IV  MIÉRCOLES  DE PASCUA /CICLO C/15-05-2019

Evangelio y Breve comentario del IV Miércoles de Pascua en el Ciclo C. 

IV  MIÉRCOLES  DE PASCUA /CICLO C/15-05-2019

EVANGELIO DEL DÍA: Jn 15,1-8.

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

COMENTARIO:                 

            Celebramos el IV Miércoles de Pascua. Hoy la Iglesia celebra la memoria de San Isidro, cuyo nombre era Isidro de Merlo y Quintana, estuvo casado con Santa María de la Cabeza. Fue beatificado por Pablo V el 14 de Junio de 1619 y canonizado el 12 de Marzo de 1622 por Gregorio XV. Fue declarado patrono de los agricultores españoles por  Juan XXIII.                                                         

        En el Evangelio de este IV Miércoles de Pascua leemos el Evangelio de San Juan (Jn 15,1-7.                       Jesús utiliza la imagen de la viña para transmitir un mensaje de comunión y de unión. Vinculados a Dios por el amor, los apóstoles darán fruto. Serán los amigos de Jesús y llevarán a cabo la obra que les ha confiado, difundirán el amor entre todas las personas (Jn 15,1-8).                                                                       La imagen de la vid-viña es frecuente en el Antiguo Testamento: el pueblo elegido era la viña o plantación de Dios, pero la mayoría de las veces defraudó las esperanzas del Agricultor. Ahora todo cambia: la vida es Jesús, la fidelidad total, el que corresponde plenamente a la voluntad del Padre produciendo el vino excelente.                             

     Oremos al Señor y le pedimos, por intercesión de María, que nos ayude a ser testimonio de amor en nuestros ambientes, y eliminemos toda atentado al amor en nuestra vida. Oramos por los hombres y mujeres del campo, y por sus justas reivindicaciones. Amén.

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