres que sintieron la mirada de Jesús y lucharon por unos días.
Más tarde quedaron unos cientos que lucharon muchos días y quedaron exhaustos.
Y finalmente unos pocos lucharon todos los días y tuvieron el valor para negarse a sí mismos y tomar su Cruz. ¡Estos son los imprescindibles! ¡Hoy se ha cumplido esta palabra!