Dos mil fieles, de todas las diócesis, muestran el otro rostro de la Iglesia española "Es nuestra hora": Los laicos españoles reivindican su espacio protagonista ante la jerarquía

'Pueblo de Dios en salida': los laicos quieren ser protagonistas en Madrid
'Pueblo de Dios en salida': los laicos quieren ser protagonistas en Madrid

Dos mil personas debaten, en plano de igualdad, el futuro de la evangelización de España, que ha de quedar en manos de los laicos

"No podemos evangelizar tristemente", proclamó el cardenal Blázquez

Osoro: “Soñemos este congreso con sueños grandes, pensando en todos los hombres, que seamos capaces de escuchar a todos”

Isaac Martín: “Resulta evidente que tenemos que cambiar muchas cosas para ser una 'Iglesia en salida', pero siempre partiendo de la escucha”

Farrell: “Sin un cambio de mentalidad y de modo de actuar de los laicos jamás será posible la transformación misionera de la Iglesia que el Santo Padre desea”

Casi dos mil personas, más mujeres (973) que hombres (894). Tres cuartas partes son laicos, y proceden de todas las diócesis españolas. Así quiere ser la “Iglesia en salida”, con fuerte protagonismo laical... aunque la mesa presidencial estuviera copada por cardenales y un nuncio, y con poca presencia de la mujer. “Es nuestra hora”, se repetía en cada uno de los corrillos.

El Palacio de Cristal de la Casa de Campo de Madrid se quedó pequeño para acoger a tantos laicos y laicas, que anunciaron su intención de ser “Pueblo de Dios en salida”, y que quieren que se les declare, de una vez, mayores de edad en la Iglesia. Para tomar partido en una aventura de las que no se les debería haber desalojado jamás: la construcción del Reino, a la par que los pastores, pues todos somos portadores de la Buena Noticia.

Imágenes proféticas

Dieron buen ejemplo los miembros del Coro, todos ellos voces reconocidas en el panorama musical cristiano, pero que quisieron unirse en una sola voz, en una imagen profética. Y también que quienes dirigieron la oración inicial fueron un hombre y una mujer, ambos laicos. Aunque los discursos fueran pronunciados por la jerarquía, la alegría, la luz y la sal provino de los gestos, los cánticos y los argumentos del pueblo de Dios.

Comenzó el Nuncio de Su Santidad, Bernardito Auza, quien procedió a la lectura del mensaje del Papa en el que pide a los laicos españoles que “no tengan miedo de patear las calles, de entrar en cada rincón de la sociedad, de llegar hasta los límites de la ciudad, de tocar las heridas de nuestra gente... esta es la Iglesia de Dios, que se arremanga para salir al encuentro del otro, sin juzgarlo, sin condenarlo, sino tendiéndole la mano, para sostenerlo, animarlo o, simplemente, para acompañarlo en su vida”.

Ojalá sea el momento, y la jerarquía -la presente y la que ha de venir, pues ése es uno de los grandes retos de Auza- de que los laicos y laicas asuman su compromiso, y puedan construir Evangelio.

“Es la hora de ustedes, de hombres y mujeres comprometidos en el mundo de la cultura, de la política, de la industria... que con su modo de vivir sean capaces de llevar la novedad y la alegría del Evangelio allá donde estén”, les recordó Bergoglio.

Un soplo de esperanza en tiempos recios. El Nuncio felicitó a los laicos por “esta iniciativa tan valiosa” que muestra “los signos de una Iglesia viva, fiel a su trayectoria de vida de fe y amor a Jesucristo”.

Por su parte, el presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, en el que probablemente sea su último gran acto al frente de la Iglesia española (además de su discurso de despedida en la Plenaria), destacó la “garantía de sinodalidad” del congreso.

No podemos evangelizar tristemente

“Todos los cristianos somos hijos de Dios, discípulos de Jesús, hermanos y misioneros”, incidió el cardenal de Valladolid, quien destacó que “el Evangelio brota del corazón del padre, que nos ha amado. Jesús es el gran evangelizador, y cuando el Evangelio es acogido vence la rivalidad, el orgullo, alegra el corazón de las personas. No podemos evangelizar tristemente, sino con gozo y con esperanza”.

“Nos sentimos a gusto, porque estamos tantos, de tantos sitios, representando a todos”, finalizó Blázquez, quien abogó por “transmitir el Evangelio al servicio del amor y de la dignificación de las personas”. Desde “un estilo sinodal” que ha de marcar “un nuevo estilo en nuestras diócesis y en toda la Iglesia española”. “Pentecostés vence los miedos. El Señor nos precede, no tengamos miedo”.

Tomad la iniciativa, sin miedo

Por su parte, el cardenal Osoro llamó a “vivir el compromiso laical en mitad de las dificultades”. El arzobispo de Madrid, que acoge el congreso, pidió “que sepamos interpretar el don de ser laicos en este momento, siendo capaces de participar en este congreso y caminar juntos, por todos los caminos por donde transitan los hombres, sintiendo que el impulso misionero, para ser de verdad, tiene que hacerse desde la sinodalidad”.

“Tomad la iniciativa, sin miedo”, pidió Osoro a los laicos, con especial atención “a los excluidos”. “Soñemos este congreso con sueños grandes, pensando en todos los hombres, que seamos capaces de escuchar a todos”.

Isaac Martín, laico y miembro de la Comisión Ejecutiva del congreso, por su parte, pidió que “este sea un congreso de laicos, protagonizado por laicos”. “Que esto lleve a algún sitio, depende de nosotros”, incidió el toledano. “Este congreso no es una asamblea, sino un momento para actuar responsablemente”, destacó.

“Lo que hay que transformar es consecuencia de un amplio proceso de discernimiento”. “Resulta evidente que tenemos que cambiar muchas cosas para ser una 'Iglesia en salida', pero siempre partiendo de la escucha”, subrayó Martín.

Finalmente, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, dirigió un saludo a todos los laicos, “hermanos y hermanas en Cristo todos”. “Que estos días no se limiten a una serie de conferencias, sino que suponga un comienzo para ayudar a todos los fieles bautizados para vivir su vocación y la tarea misionera que les espera”.

“Sin un cambio de mentalidad y de modo de actuar de los laicos jamás será posible la transformación misionera de la Iglesia que el Santo Padre desea”, advirtió Farrell. "No olvidemos que los primeros evangelizadores fueron laicos". No lo olvidemos.

Etiquetas

Volver arriba