En un mensaje con motivo de la Pascua del Trabajo El arzobispo de Burgos pide condiciones de trabajo “justas y humanizadoras”
Reclama la protección plena de los derechos de los trabajadores y de las trabajadoras y hace un llamamiento a “la necesidad de sensibilizarnos ante la siniestralidad laboral que abandona el cuidado de la vida” en el trabajo
| Abraham Canales
(Noticias Obreras).- El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha pronunciado un mensaje con motivo de la Pascua del Trabajo, instaurada en la diócesis en 2021 y que se celebra el III domingo de Pascua, recordando la importancia de la dignidad del trabajo “y la necesidad de promoverlo en condiciones justas y humanizadoras”.
El trabajo, según Iceta, debe ser una expresión digna de la persona que la perfecciona, porque es la obra que Dios pensó para cada uno de sus hijos e hijas. El compromiso cristiano adquiere autenticidad cuando se abren las puertas a quienes sufren porque “se ven obligados a sobrevivir en los márgenes de la sociedad”. En este sentido, el arzobispo ha emplazado a “garantizar la protección plena de los trabajadores mediante el respeto de sus derechos fundamentales”.
Siniestrabilidad laboral
En su mensaje, el arzobispo subraya la necesidad de sensibilizarnos ante el drama de la siniestralidad laboral que abandona el cuidado de la vida en el mundo del trabajo. Iceta ha recordado el impacto de las palabras del papa Francisco, en la Misa de Gallo de 2021, al reclamar “¡No más muertes en el trabajo! Y esforcémonos por lograrlo“. El Papa también exhortaba a ennoblecer a los más precarios y excluidos, recordando que Dios viene a colmar de dignidad en el trabajo. Según el arzobispo, el trabajo tiene que realizarse en plenas condiciones de dignidad, donde la persona esté en el centro, porque “cuando la persona deja de estar en el centro, todos los derechos se desmoronan”.
Iceta también hace llamamiento a la Iglesia a poner a la persona en el lugar que le corresponde y a hacer del ámbito laboral un espacio humano y saludable, que nos permita expresar la capacidad creadora que Dios ha puesto en nuestras manos. La dimensión del cuidado es fundamental en todas y cada una de nuestras acciones.
“Como Iglesia, recojamos esta llamada a poner a la persona en el lugar que le corresponde y a hacer, del ámbito laboral, un espacio humano, saludable, que nos permita expresar la capacidad creadora que Dios ha puesto en nuestras manos. ¡Qué importante es no olvidar jamás la dimensión del cuidado en todas y cada una de nuestras acciones!”, ha pedido.
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