Antonio Diufaín dirige las finanzas de la diócesis de Cádiz como si de una empresa se tratara El canónigo Rafael Vez pide la dimisión de Antonio Diufaín: “Más vale que renuncies al cargo de ecónomo diocesano y te marches por donde has venido”

Zornoza, con Antonio Diufaín
Zornoza, con Antonio Diufaín Agencias

“Las relaciones de trabajo en la Iglesia deben de estar iluminadas, además de por la justicia, por la caridad. No somos una empresa”

“Eramos una familia y en estos años el talante y el estilo que se ha impuesto, ha aparcado a un lado el Evangelio de la caridad”

"No olvides el Libro de los Evangelios, que un día tocaste con tus manos, y que has dejado olvidado tantas veces, cuando tenías que haber hecho uso de él para no cometer tantas injusticias”

“Algún día se sabrá toda la verdad y algunos silencios serán cómplices de esos desmanes”

Rafael Vez Palomino es canónigo de la catedral de Cádiz y, además, el único cura del clero gaditano que se atreve a plantar cara públicamente a los turbios, desafortunados y antievangélicos “desmanes” pastorales y económicos del obispo, Rafael Zornoza, y de su ecónomo, Antonio Diufaín.

Esta vez, en una nueva carta publicada en su cuenta de Facebook, el padre Vez centra su crítica en el ecónomo, al que pide abiertamente que dimita y que se vaya por su mala gestión económica de la diócesis y por los despidos con los que viene sembrando su labor. El último, el caso de M. Carmen Amigueti, que llevaba 18 años trabajando para el obispado, y, en cuyo juicio, celebrado anteayer, el propio abogado del obispado reconoció que se trataba de un despido improcedente.

Ante esta situación repetida, Rafael Vez conmina a Antonio Diufaín: “Más vale que renuncies al cargo de ecónomo diocesano y te marches por donde has venido”. Y, a renglón seguido, le lanza una serie de preguntas, que son otras tantas acusaciones: “¿Cuánto ha costado ya a la Diócesis tus decisiones? ¿Cuánto va a seguir costando tus imposiciones, tus compras de productos financieros, tus meteduras de pata? No crees que va siendo hora de que delante de Dios mires tu conciencia y dejes de hacer daño? ¿A quién obedeces en este camino demencial por el que estás llevando las riendas de la diócesis? ¿Cuánto lleva pagado la diócesis en indemnizaciones? ¿Cuánto en abogados y pleitos?”

El canónigo acusa, asimismo, al ecónomo de haber ocasionado pérdidas a la diócesis por sus “operaciones con el Banco Popular”, de las que no avanza la cuantía, pero que otras fuentes del propio clero gaditano sitúan por encima del medio millón de euros.

Rafael Vez
Rafael Vez

En la posdata de su carta, el canónigo apela a la conciencia sacerdotal del ecónomo: “No olvides el Libro de los Evangelios, que un día tocaste con tus manos, y que has dejado olvidado tantas veces, cuando tenías que haber hecho uso de él para no cometer tantas injusticias e infligir tanto dolor en las personas que trabajaban con nosotros y sus familias”.

Tras invitarlo de nuevo a que se vaya y que se lleve “a todo su equipo”, Rafael vez concluye su misiva con otra carga de profundidad contra Diufaín: “Es mucho el daño que tu forma de actuar y proceder ha provocado, y sobre todo, tu constante desprecio al trabajo de tus compañeros sacerdotes y de muchos seglares”.

Y es que, como advertía el padre Rafael en otra carta abierta, también publicada en su Facebook, el pasado domingo y dirigida a Carmen Amigueti, la trabajadora despedida, “las relaciones de trabajo en la Iglesia deben de estar iluminadas, además de por la justicia, por la caridad. No somos una empresa. Eramos una familia y en estos años el talante y el estilo que se ha impuesto, ha aparcado a un lado el Evangelio de la caridad”.

Tras recordarle a la señora despedida que no está sola y que muchos la acompañan “desde el miedo y el silencio”, asegura que, algún día, los rectores de la diócesis tendrán que dar cuentas a Dios “por tanto daño que han inflingido a personas y familias”. Y el canónigo pronostica que “algún día se sabrá toda la verdad y algunos silencios serán cómplices de esos desmanes”.

Diufaín
Diufaín

Sr. ecónomo diocesano: ¡Qué locura! ¿No será mejor que vayas pensando en tu dimisión?

Poco a poco nos vamos enterando de lo ocurrido esta mañana en el juicio de M. Carmen Amigueti. Es una verdadera locura, lo que allí se ha podido oír. El Obispado estaba dispuesto a indemnizarla con 50.000 euros para no entrar a juicio. Y el representante del obispado ha reconocido el despido improcedente. Incluso a preguntas del Magistrado ha dicho que el despido ha sido decisión del Señor Ecónomo, P. Antonio Diufaín Si esto es así, ¡Qué locura! Más vale que renuncies al cargo de ecónomo diocesano y te marches por donde has venido. ¿Cuánto ha costado ya a la Diócesis tus decisiones? ¿Cuánto va a seguir costando tus imposiciones, tus compras de productos financieros, tus meteduras de pata? No crees que va siendo hora de que delante de Dios mires tu conciencia y dejes de hacer daño? ¿A quién obedeces en este camino demencial por el que estás llevando las riendas de la diócesis? ¿Cuánto lleva pagado la diócesis en indemnizaciones? ¿Cuánto en abogados y pleitos? Porque desde que todo esto empezó, no has ganado ni uno de ellos. Y aún quedan algunos, que a buen seguro, perderás también. 

Si a esto unimos lo que se ha perdido en las operaciones del Banco Popular, y otras muchas cosas más, quizás nos salga más rentable invitarte a que te largues. 

Ahh.... Y de camino llévate también a todo tu equipo y así, a buen seguro, descansaremos todos.

P.D. No olvides el Libro de los Evangelios, que un día tocaste con tus manos, y que has dejado olvidado tantas veces, cuando tenías que haber hecho uso de él para no cometer tantas injusticias e infligir tanto dolor en las personas que trabajaban con nosotros y sus familias

Por último, quiero decir que hemos sido compañeros de estudio dos años en Sevilla. Te sustituí en Ceuta en la Parroquia de San José de Hadú. He seguido tu trabajo Misionero en Latinoamérica. Y me alegré de tu vuelta a la Diócesis. Pero estos últimos años, desde que asumiste el cargo de ecónomo, y luego de canónigo, no te reconozco. No he comprendido tu forma de actuar si no es por despecho a una Diócesis, y a unos compañeros, que no te aplaudieron y siguieron oficialmente tus proyectos, pero que sin embargo colaboraron contigo. Piensa si realmente estás haciendo un bien, porque es mucho el daño que tu forma de actuar y proceder ha provocado, y sobre todo, tu constante desprecio al trabajo de tus compañeros sacerdotes y de muchos seglares.

Protestas contra el obispado de Cádiz

A M. Carmen Amigueti

Dentro de unas horas estarás en la puerta del Juzgado de Cádiz para afrontar tu lucha por el despido de tu puesto de trabajo. Antes fueron otros muchos de tus compañeros y tristemente no serás la última. ¡No tengas miedo! No dejes de luchar por lo que es justo.

Estoy convencido de que tratarán de llegar a un acuerdo in extremis, o bien seguirán con esa prepotencia que les caracteriza, como han hecho con otros de tus muchos compañeros, a los que también les tocó el turno de echarlos.

Piensa, aunque sea tu puesto de trabajo lo que está en juego, tu futuro y el de tu familia, que tu lucha es la de todos aquellos que creen que las relaciones de trabajo en la Iglesia deben de estar iluminadas, además de por la justicia, por la caridad. No somos una empresa. Eramos una familia y en estos años el talante y el estilo que se ha impuesto, ha aparcado a un lado el Evangelio de la caridad.

No estás sola. No te sientas sola. Siente la cercanía de tantos, que incluso desde el miedo o el silencio, sienten rabia e impotencia ante estos desmanes. Algún día tendrán que rendir cuentas ante Dios por todo el daño que han inflingido en tantas personas y familias.

No tengas miedo. Piensa que Dios pondrá en tu boca las palabras necesarias para tu defensa.

Estos días atrás, nos enterábamos por la prensa de que varios inspectores de trabajo visitaban el Obispado buscando información sobre la movilidad de los trabajadores. No sé qué encontrarían, a pesar de los intentos de ciertos personajes de esconder y acallar voces. Es de todos conocido lo que en esa casa, desde la planta tercera, administración, se lleva cociendo estos últimos años. Algún día se sabrá toda la verdad. Y algunos silencios serán cómplices de esos desmanes.
¡Ánimo y adelante! ¡No estás sola!

Rafael Zornoza

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