Los auxiliares de Toledo y Valencia, y el gerente del Episcopado, candidatos Magán, Ros y Barriocanal se disputarán la Secretaría General de la Conferencia Episcopal
La figura del auxiliar de Toledo, experto diplomático y con fuertes vínculos con el Ministerio de Asuntos Exteriores, generaba bastantes consensos, al menos en el entorno de la Comisión Permanente
"Es sota, caballo, rey", afirmaba en estos días un obispo, miembro de todos los organismos episcopales, que daba por hecho el que, hasta la fecha, parece el único candidato factible: César García Magán
Barriocanal, que había mostrado su disposición a aceptar el cargo si había algún tipo de veto a los candidatos posibles, aparece en la terna junto a Arturo Ros, el otro de los auxiliares que no contaba con vetos de sus titulares. La solución, a partir de las 9,30
Barriocanal, que había mostrado su disposición a aceptar el cargo si había algún tipo de veto a los candidatos posibles, aparece en la terna junto a Arturo Ros, el otro de los auxiliares que no contaba con vetos de sus titulares. La solución, a partir de las 9,30
Habemus terna. Dos obispos (auxiliares) y, por primera vez, un laico. Y no un laico cualquiera: Fernando Giménez Barriocanal. A última hora de la tarde, y tras la reunión de la Comisión Permanente, la CEE hizo públicos los nombres de los candidatos a suceder a Luis Argüello como secretario general de la Conferencia Episcopal. Por este orden: César García Magán, obispo auxiliar de Toledo; Arturo Ros, auxiliar de Valencia y el vicesecretario para Asuntos Económicos de la CEE. El elegido se conocerá mañana, en torno a las diez de la mañana, tras votación telemática y secreta que necesitará mayoría absoluta de los presentes, y habrá una breve comparecencia en torno a las once.
Durante todo el día, no obstante, la normalidad dejó paso a posibles sorpresas. No fallaban quienes apuntaban que posponer la elección de Secretario General al miércoles iba a provocar un intenso intercambio de llamadas, mensajes y encuentros de distintas cordadas en el episcopado español, lo que provocó nerviosismo y perplejidades entre los pasillos de la calle Añastro y sus conexiones mediáticas. Con la misma pregunta: ¿Quién acabará sucediendo a Argüello?
"Es sota, caballo, rey", afirmaba en estos días un obispo, miembro de todos los organismos episcopales, que daba por hecho el que, hasta la fecha, parece el único candidato factible: César García Magán. El auxiliar de Toledo era, y es, para muchos, el mejor de los posibles, después de que Omella, Osoro y Barrio no quisieran ceder a sus segundos en sus respectivas diócesis. De hecho, el nombre de Magán lleva circulando meses, incluso antes del anuncio de la salida de Luis Argüello.
La figura del auxiliar de Toledo, experto diplomático y con fuertes vínculos con el Ministerio de Asuntos Exteriores, generaba bastantes consensos, al menos en el entorno de la Comisión Permanente. No así entre algunos 'enredadores', que comenzaron a postular algunos nombres, destacando los de Fernando Giménez Barriocanal y el obispo de Teruel, José Antonio Satué. Este último, como apuntamos en su día, era considerado por muchos el candidato del cardenal Omella, aunque su nombramiento al frente del proceso canónico del 'cas Gaztelueta' pareció haber eclipsado sus posibilidades.
César García Magán parece ser el candidato con más apoyos en el interior del episcopado, sin descartar la opción de Ros, aunque el cambio en Valencia debería impedir su nombramiento. En cuanto a Barriocanal, que había mostrado su disposición a aceptar el cargo si había algún tipo de veto a los candidatos posibles, también aparece en la terna, aunque ha dejado claro su apoyo al candidato saliente. Una de sus últimas intervenciones públicas, por cierto, fue en los Jueves de RD. Tanto él como Carlos López Segovia continuarán en sus puestos, aunque en este último caso quien decide es el nuevo secretario (Barriocanal está 'blindado' por la Asamblea Plenaria). Con todo, su designación sí sería una relativa sorpresa. La de Ros -que cuenta con bastante apoyos, según han apuntado a RD fuentes episcopales-, sí que sería una sorpresa más sonora. La solución, mañana por la mañana.