Hace una década que no se ordena un cura español en la diócesis Tres de cada cuatro sacerdotes ordenados en Huesca durante los últimos veinte años son extranjeros
La ordenación del nicaragüense Kevin de Jesús Urbina Rodríguez, que tuvo lugar el 23 de mayo, es la decimoquinta de los últimos veinte años en Huesca
Colombia, Nicaragua, Costa Rica, Argentina o Kenia son los países de origen de algunos de los últimos sacerdotes en la diócesis oscense
Kevin de Jesús Urbina Rodríguez. Así se llama el último sacerdote ordenado hasta la fecha por el obispo Julián Ruiz Martorell. Su ordenación, que tuvo lugar el pasado domingo 23 de mayo en la catedral de Huesca, es la decimoquinta de los últimos veinte años en la diócesis oscense.
En un contexto de imparable vaciamiento de seminarios, lo llamativo del caso no es solo la cifra en sí —15 ordenaciones en dos décadas pueden parecer pocas— sino que además hace diez años que un cura español no se ordena en la capital oscense. Tal como recoge hoy el Heraldo de Aragón, el 75% de esta veintena de sacerdotes ordenados son de origen extranjero. .
El nicaragüense Kevin de Jesús Urbina Rodríguez (Managua,1989) entró como seminarista del Seminario Conciliar de la Santa Cruz de Huesca en 2015, momento en que inició estudios de Bachiller en Teología y completó su formación con clases de música e inglés y con varios seminarios. Tras proseguir sus estudios en el CRETA (Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón), en junio de 2020 Urbina concluyó el Bachiller en Teología y posteriormente obtuvo el Título de la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica en Secundaria. Durante el período en Huesca ha compaginado sus estudios con su tarea pastoral en la parroquia de santo Domingo y San Martín.
“Ayudar con caridad y humildad al orden episcopal en el servicio del pueblo cristiano; exponer la fe católica con dedicación y sabiduría; presidir con piedad y fidelidad los misterios de Cristo; vivir el celibato como signo de la propia consagración total a Cristo; cumplir fielmente la oración de la Liturgia de las Horas por la Iglesia y por el mundo entero, conformar totalmente la propia vida a Jesucristo y obedecer de modo filial al obispo y sus sucesores. Estos fueron los compromisos que se derivan del deseo expresado por el jóven sacerdote de querer recibir el ministerio del presbiterado, tal como manifestó públicamente en la ceremonia de ordenación.
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