¿Se repite la tragedia del Tarajal? Siete años después, la frágil frontera entre Marruecos y Ceuta ha vuelto a ser protagonista mundial, con la entrada, en pocas horas, de más de 5.000 marroquiés a territorio español, en lo que muchos interpretan como una 'respuesta' del reino alauita a la acogida humanitaria, en España, del líder del Frente Polisario.
La crisis, que ha llevado al Ejército a la frontera Sur, y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a viajar hasta la zona, es vista con preocupación desde la iglesia, que trabaja a ambos lados de la frontera desde hace décadas. Que nunca se va. Como Gabriel Delgado, responsable de Migraciones de la diócesis de Cádiz y Ceuta, quien se ha preguntado si es "ético 'utilizar' a sus niños más pobres como moneda de cambio y presión en la frontera".
"Todos, niños y adultos, huyen de la pobreza y falta de esperanza y futuro y se convierten en moneda de cambio. A cambio de qué? El eterno problema de la Frontera Sur", señala en sus redes sociales.
Por su parte, el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, ha deseado que se solucione la situación lo "mejor posible", pues se trata de miles de personas que vienen "huyendo del hambre, de la guerra y de problemas".
"La situación es dramática. La Iglesia tiene que ser casa de acogida para todos", ha afirmado Cerro a preguntas de los medios en rueda de prensa para presentar un proyecto de Cáritas.
De su parte, el delegado episcopal de Cáritas, José María Cabrero, ha apelado a "esforzarse en acoger a la gente y dar el trato que se merecen", más que hacer "grandes declaraciones", poniendo en valor el papel de Cáritas y su "esfuerzo indecible" por ayudar a inmigrantes y prestarles el apoyo necesario.
Por su parte el Arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro, ha pedido al Señor por la situación de Ceuta y Melilla a través de su cuenta de Twitter “por su paz, su convivencia y su seguridad. Que no se utilice a nuestros hermanos vulnerables ni el sufrimiento, y busquemos salidas juntos”.